Frente a lo que venía considerándose cultura oficial, surge una nueva concepción de expresión artística que tiene su origen en las calles de las grandes ciudades del mundo. En esta tendencia global se fusionan las creaciones de las subculturas urbanas, desde el graffiti y el skateboarding hasta el printmaking, moda y música: es el arte underground, convertido en expresión predilecta del discurso de las nuevas generaciones.

Ilustres artistas urbanos como los estadounidenses Basquiat o Keith Haring recurrieron a la iconografía del graffiti para dar expresión a su arte. Un arte que pronto se reinventa y penetra de lleno en galerías, ferias y museos pero sin olvidar nunca sus reivindicaciones, su estética de revulsivo social.

El graffiti viajó, arrastrado por la cultura hip-hop, desde ... los trenes de Nueva York y Filadelfia a Europa a principios de los años ochenta, convirtiéndose en un movimiento artístico que dura ya más de 30 años.

Javier García Herrero, un artista de su tiempo, adopta el concepto predominante de la época en que vive para desarrollar su propio lenguaje y lanzar mensajes claros y decididos, elaborados sin límites ni tabúes. Lo que le importa es crear, expresarse, volcar ideas e investigar las posibilidades de los diferentes soportes.

Toda la fuerza y la intensidad del color y la palabra se van tornando poco a poco hacia una reflexión más meditada y profunda. Desde la libertad que le da su pincelada suelta y larga, plantéa el impacto visual a través de una mezcla que parecía imposible, entre el expresionismo abstracto y la figuración. Su destreza en las líneas delgadas y gruesas a mano libre, transmite espontaneidad, mientras que el blanco y negro le confieren contundencia y dramatismo.

Esa misma yuxtaposición es matizada por una amplia gama de tonalidades intermedias con las que recrea la atmósfera que le conviene. Así, juega  con la alternancia de luz y sombra provocando un sinnúmero de sensaciones que van, desde una acentuada profundidad, hasta la fuerza de un primer plano, emergiendo en rápida y definitiva carrera hacia el observador.

En AULLIDOS podemos apreciar el recorrido creativo de un Javier García Herrero que se dirige con paso firme a ocupar uno de los puestos más destacados entre los artistas emergentes del panorama nacional.

Lolo Galindo

Crítico de Arte

Gestora Cultural