Desde hace décadas desarrolla una investigación inventiva y apasionante sobre el material, explorando todas las formas posibles y forzando sus límites siempre más allá.

Las esculturas que se muestran en esta exposición bajo el tema "Au fil de I’O" (juego de palabras: "con la corriente") hacen movimientos concéntricos, son obras que se van ampliando gracias a la superelasticidad, y que restituyen la onda y la sono-ridad de una manera inesperada.

Otras esculturas cambian de forma gracias al calor y se vuelven casi vegetales. Con las "Flores del mal", troncos de níquel-titanio, terminadas en metralla de granadas traídas del Líbano, el artista expresa la desesperación y el sufrimiento, una belleza dolorosa e insostenible.