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En esta ocasión, Lola Sandoval nos presenta dos estilos compositivos: por un lado representaciones corales de muchedumbres que pueden descifrarse tanto desde el plano individual como desde el colectivo y que llegan a convertirse en compactas tramas humanas captadas en momentos de desconcierto, espera o reto. Y por otro, retratos individuales de personajes bufonescos, histriones, auténticos 'hombres de placer' en el sentido de los enanos, los locos, los negros, los transvestidos y los niños palaciegos que divirtieron a la corte de los Austrias. Y es esa relación entre los príncipes y los anormales, entre nosotros que observamos y el sujeto deforme representado donde quedamos suspendidos, 'atrapados'.