Desde hace 22 años, la práctica de estas artistas valencianas consiste en rescatar la memoria de espacios inmersos en procesos de desaparición o abandono, mediante un sistema de archivo físico singular, a escala real, así como fotográfico y audiovisual.
Su peculiar metodología consiste en lo que ellas llaman «estampación por arranque», que mezcla técnicas de estampación y conservación, para arrancar la piel de grandes superficies murales y trasladarla a un soporte de tela.
Archivo Cabañal es una tela de 340 m y 314 kg que resulta de la recuperación de 10 viviendas abandonadas del barrio del Cabañal de Valencia, que se vio afectado por un agresivo plan de reordenación urbana.
Del 18 de mayo al 6 de octubre de 2024, Fabra i Coats: Centro de Arte Contemporáneo de Barcelona acogerá Archivo Cabañal. A la memoria del lugar una exposición de las artistas Patricia Gómez y María Jesús González, comisariada por Joana Hurtado Matheu.
Formadas...en grabado y estampación, Patricia Gómez y María Jesús González exploran las posibilidades físicas de prácticas artísticas tradicionales, a la vez que contribuyen a ampliar sus significados vinculando el arte con la arquitectura, el urbanismo, la sociología, la filosofía, la antropología y la arqueología.
Su singular sistema de archivo físico y documental se basa, por un lado, en la investigación del contexto, el análisis de los espacios y su registro fotográfico y audiovisual; y, por otro, en la intervención directa sobre grandes superficies murales que son trasladadas a un soporte de tela, utilizando lo que ellas llaman «estampación por arranque» y que surge de combinar el principio de transferencia, propio de la estampación en grabado, y el strappo de la restauración mural.
Con esta metodología de arranques de fachadas, paredes, suelos y techos, han extraído la memoria material e histórica de prisiones en desuso, centros de internamiento para extranjeros cerrados o viviendas abandonadas. Éste es el caso de Archivo Cabanyal. En la memoria del lugar, un proyecto realizado entre 2007 y 2008 en el barrio del Cabañal, en Valencia.
Si las paredes hablaran
El Cabañal es un conjunto de casas de pescadores declaradas 'Bien de Interés Cultural' en 1993 en reconocimiento a su valor arquitectónico, urbanístico, social e histórico. Sin embargo, en 1998 el Ayuntamiento de Valencia, entonces gobernado por el PP, anunció un plan de reordenación urbana que afectaba a una de las zonas más antiguas, implicaba el derribo de más de 1.600 viviendas y partía el barrio en dos. En medio de una fuerte oposición pública, las artistas decidieron rescatar el mayor número de casas posible creando un archivo a escala 1:1.
Bregando con las dificultades y suspicacias de un barrio expropiado, estamparon 26 piezas a partir de 10 casas diferentes, creando un total de 340 metros de tela que cosieron y enrollaron en una única pieza de 314 kilos. Un archivo material que se acompaña de documentación gráfica y dos vídeos, donde podemos ver el contexto y el proceso de arranque y estampación, así como cada uno de los fragmentos estampados a su paso por la máquina para enrollar.
En la práctica de estas artistas no existe romanticismo ni nostalgia, sino un interés arqueológico por un entorno portador de una memoria y una mirada comprometida con el presente. Son ruinas contemporáneas, no monumentos, ya que no entronizan el pasado, sino que interactúan con él y lo cuestionan, evidenciando sus lagunas.
A través del fragmento, el vaciado y en negativo, Patricia Gómez y María Jesús González arrancan la piel en las casas para rastrear y registrar las huellas que se condensan, así como los múltiples revestimientos de pintura que sus habitantes han ido superponiendo en un intento de borrar, precisamente, sus marcas. Porque lo que salvan son las señales que no quieren verse, las del desgaste, las marcas indefinidas pero insistentes de la rutina.
En un momento de máxima desmaterialización y exceso de información, materializar la desaparición del rastro supone dar valor al proceso y materia que hay detrás de lo simplemente vivido y compartido. Volver a la huella física, sin discursos añadidos, es una forma de reconocer la capacidad de acción de la materia (de la que habla la filósofa Jane Bennett); y, al mismo tiempo, dotar de tangibilidad lo más ínfimo, incierto e inútil sirve para reivindicar lo que no es productivo ni consumible pero que estructura nuestras vidas dentro y fuera de las casas (como teoriza Karen Barad).
La exposición se enmarca dentro de la línea conceptual introducida por la antigua directora del centro Joana Hurtado Matheu en 2023 sobre la conexión política entre la memoria material y afectiva de los entornos que habitamos. Después de ver, con David Bestué, cómo Barcelona puede convertirse cíclicamente en 'Ciudad de Arena' y después de excavar la primera ciudad neolítica o sumergirnos en el olvido del Mediterráneo con Rossella Biscotti en 'Cable City Dance Cable City Sea', ahora, con el Archivo Cabanyal, descubrimos la historia de un barrio afectado por la especulación urbanística.
Entrada actualizada el el 17 may de 2024
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