Arturo Herrera expone por primera vez su obra en la Galería Helga de Alvear. Actualmente reside entre Berlín y Nueva York, ciudad en la que ha desarrollado casi toda su carrera. Estudia en la Universidad de Tulsa y en la Universidad de Illinois en Chicago y comienza a exponer su obra en los años noventa.

Su obra pictórica, muy personal y característica, mezcla referencias de diverso tipo que dan como resultado unas formas híbridas con un enorme poder de evocación. Sus soportes habituales son la pintura, el dibujo y el collage pero también ha trabajado con telas y fieltros o dibujando directamente sobre la pared en obras de gran formato.

El trabajo de Herrera se basa, en un primer momento, en técnicas del pensamiento asociativo, un método conocido y utilizado en el arte moderno desde los surrealistas, ... combinando referencias personales, como las ilustraciones de los cuentos de hadas, con formas plásticas planas, amorfas, como derretidas. Así detalles o formas relacionadas con la memoria infantil se mezclan con motivos sexuales en composiciones llenas de ritmo que son casi como caligrafías. Casi podemos ver la frontera entre lo figurativo y lo abstracto.

La fragmentación de las imágenes y su recontextualización le llevan a poner en contacto referentes y dibujos que provienen del cómic o de los dibujos animados (los personajes de Disney han sido una fuente iconográfica habitual para Arturo Herrera) con otras abstractas. Al contemplar sus dibujos reconocemos imágenes que luego resultan no ser lo que parecen, que nos despistan provocándonos sensaciones de desasosiego, inquietud pero también de extrañeza o ironía.

El resultado es una obra muy singular y personal, un mundo y un lenguaje propios. Provocativo y sugerente, Herrera crea con su obra un mundo que sabemos dónde y cómo empieza pero no dónde puede llegar a acabar.