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Heredero de la tradición vanguardista representada por Vasili Kandinski y Konstantin Malévich, y punto de referencia del arte ruso desde hace más de cinco décadas, Francisco Infante-Arana (Moscú, 1943), hijo de madre rusa y padre español exiliado a la URSS al terminar la guerra civil española, fue uno de los creadores que en los años 70 y 80 comenzaron a emitir, desde una tolerada semiclandestinidad, mensajes críticos con el realismo socialista omnipresente entonces en el panorama artístico soviético. Su larga trayectoria creativa abarca desde el arte cinético hasta los experimentos con la realidad virtual, pasando por expresiones artísticas como la pintura, la escultura, el collage y la fotografía artística.

Desde hace más de 40 años, Infante desarrolla, junto a su mujer, Nonna Goriunova (Moscú, 1943), una vía creativa orientada hacia la visión geométrica y metafísica del arte y que aspira a la concepción de una segunda naturaleza a partir de la multidimensional realidad del cosmos. El experimento adopta la forma de instalaciones al aire libre que, bajo el nombre de 'artefactos', parte del traslado al medio natural de un objeto de arte previamente construido, creando una nueva realidad que transforma el paisaje realista y que es finalmente estampada en fotografía.

La inserción de un objeto artificial, a menudo geométrico y colorido, en un bosque, un río, un paraje nevado, resulta evidente por la diferencia, tanto en apariencia como en consistencia, del elemento respecto al hábitat natural, lo que establece un diálogo inmediato entre naturaleza, el artista (el artefacto) y el espectador.

Esa nueva realidad así generada evade la metamorfosis propia de una naturaleza en cambio constante, y lo que perdura no es ni el 'objeto extraño' ni el natural punto de partida, sino el registro fotográfico del discurso del artefacto con la naturaleza.

Para Infante y Goriunova, el 'artefacto' es símbolo del enigma, del misterio del mundo natural en el que intenta descubrir una 'segunda naturaleza' fruto de la actividad humana, creando sistemas artificiales análogos a los fenómenos naturales a partir de nuevas imágenes, de metáforas colmadas de sentido filosófico, ficticias y al mismo tiempo tan reales como para modificar el medio en el que se desarrollan.

El creador ruso de origen español ha participado en centenares de exposiciones, entre ellas la Bienal de Venecia y la Documenta de Kassel, y sus obras están en algunos como los más importantes museos del mundo, como el Tretiakov moscovita, la Colección Nacional de Arte Moderno de París y el Brooklyn Museum de Nueva York.