Descripción de la Exposición
Hans Arp, Louise Bourgeois, Eduardo Chillida, Naum Gabo, Barbara Hepworth, Henry Moore, Isamu Noguchi y Jorge Oteiza, reunidos en «Arte en piedra» la nueva exposición de la Fundació Catalunya La Pedrera.
La muestra reúne más de ochenta obras y pone de relieve la obra en piedra de algunos de los escultores más destacados del siglo XX, que se exponen conjuntamente con piezas de artistas contemporáneos que trabajan con la piedra.
La exposición está comisariada por la historiadora y curadora británica Penelope Curtis, exdirectora de la Tate Britain de Londres y del Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa.
La muestra se podrá ver entre el 4 de octubre y el 2 de febrero en La Pedrera.
En la exposición expandida contaremos con actividades a cargo de Neus Ballús, Raquel García-Tomás, Sonia Gómez, Júlia Colom y Mahan Esfahani.
«Arte en piedra» es la nueva exposición de la Fundació Catalunya La Pedrera que se podrá ver entre el 4 de octubre y el 2 de febrero, y está comisariada por la historiadora y curadora británica Penelope Curtis —exdirectora de la Tate Britain de Londres y del Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa—.
La muestra pone de relieve la obra en piedra de algunos de los escultores más destacados del siglo XX. La selección, de más de unas ochenta obras —con cerca de una cincuentena de esculturas y unos treinta dibujos y grabados— se centra en la obra en piedra de un pequeño grupo de escultores modernos, nacidos entre final del siglo XIX y comienzo del XX, que ayudaron a cambiar el rumbo de la escultura moderna, como Hans Arp, Louise Bourgeois, Eduardo Chillida, Naum Gabo, Barbara Hepworth, Henry Moore, Isamu Noguchi y Jorge Oteiza.
La exposición describe sus caminos artísticos, a menudo paralelos, para explorar estas nuevas vías de expresión, y señala puntos de confluencia.
Además de estas obras abstractas, que entrarán en un diálogo profundo con La Pedrera, una sección complementaria permite ver que los «pioneros» de la escultura moderna han estimulado la generación siguiente —Stephen Cox, Luciano Fabro, Barry Flanagan, Cristina Iglesias, Anish Kapoor, Ettore Spalletti y Alison Wilding—,y también que la piedra ha sido inspiración de nuevas formas conceptuales de trabajar.
La piedra también tiene un papel capital en la evolución de la escultura moderna. Durante el primer tercio del siglo XX varios escultores volvieron a la talla directa en piedra, sin ningún intermediario. En lugar de hacer modelos de arcilla o de yeso, y que después técnicos cualificados crearan la obra definitiva, empezaron a cortar sus propias obras, de inspiración abstracta, como una nueva actitud de modernidad.
La exposición reúne una cuidadosa selección de obras procedentes de diferentes colecciones públicas y privadas, como por ejemplo Institute of Contemporary Art (ICA) de Boston, Isamu Noguchi Foundation de Long Island, Henry Moore Foundation de Hertfordshire, Fondazione Marguerite Arp de Locarno, Galerie Maeght de París, Pier Arts Centre de Stromness, Museo Oteiza de Alzuza, Tate de Londres, Chillida Leku de Hernani, Kröller-Müller Museum de Otterlo y Hepworth Museum de Wakefield, entre otros.
Una vez más, la Fundació Catalunya La Pedrera organiza toda una serie de propuestas culturales que expanden la exposición más allá de La Pedrera, para ofrecer nuevas miradas estableciendo diálogos con otras disciplinas artísticas.
La Pedrera constituye el escenario ideal para contemplar escultura moderna de piedra. La muestra celebra, precisamente, la estructura de piedra de la Casa Milà—conocida popularmente como La Pedrera—, que se construyó a la misma época que la escultura tomaba nuevos caminos de modernidad, en la primera década del siglo XX. Así como en algunas exposiciones conviene ocultar la naturaleza de la estructura del edificio, en esta se potencia y se utiliza para dialogar con algunas de las obras expuestas, como se evidencia, por ejemplo, con la obra Becoming (1966-1967) de Isamu Noguchi. La muestra, que alcanza un periodo de una cincuentena de años, pretende descubrir y hacer comprender de qué manera el material elegido a menudo limita y libera, a la vez, las ideas del artista.
Desde la antigüedad, la piedra ha sido fundamental en el desarrollo material y espiritual de la humanidad. Por eso, se ha cargado de unos valores simbólicos y sociales que transcienden su propia materialidad. La piedra ha empujado a los escultores a crear obras singulares, y está íntimamente vinculada a la evolución de la escultura. Durante el primer tercio del siglo XX varios escultores volvieron a la talla directa en piedra, sin ningún intermediario. La consecuencia inmediata fue que se revaloró el oficio de escultor. Constantin Brâncuși promovió esta nueva manera de trabajar y defendió: «La talla directa es el verdadero camino para llegar a la escultura».
El artista, que controla ahora todas las fases del proceso creativo, valora y conoce de manera profunda el material que usa para su creación, puesto que tiene que descifrar las potencialidades de este material y extraer los significados que atesora. Así, los nuevos escultores plantean una concepción diferente al objeto escultórico, crean formas nuevas. Una de las características más innovadoras fue que el vacío se convierte en un elemento de composición volumétrica: es un volumen invisible, pero presente en la estructura escultórica. Barbara Hepworth fue líder de la nueva generación que renovó la escultura durante la década de 1930.
En la década de 1960 muchos de estos artistas—Barbara Hepworth y Henry Moore en Inglaterra; Hans Arp en Suiza; Naum Gabo, Isamu Noguchi y Louise Bourgeois en los Estados Unidos, Eduardo Chillida y Jorge Oteiza en España— volvieron al trabajo en piedra. A medida que iban avanzando en el conocimiento del material, se dieron cuenta de que ganaban mucha libertad si recurrían a los conocimientos técnicos de tallistas profesionales, puesto que esto los permitía elegir mejor las formas y la variedad de las piedras, a menudo, más duras. Con una actitud más flexible, utilizan ahora la piedra de maneras sorprendentemente inventivas y se decantan por una obra deliberadamente experimental, más que no estrictamente personal. Trabajando con otros artistas, llevaron la piedra a los límites de las posibilidades que ofrecía el material.
La exposición muestra estas nuevas vías de expresión, y señala puntos de confluencia. Además, resalta las calidades únicas de transparencia y brillantez de la piedra reveladas en obras orgánicas y cristalinas, arquitectónicas y biomórficas. Hay piezas que evocan la roca, y otros, la montaña; hay que reproducen las formas onduladas blandas de hojas y animales, y otras, las formas verticales de las estructuras primarias.
Además de estas obras abstractas que entrarán en diálogo con La Pedrera, una sección complementaria explora el interés continuo por la piedra como material que no es tan solo un material, sino también un tema inspirador en sí mismo.
La última parte de la muestra permite ver que los «pioneros» de la escultura moderna han inspirado la generación siguiente —Xavier Corberó, Stephen Cox, Luciano Fabro, Barry Flanagan, Cristina Iglesias, Anish Kapoor, Ettore Spalletti y Alison Wilding—, y también que la piedra ha sido inspiración de nuevas formas conceptuales de trabajar.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España