Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La Sala Kubo de kutxa acoge la exposición titulada “Art Brut. Genio y Delirio”. La muestra reúne un total de 81 relevantes obras procedentes del museo de Lausanne, en Suiza, que desde 1976 acoge la obra coleccionada por Jean Dubuffet, la persona que a mediados de los años 40 del pasado siglo acuñó el concepto “Art Brut” para definir las obras de ciertos creadores plásticos, marginales si se mide con los parámetros de la cultura establecida. Por “Art Brut”, Dubuffet daba a entender obras realizadas por personas desprovistas de cultura, al margen de la sociedad, o internados en hospitales psiquiátricos. Estas obras, ajenas al campo artístico instituido y por completo autodidactas, proceden de sistemas figurativos y de mitologías individuales completamente singulares y desconcertantes. OBRAS Y AUTORES Son 12 los autores representados en las 81 obras de la muestra: - Aloïse Corbaz (1886-1964, suiza): 3 dibujos de gran formato, dos de ellos con reverso (lápices de color sobre papel). - Paul Amar (1919, francés): 5 ensamblajes de conchas y laca. - Carlo Zinelli (1916-1974, italiano): 4 gouaches sobre papel. - Curzio di Giovanni (1957, italiano): 8 dibujos (mina de plomo y lápices de colores). - Hoser Hofer (1945, austríaco): 8 dibujos (mina de plomo y lápices de colores). - Madge Gill (1882-1961, inglesa): 3 dibujos (tinta china sobre calicot). - Kunizo Matsumoto (1962, japonés): 12 collages (estilográfica negra sobre calendario). - Reinhold Metz (1942, alemán): 10 pinturas con reverso (tinta china, acuarela y laca sobre papel fuerte). - Nek Chand (1924, paquistaní): 12 esculturas ( hierro, cemento y trozos de cerámica). - Laure Pigeon (1882-1965, francesa): 8 dibujos (tinta china sobre papel). - Eugenio Santoro (1920, italiano): 5 esculturas (madera tallada y pintada). - Adölf Wolfi (1864-1930, suizo): 3 dibujos (lápices de colores sobre papel). CATÁLOGO Con el mismo título de la exposición, acompañándola, se presenta un completo catálogo que, además de incluir reproducciones de todas las obras expuestas en la Sala, ofrece dos textos particularmente brillantes, a cargo de Lucienne Peiry, directora de la colección en Lausanne y de la comisaria de la muestra, Dolores Durán. Dice la primera que “si las obras de Hofer, de Metz o de Santoro se dirigen a la mirada del espectador, hacen igualmente un llamamiento a su mente. Las solicitudes del Arte Bruto son tan emocionales como intelectuales. Además, la obra de un autor no establece el libro abierto de sus sufrimientos, de sus miedos y sus deseos. Está presente un alto contenido íntimo, como lo está en toda producción artística real, pero el creador no se contenta con calcar sus pulsiones sobre su soporte de expresión. Adolf Wölfi, Aloïse o Nek Chand no entregan simplemente su biografía o sus memorias. Aunque cada uno opera en un verdadero repliegue interior, demuestran una verdadera superación, una sublimación de su personalidad y dan cuerpo a una producción visionaria. El autor de Arte Bruto dista mucho de obrar en la inocencia y la ingenuidad. El compromiso personal de los artistas –las producciones se realizan durante años y se cuentan por millares- así como la parte contestataria, paródica o humorística de las obras lo demuestra”. Afirma la segunda que “resolver la leve distancia comprendida entre la actividad neurotransmisora de nuestro cerebro y una rosa o una melodía que altera nuestra frecuencia cardiaca podría ser clave para entender el parentesco entre pasión y locura. En el preciso instante en que la música delata su cometido conectando nuestros sentidos, la maquinaria enajenada de afectos desordenados da sus primeros frutos en forma de lágrimas, exaltación, ansiedad, valentía y hundimiento, de planificación dramática que conduce inexorablemente al caos, a la pasión, a un padecimiento incontrolado que guarda relación con un desorden anímico que quizás tendríamos que renombrar químico. El ánimo, esa ánima, cae presa del turbamiento y con ella la razón y los sentidos” y se pregunta: “¿Es amor, pasión o locura?”.
Importante selección de autores y obras procedentes del Museo de Lausana (Suiza), poseedor de la mayor colección del mundo de “Art Brut” . Creaciones autodidactas e intuitivas, libres de toda influencia y al margen de la formación académica, realizadas por autores con biografías tormentosas cuyo factor común es el genio y el delirio.