José Manuel Rodríguez Arnáez mantiene su estética entre el constructivismo y la abstracción lírica, que, ante la dificultad de la definición, denominó su amigo, el desaparecido crítico y poeta Manolo Conde, teórico del Grupo El Paso, constructivismo lírico. A Manolo Conde, In Memoriam, se dedica la invitación-programa de la exposición que incluye fragmentos de sus poemas para el libro de artista Vértice de la Sombra, con cinco pinturas sobre papel hecho a mano de Arnáez.

Pintura con muchos años de elaboración, más de treinta, se advierte la «cocina» propia de los grandes profesionales en la sabia utilización de las múltiples transparencias o veladuras. Huye de la rigidez propia del constructivismo lineal, en busca de la vibración, el temblor y la conocida interacción del color (Albers), que recoge la espontaneidad de la obra humana, irrepetible dentro de un trazado más o menos previsto o imprevisto. La difícil y hasta imposible tarea de ... aunar en la misma obra lo apolíneo y lo dionisiaco, el orden y el caos, conforma este trabajo experimental de Arnáez.

Experiencia sólo posible desde el silencio, la reflexión y el conocimiento profundo de la geometría euclediana y su aplicación, o más bien manifestación, en los seres vivos de crecimiento armónico, precisamente esta obra se relaciona con la música y los números: orden, equilibrio, proporción, caminos hacia la belleza de la divina proporción, la sección aúrea.

En conclusión, como decía José Luis Sanpedro: «Esa cifra esotérica presente en la concha del Nautilus, en las cuerdas musicales, en tantas aparentes espontaneidades de la creación. Esta magia del número, más inexplicable aún por rigurosa, fascinando a tantos sabios desde Platón a Nicómaco hasta el moderno Marutaev y sus hallazgos en la Appassionata, pasando por Fibonacci o Leiniz»

Arnáez expone una amplia colección de pintura en el Ateneo, en su Sala Santa Catalina, después de más de cinco años sin exponer en Madrid. Su anterior exposición fue en París, en el Colegio de España, en noviembre de 2005.

Esta ausencia prologada de las galerías madrileñas hace posible que Arnáez presente una colección importante de su obra más reciente, importante por el número y por el esfuerzo de renovación de su anterior y muy depurado criterio artístico.