Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Un total de 95 obras - óleos, dibujos y pasteles- ofrecerán al espectador un amplio recorrido por la producción artística de Arikha desde 1965 hasta la actualidad. El Museo Thyssen-Bornemisza continúa con esta muestra su acercamiento al arte contemporáneo, presentando de nuevo la obra de un artista vivo.
Un total de 95 obras -pinturas, dibujos y pasteles- mostrarán un completo recorrido por la producción de un artista e historiador del arte que defiende y practica apasionadamente la pintura del natural. La exposición reúne todos los géneros que Arikha ha trabajado desde 1965 hasta la actualidad: retratos, desnudos, paisajes, interiores y naturalezas muertas, realizados de forma realista y espontánea. Comisario: Guillermo Solana.
Pintor y dibujante de nacionalidad israelí y francesa, afincado en París desde 1954, Avigdor Arikha es un artista de culto, admirado por coleccionistas, críticos y artistas; es también un prestigioso historiador del arte y comisario de exposiciones, así como un brillante escritor y conferenciante, que ha defendido y practicado apasionadamente desde hace décadas la pintura del natural, basada en la observación. Son conocidos sus retratos, desnudos, paisajes o naturalezas muertas, realizados de forma realista y espontánea, habitualmente en una única sesión y sin dibujo previo.
Avigdor Arikha: "Mi ojo ve y mi mano pinta"
"El arte basado en la observación lo crean, sin a priori y sin apoyos, la mirada y la mano a partir del natural, es decir 'sur le motif', como decía Cézanne. Su objetivo no es decorar, como el ornamento, ni documentar, como la imagen, sino que nace de una necesidad profunda para retener lo vivido" (Arikha, ensayo del catálogo de la exposición Studiolo en el Museo Thyssen-Bornemisza, diciembre 2006 - marzo 2007)
Tras sus primeras aproximaciones a la pintura del natural en su infancia y juventud, la carrera artística de Arikha comienza en los años 1950, dándose a conocer entre 1953 y 1954 como ilustrador; en esos años realiza dibujos para textos de Rilke o Gogol, entre otros. Aproximadamente a partir 1958 elabora pinturas abstractas, oscuras y atormentadas, que guardan cierta relación con el expresionismo abstracto de la posguerra. Sin embargo, en marzo de 1965 se produce un punto de inflexión fundamental que marcará toda su producción posterior. En ese momento, el artista toma conciencia de que se encuentra en un callejón sin salida, piensa que el camino de la abstracción está ya agotado y abandona la pintura. Según relata él mismo, el 10 de marzo de 1965 se levantó por la mañana y se puso a dibujar del natural.
Durante ocho años, además de al estudio de la historia del arte, dedica toda su atención al trabajo basado directamente en la observación, realizando exclusivamente dibujos y grabados -principalmente, aguafuertes en blanco y negro- hasta que, a finales de 1973, recupera la pintura.
Es durante esos años (1965-1973) cuando desarrolla y pone en práctica su teoría sobre el trabajo del natural: sólo esta forma de crear posee la autenticidad que debe tener una obra de arte; lo que se hace de memoria carece de esa verdad intrínseca a la producción artística. Como consecuencia, Arikha trabaja en un número limitado de géneros -retratos, desnudos, naturalezas muertas, interiores o paisajes-, y limita también el proceso creativo a una o, como máximo, dos sesiones, sin realizar dibujos previos ni, por supuesto, partiendo de imágenes fotográficas; el objetivo es captar los vestigios de vida del tema seleccionado. Sus motivos son auténticos fragmentos de realidad, intensamente vividos y representados por el artista de forma espontánea, con una pincelada enérgica y nerviosa, una característica luz tenue y blanquecina, y una paleta basada con frecuencia en tonos blancos y terrosos; todo ello, sumado a una cuidada estructura de la superficie del cuadro, confiere a sus obras un ritmo compositivo y una atmósfera muy personales y característicos.
En cuanto a la técnica, Arikha cultiva fundamentalmente la pintura al óleo, el pastel y el dibujo, tanto a lápiz como tinta con pincel; esta última ocupa un lugar destacado en su producción, ya que es con la que empezó el trabajo del natural a partir de 1965.
"Nada en esta exposición es tan obvio, tan banal ni -sobre todo- tan sencillo como parece" (Robert Hugues)
El recorrido de la muestra ofrece un paseo por toda la trayectoria de Arikha a partir de esa fecha trascendental en su carrera: 1965, desde su radical y definitivo abandono de la abstracción y de su "resurrección" artística. Casi un centenar de obras reunidas en dos espacios diferentes: se presentarán por un lado sus pinturas, con un criterio más o menos cronológico y, por voluntad del artista, iluminadas exclusivamente con luz natural y, en un segundo espacio, una completa selección de sus inconfundibles dibujos y pasteles, tan importantes en su producción.
Exposición. 14 nov de 2024 - 08 dic de 2024 / Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) / Córdoba, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España