A través de distintos soportes –escultura, dibujo, fotografía, vídeo o performance– el trabajo de Javier Pérez ha indagado a lo largo de los años en la capacidad expresiva del cuerpo y en sus posibilidades de transformación a lo largo del tiempo. Su interés gira en torno a la carga poética y simbólica de un cuerpo volátil, múltiple y mudable, a menudo despedazado, que transmite a la vez dolor y belleza, deseo y repulsión, pureza y opacidad.

En esta exposición, el artista presenta la serie Híbrido, piezas de resina negra de organismos que mutan de lo animal a lo vegetal, de lo brutal a lo poético, de la vida a la muerte. Las piezas sufren esta metamorfosis al ritmo de las campanadas de Tempus Fugit, que marca el inexorable paso del tiempo.

Línea de Horizonte se ... compone de sesenta piezas que marcan la lenta evolución desde una forma aovada hacia la cabeza de un hombre que envejece para volver de nuevo a la forma germinal. La pieza que da título a la exposición es un baile de esqueletos flotantes que, al compás de un carillón musical que entona el Aria da Capo de las Variaciones Goldberg de Bach, giran incesantemente en círculos. Ambas piezas son claras referencias a la transitoriedad de un tiempo, que en la obra de Pérez suele ser cíclico, infinito e ineludible.

Completan la exposición las impactantes series de fotografías Oda y Eros, que se refieren una vez más a la transición de lo híbrido y a la defensa de una belleza tan atractiva como turbadora.