Desde la infancia denota una gran predisposición por el dibujo. Después de tomar parte en concursos de pintura juvenil y participar en exposiciones de pintores locales, expone por primera vez y de forma individual en 1961.
Miembro de la Agrupación de Acuarelistas de Cataluña y también de la Asociación de Acuarelistas Mexicanos. Es uno de los fundadores de la Asociación de Artes Plásticas del Casino de Granollers. Entre otros de otros premios, está en posesión del Primer Premio de Acuarela de 1981 otorgado por el Real Cerche Artístico y el Real Automóvil Club. Figura en el Diccionario Ràfols de Artistas Contemporáneos de Cataluña Y Baleares.
Hoja de sala
Era en 1961 cuando Jordi Gendra celebraba su primera exposición.
Han sido voces acertadas, como las de José Alguera, Joan Sala Vila i Joan Llop, entre otros, quien han reivindicado el preciso trabajo de Jordi Gendra.
“Unas líneas a veces simplisimas, y otras que se entretienen...y demoran en los pormenores de unas tejas, unas piedras, o cualquier punto del paisaje, como si de ellos se hallara la proyección de su secreto, nos muestra la delicada veracidad expresiva de un dibujo que luego se viste de ocres y con ellos, en un tono sereno, tranquilo y casi musical nos cuenta esos temas urbanos, paisajes y marinas, vistos a la luz clara como en un parpadeo que aprehendió su esencia en sus síntesis” Alguera, J. (1974). Exposició d'aquarel·les d’en Jordi Gendra. [Catálogo]
“Como sabe Gendra, no hay nada más bello que la realidad; todo lo que sea intentar embellecerla es un fracaso total. Por lo tanto, tiene bastante con respetarla, atraparla y trasladarla al soporte del papel blanco empleando la difícil técnica de la acuarela” (…) ”Es un artista de silencios y serenidades, realizador de una obra equilibrada y ajustada, en que las disonancias y los impactos cromáticos no tienen lugar. Todo está en su punto, en su lugar, consigue una armonía total. La acuarela no tiene secretos para él, extrae todos sus recursos y posibilidades, sabe rimar las reservas e integrarlas en el color resuelto en etéreos desgradados creadores de atmósfera con el añadido de las pinceladas descriptivas que se encargan de relatarnos -muchas veces a través de la lírica insinuación- la realidad” Llop S, J. (2001). Jordi Gendra 40 anys d’aquarel·la 1961-2001. [Catálogo]
“La fuerza del cromatismo se convierte en claridad luminosa, independientemente de la climatología del lugar que quiere plasmar su obra. Unas difuminaciones, claras, algunas, escondidas, otras, contribuyen a una visión más cuidadosa de la composición de la aiguada, que desafía la fotografía pero logra una interpretració personal del paisaje. Las pinceladas, manchas sin ser puntillismo, le dan, mejor dicho, rubrican su estilo, sobre todo en los primeros términos, puesto que el fondo, habitualmente, son difuminados. La conjugación de los dos elementos definen con bastante fuerza un estilo, que ha conseguido entrar en la intimidad de muchos amigos. Crear un arte popular es un mérito”.Sala Vila, J (2001). Jordi Gendra 40 anys d’aquarel·la 1961-2001. [Catàleg]
Algunas de las obras que se muestran a Artemisia tienen pinceladas hechas de hace dos semanas. Las pinturas de pequeño formato son hechos en los últimos años. Noventa años, y Jordi Gendra continúa empuñando el pincel y una lente de aumento porque la pintura "es el que ha dado razón de ser a mi existencia” Gendra, J. (1986). 25 de pintura de Jordi Gendra. [Catálogo]
Se define "enamorado y maniático de la acuarela", y escuchándolo conmueve por la autenticidad de sus palabras. También se desprende del resultado de más de sesenta años de trabajo constante, y fiel a un interés concreto, la natura como estudio principal rehuyendo de las tendencias de las diferentes épocas. "He procurado transmitir al papel aquella impresión placentera de un contraluz, aquel rincón típico de un pueblo pequeño, los reflejos alentadores del agua, los colores fríos de un paisaje nevado, la esbelta silueta de un campanario románico, y, en suma, todo aquello que en un momento determinado, al contemplar un tema, te hace sentir una emoción, y a la. vez, un deseo ansioso de quererlo pintar”. Gendra, J. (1986). 25 de pintura de Jordi Gendra. [Catálogo]
Alguien me dijo que quién un artista siempre hace el mismo es porque se conforma o porque no lo sabe hacer mejor. Y en cierto modo siempre he dado veracidad en esta afirmación. Jordi Gendra me ha hecho desdecir este pensamiento.
Jordi Gendra es un discípulo de la escuela de Barbizon y del impresionismo temprano. Como los románticos ingleses, ha hecho topografía: ha salido a la natura para coger la atmósfera. Siempre ha querido mostrar el bosque, no un bosque bucólico, sino la esencia del bosque, tal cual es, sin pretender filtrar ningún mensaje escondido, solo reflejar la belleza perenne de una natura esencial.
Y esto lo empezó a hacer cuando el movimiento de vanguardia que más adeptos tenía Cataluña era el informalismo, por lo que significaba en cuanto a libertad creativa y ruptura con la llamada limitación representativa. Un movimiento que se convirtió en uno de los puntales expresivos más importantes por las generaciones posteriores que aspiró a reivindicar un momento de trascendencia histórica (1957 marca el final de la posguerra española) y mostrar un compromiso político.
Jordi Gendra no es ajeno a la circunstancia social y política del contexto, pero en un ejercicio de honestidad y autenticidad que, por encima de cualquier otra consideración, apuesta para poner de manifiesto su sensibilidad profundamente arraigada a la natura y nos comparte un universo visual rico en matices.
Su uso del color es, sin lugar a dudas, uno de los aspectos más destacados de su obra. Selecciona con cuidado una paleta cromática donde los tonos y los matices se confunden y cohesionan. No se trata de reproducir la realidad física, sino de transmitir la esencia misma de la atmósfera que impregna cada paisaje.
La luz y la sombra son elementos fundamentales en la obra de Gendra: con la manera que emplea la luz reconocemos la comprensión que el artista tiene sobre la interacción entre la luz natural y los objetos que iluminan; las sombras, lejos de ser simples ausencias de luz, adquieren vida propia, añadiendo una nueva dimensión a cada composición.
Su habilidad para usar el agua y el pigmento revelan un dominio de la acuarela como medio expresivo. Pero sería injusto que después de sesenta años se apelara a su excelencia técnica, sin tener en cuenta que la obra de Jordi Gendra transciende la representación pictórica, para convertirse en un testigo conmovedor del legado cultural, histórico e identitario de nuestro territorio.
Cómo dijo alguien: “Solo si consigues dar salida a tu propia voz puedes aspirar a un lenguaje universal, atemporal y transcultural que apela en todo el mundo”.
Cristina Requena
Directora Galeria Artemisia, Art & Tendències
Les Franqueses del Vallès, març 2024
Entrada actualizada el el 17 may de 2024
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