Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Todo cuerpo es un recoveco, un meandro, un río con más bañistas que Heráclitos -para quien se tome la molestia de contar, que contables de todo tipo merodean por las riberas, desde los que esperan ver pasar el cadáver de su enemigo a quien confía en el arribo del cuerpo de su amante-; todo cuerpo es un galimatías de músculos y sudores, un enredo de pasiones e ímpetus. Y ahí está el forense feliz llamado Pepe Yagües dibujando y troquelando organismos, acróbatas del erotismo y metáforas de madera. Icaros con cara de excursionista, caballos de Troya como piñatas, nalgas sonrientes de diosas aún más risueñas, un jardín secreto donde crecen las promesas y los deseos, doncellas desbocadas en un rapto de intemperancia, laberintos para armar y amar en sus recodos, falos felices, guerreros que han desertado de la batalla y buscan el bálsamo de la caricia, sátiros satíricos y erectos; medias lunas como cunas para dioses demediados. Juegos de palabras, jugos de vocales y de alambres con los que construir esas nuevas quimeras. Pastan y pecan, que ambas actividades alimentan el cuerpo y el alma, con diversa pericia y distinto frenesí. Un minotauro no deja de ser un producto de la ingeniería genética arcaica. No es bestia ni tampoco humano, es instintivo y, a la vez, racional, es violento y capaz de una extrema delicadeza cuando el mundo se muestra cortés con él (hasta aquí todo normal). Es un feliz intruso en las obras de Pepe Yagües. Montando Troya, desmontando mitos, desplumando dioses y desnudando diosas. Esa parece ser la tarea de Pepe Yagües: hacer sonreír a los inquilinos del Olimpo, recuperar a los habitantes de las leyendas para que sigan habitando arquetipos y arcadias. Hay en las obras de Pepe Yagües mil mitos por milímetro cuadrado: un atasco de héroes temerarios y tiernos, minotauros astifinos y laberintos para libertinos. Una definición, que no cuadra, aunque cuadre: yagüismo. Y el yagüismo es yacer y yantar, que no coser y cantar, porque es labor que precisa concentración, reposo y lenta digestión. Hay objetos que, más allá de la armonía de sus formas y de la destreza con la que han sido elaborados, se convierten en talismanes, que protegen a sus dueños de catástrofes cotidianas y amenazas globales y también localizadas. Esos objetos, apotropaicos es su culta definición, resguardan del granizo de salón, epidemias de tresillo y de, por ejemplo, tsunamis de jardín. Las esculturas de Pepe Yagües son, por inclinación y destino, apotropaicas y forman una coraza frente a las adversidades del alma. Esa Raíz cuadrada de dos, un coito en un columpio, tiene, seguro, protectoras e hipnóticas propiedades cuando se balancea y se observa con celosa curiosidad. Aquí está una cabra con alma y cencerro, una cabra con maneras zíngaras y modales autóctonos. Una cabra, yo la he visto, que vive bajo un algarrobo centenario en la casa de Pepe Yagües y bala baladas y trisca por viejas cañadas nunca olvidadas por el instinto. Porque ese algarrobo, como todos los árboles mágicos, tiene una mirilla por la que el travieso Yagües espía a los mitos para luego trazar el mapa de sus transgresiones. Todo esto se resume con tres palabras: 'Minos es más'.
Hay objetos que, más allá de la armonía de sus formas, se convierten en talismanes, que protegen a sus dueños de catástrofes cotidianas y amenazas globales y también localizadas. Esos objetos, apotropaicos es su culta definición, resguardan del granizo de salón, epidemias de tresillo, tsunamis de jardín...
Exposición. 14 nov de 2024 - 08 dic de 2024 / Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) / Córdoba, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España