Para esta ocasión el artista madrileño ha realizado obra de diferente formato y técnica sobre papel: collage, dibujos a bolígrafo, a rotulador y con lápices de colores. Es una exposición, la primera del artista, dedicada exclusivamente a trabajos sobre papel que quizá sea el soporte que mejor explique su aproximación al arte y más en concreto, su inclinación hacia la pintura.

La posición de Antonio Ballester Moreno hacia el dibujo y la pintura es ideológica; por tanto, su práctica será la manifestación creativa de una clara actitud del artista ante la vida. Llegó a la pintura deforma intelectual -el medio 'natural' del artista en la facultad y en años posteriores fue el lenguaje del vídeo-. Referentes como el 'Walden' de Thourau, los escritos de John Cage, el Manifiesto de Unabomber de Ted Kaczynski, Dubuffet, Paul Klee o los ... documentales de Werner Herzog le hacen llegar de una forma razonada a este, para él, nuevo medio. Para Ballester Moreno, al igual que propugnan los autores antes citados, es esencial tener un espacio que le permita ser más libre creativamente fuera de prejuicios formales y conceptuales. La pintura es el lenguaje que le permite alcanzarlo.

La pintura le da un espacio donde puede pasar tiempo en solitud y tener una relación directa con la obra sin ninguna mediación física más que el bolígrafo o el pincel. El artista encuentra la libertad en una forma de hacer arte sin artificios y disfraces intelectuales, por tanto, es muy importante para él el concepto de artesanía entendida ésta como una forma de trabajo alejada de la hiperindustrialización de nuestro tiempo y que se afronta no para conseguir objetivos a corto plazo sino como una forma de autoconocimiento y de posicionamiento ante la vida, sin miedo al error y ajena al concepto de genio. En consecuencia, los temas a los que más recurre Ballester Moreno son el folklore, temáticas propias del mundo infantil y de la locura y la naturaleza.