«Tener el castillo en la cabeza, llevar el castillo en el cuerpo» es un proyecto de Antònia del Río que reflexiona sobre la construcción social del paisaje.
En realidad, solo vemos los paisajes que queremos ver, es decir, aquellos que no cuestionan nuestra idea socialmente construida, producto de una determinada forma de aprehensión y apropiación del espacio geográfico. El paisaje refleja una particular manera de organizar y experimentar el territorio en el marco de unas relaciones complejas y cambiantes, que pueden ser de género o de clase, solo por citar algunas, y que, en definitiva, traducen cuestiones relacionadas con el poder. El paisaje, como resultado de una transformación colectiva de la naturaleza, es un producto social y cultural.
A pesar de alojar la contradicción, sabemos que a veces desconocemos lo que tenemos más cerca. La artista, que vive y trabaja en Barcelona, nació en Capdepera (Mallorca). Nunca ha subido al castillo de...Alaró, que se encuentra sobre una cumbre de la isla. Fruto de una residencia en el pueblo, situado en la falda de la montaña, Antònia investiga, entre los habitantes de Alaró, cómo es la fortificación, cómo son sus alrededores y el camino de ascenso que conduce al castillo, cómo la describen sus vecinos y vecinas, qué imágenes genera y cuáles son los lugares comunes para imaginarla y hacer una reconstrucción personal.
El cuerpo y el movimiento están presentes de manera física y simbólica en las descripciones, que refuerzan y recuerdan el conocimiento del sitio, configurando una suerte de memoria corporal activa en la que confluyen territorio físico, político y digital. El castillo es configurador de gestualidad y, por tanto, tiene una vertiente performativa que es significativa en el marco de la exposición.
La transmisión de conocimiento, pero también de la memoria de un lugar concreto, tiene mucho que ver con la creación del imaginario de este. Mitos, leyendas, tradiciones y representaciones sobre el castillo de Alaró acompañan a los residentes en el proceso de vida, que Antònia del Río recrea a partir de sus testimonios, unidos también a la simbología de la montaña y la cima.
A través de un trabajo multidisciplinar con dibujos y pinturas, vídeo, postales y pasajes sonoros, la creadora conceptualiza la aproximación a un lugar desconocido a partir del relato y del hecho experiencial y participativo.
Antònia del Río (Capdepera, Mallorca, 1983) se formó en Bellas Artes en Barcelona y actualmente es doctoranda en Estudios Avanzados en Producciones Artísticas. Sus proyectos, que abarcan el dibujo tradicional y expandido, las herramientas digitales e interactivas, la fotografía, la edición y el libro de artista, se centran en la investigación sobre los mecanismos de transmisión y pérdida de conocimiento, estableciendo un inevitable diálogo entre memoria y olvido. Un tema que ha desarrollado poniendo el foco de interés en cuestiones tan diversas como el rastro, lo ausente, el recuerdo, la memoria colectiva, las permanencias y los descartes en la Historia, y también los almacenes de la memoria, como las bibliotecas y los archivos. Su obra se ha expuesto en el Centre d’Arts Santa Mònica y en la Fundació Suñol, ambos en Barcelona, en La Casa Encendida de Madrid y en el Centre d’Art Tecla Sala, de L’Hospitalet, entre otros.
En paralelo a su producción artística, Antònia del Río lleva a cabo una labor activa en la pedagogía del arte: es profesora de la Universitat de Barcelona y miembro del equipo del espacio de educación y creación contemporánea Experimentem amb l’ART.
Entrada actualizada el el 31 oct de 2022
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