Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- El Museo Guggenheim Bilbao presenta una de las exposiciones más relevantes dentro de la programación artística de su Décimo Aniversario: Anselm Kiefer, una muestra única que incluye una selección de obras creadas en la última década por uno de los más importantes y aclamados artistas de nuestro tiempo. La exposición, comisariada por Germano Celant, Curator Senior de Arte Contemporáneo del Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, presenta una selección de obras pertenecientes a colecciones públicas y privadas, a la Colección del Museo Guggenheim Bilbao y a los fondos del propio artista. Organizada temáticamente, esta muestra, que cuenta con el generoso patrocinio de BBVA en el año en el que esta entidad celebra su 150 Aniversario, conjuga el poder emocional de las creaciones de Kiefer con el edificio de Frank Gehry, logrando que el espectador se sumerja en un espacio creativo, donde los grandiosos trabajos de este artista brillan con luz propia. Una de las particularidades de esta muestra es un desolado paisaje de invierno de escala monumental, creado especialmente para el Atrio del Museo, cuya verticalidad —15 metros de altura— interactúa con el singular espacio creado por Frank Gehry. La exposición aúna más de 100 obras, entre conjuntos y trabajos individuales, que se distribuyen a lo largo de nueve salas de la primera y la segunda planta del Museo, ilustrando, pese a estar realizadas en los últimos diez años, las diferentes temáticas, inspiraciones e inquietudes que han definido la creación artística de Anselm Kiefer, permitiendo al visitante una visión completa y heterogénea de su trayectoria. De lo particular a lo universal Anselm Kiefer nació en 1945 en Donaueschingen, al sur de Alemania. Reconocido internacionalmente como uno de los más importantes creadores de nuestro tiempo, su producción se inicia a finales de los años sesenta, cuando decide abandonar los estudios de derecho para dedicarse a su verdadera vocación, el arte, en el año 1966. Su producción de los años setenta y ochenta gira en torno a la mitología, la historia, la religión y la simbología alemana, temas que el artista investiga profundamente y que utiliza de forma recurrente en sus obras como medio para evitar el proceso de amnesia colectiva ante las brutalidades y tragedias históricas de una Alemania desmembrada por la Segunda Guerra Mundial y en plena lucha por la restitución de su identidad como país. De esta forma, la cábala, los nibelungos, Adolf Hitler, el músico Richard Wagner o el arquitecto del nazismo, Albert Speer, son referencias comunes en su obra de este periodo que ha sido considerada un auténtico “teatro de la memoria”. Sus trabajos, en los que se fusionan la pintura, la escultura o la fotografía, mediante técnicas como el collage y el asamblage, subrayan la solemnidad y la naturaleza trascendente de su contenido no sólo por sus cualidades táctiles, sino por la violencia de su pincelada y la opacidad que transmite una paleta de colores casi monocroma, mezclada con materiales poco ortodoxos y endebles como plomo, alambre, paja, yeso, barro, ceniza o polvo, o flores y plantas reales, en contraste con la transparencia de su significado. No es hasta comienzos de los años noventa cuando Kiefer, tras una serie de viajes por el mundo, comienza a explorar temas más universales, todavía basados en la religión, los simbolismos ocultos, los mitos y la historia, pero centrándose ahora más en el destino global del arte y de la cultura, así como en la espiritualidad y los mecanismos y misterios de la mente humana. Obras monumentales La muestra que presenta el Museo Guggenheim Bilbao está organizada temáticamente tomando como base, además de las religiones y la mística, la filosofía, la ciencia, la naturaleza o la alquimia, sus referencias literarias y poéticas, desde la filosofía de Martin Heidegger (1889–1976) y Friedrich Nietzsche (1844–1900) y los escritos de Paul Celan (1920–1970), Jean Genet (1910–1986) o Ingeborg Bachmann (1926–1973), hasta la música de Richard Wagner (1813–1883), figuras a través de las que cuestiona y aborda aspectos fundamentales de la experiencia y condición humana. La selección de obras realizada resalta especialmente las intervenciones monumentales de Kiefer, es decir, aquellas obras que el artista concibió para lugares concretos cargados de referencias históricas, religiosas o culturales, entre las que se encuentra su propio estudio en Barjac, estableciendo una fuerte interacción con la arquitectura. “Mis obras son muy frágiles y no tan sólo en el sentido literal. Si las colocas juntas en las circunstancias equivocadas, pueden perder completamente su poder. Es por ello que lo que yo hago en Barjac es darles un espacio, quiero dar un espacio a la pintura”, señalaba el artista en una entrevista concedida a finales de 2006 a la revista Modern Painters. Un ejemplo de ello son los cinco impresionantes lienzos de la serie Chevirat Ha-Kelim (2000), que se exhiben en esta muestra (Sala 209), y que fueron creados específicamente para ser expuestos en la capilla del hospital psiquiátrico La Salpêtrière de París. Se trata de uno de los muchos trabajos en los que el artista utiliza la Cábala como temática, una fuente de inspiración para el artista durante casi veinte años. De hecho, los trabajos presentados en esta muestra bajo el título de Chevirat Ha-Kelim (La rotura de las vasijas en hebreo), cuyas partes superiores están redondeadas adoptando la forma de piezas de altar, toman directamente su título de la tradición cabalística por la que Kiefer se siente muy atraído, como es el caso de Tsim-Tsoum, Emanación, La expansión de Sefiroth, etc. La exposición incluye obras pertenecientes a otra serie magnífica creada por el autor para una exposición en el año 2005, Para Paul Celan, integrada por libros, pinturas y esculturas. En el Museo Guggenheim Bilbao podrán contemplarse un número significativo de esos libros de plomo macizos y desafiantes atravesados por flores, símbolos clásicos tanto de la fertilidad como de la transitoriedad de la vida. Los libros, además de ser una fuente de inspiración constante en Kiefer, forman parte de su producción artística desde finales de los años sesenta, tanto en formato papel como a modo de esculturas imponentes y únicas de gran tamaño. Obras de arte para ser leídas visualmente que para este creador funcionan como depósito de la sabiduría y conocimiento del mundo, preservando la memoria. A esta misma serie pertenecen una serie de lienzos que reflejan paisajes invernales y desolados cubiertos de nieve (Sala 105), basados en las fotografías tomadas por el artista en los campos de Salzburgo en Austria e inspirados en las obras de los primeros años del poeta y ensayista judío rumano Paul Celan, que hacen alusión explícita a la muerte de sus padres en los campos de concentración nazis. Celan vivió en Francia desde 1947 hasta que se suicidó arrojándose al Sena en el año 1970, profundamente marcado por su trágica experiencia vital durante el Holocausto. Esta serie de lienzos muestran paso a paso la influencia constante y duradera de los poemas de Celan sobre la creación de Kiefer, llevándole a abordar temas como la violencia histórica, el misticismo hebreo, o la convicción de que la memoria debe preservarse como único modo de asimilar los traumas del hombre. La técnica empleada por el artista en estas pinturas transmite el concepto de materialidad implícito en el poema Fuga de la Muerte de Celan, mediante el uso de materiales como la ceniza, la paja, hojas de árbol, arena o pelo. El diálogo artístico de Kiefer con este poeta se inicia en 1981, continúa con una serie de pinturas y esculturas creadas en 2004 y se prolonga hasta la actualidad con el colosal paisaje celeste especialmente diseñado para el Atrio del Museo y salpicado de poemas de Celan. Entre las piezas expuestas (Sala 205) se encuentran también varias magníficas pinturas pertenecientes a la serie Para Chlebnikov (2004), inspiradas en los escritos del visionario poeta ruso futurista Velimir Khlebnikov (1855–1922), que por medio de un sistema matemático inventa Las leyes fundamentales del tiempo, una teoría por la cual la historia es una manera de reinterpretar el pasado y predecir el futuro, según la cual las catástrofes bélicas navales se producen cada 317 años. Los lienzos de esta serie reproducen barcos de la II Guerra Mundial suspendidos en el aire y acompañados de escritos que hacen referencia a nombres de barcos de guerra, famosas batallas y militares célebres en representación del modelo histórico cíclico de Khlebnikov. La ciencia y el destino son, así mismo, el tema principal de otra serie inspirada en el observatorio que el Maharajá indio Sawai Jai Singh II (1688–1743), notable matemático y astrónomo, construyó para contemplar el firmamento en Jaipur, ciudad del norte de la India que Kiefer visitó en uno de sus viajes. En algunos de estos trabajos (Sala 203), como Eridano o Auriga las constelaciones aparecen salpicadas con instrumentos de medición como relojes de sol, construidos en ocasiones sobre formas arquitectónicas. Mediante la unión de arte y ciencia, Kiefer pretende dirigir la mirada de la humanidad al pasado como una fórmula para construir la memoria histórica, sugiriendo al mismo tiempo la vulnerabilidad del hombre ante la inmensidad del cosmos. “Sus estrellas son como fragmentos de memoria que surgen en una pintura”, apunta el propio artista. Las meditaciones de Kiefer sobre la naturaleza y la ciencia prosiguen en La vida secreta de las plantas (2001–02), un conjunto pinturas realizadas con raíces, tallos y hojas de plantas inspiradas en el título de un libro de Peter Tomkins y Christopher Bird, publicado en 1973, en el que se analizaba la naturaleza sensible de las plantas, su relación con el orden del cosmos y su capacidad para dar respuesta a los misterios y secretos sobre el mundo a los que la ciencia no encuentra respuesta. La muestra también profundiza en las exploraciones de Kiefer acerca de la fragmentación de la historia. Ello toma la forma de diálogo entre arquitectura arcaica, colosales escaleras de cemento hechas pedazos y la representación pictórica de ruinas antiguas en la obra de la Colección Propia del Museo Guggenheim Bilbao Sólo con el viento, el tiempo y el sonido (1997). El título de esta pintura está extraído de un poema de Ingeborg Bachmann, poetisa y filósofa austriaca, apasionada defensora de los derechos de la mujer, y cercana en pensamiento a Paul Celan y al propio Kiefer en el cuestionamiento de la existencia de la literatura y el arte en general en el mundo tras el Holocausto. A través de la obra de Bachmann, el creador alemán ahonda en la identidad y la experiencia de la mujer en dos periodos históricos diferentes, mediante dos series de obras presentes en la muestra organizada por el Museo Guggenheim Bilbao. La instalación Mujeres de la Revolución (1992) es una de las piezas realizadas por el artista antes de su traslado a Francia. Realizada en 1992, e inspirada en el libro de título homónimo de Jules Michelet (1798–1874), incluye un número relevante de camas uniformes realizadas en plomo, material que Kiefer usa de forma constante en sus esculturas, pinturas y libros desde mediados de los años ochenta y cuya manipulación le permite transformar el mundo por medio del arte a modo de un “viejo alquimista”, como el mismo se describe. En la pared que se encuentra sobre cada lecho se muestran fotografías y textos escritos a mano que aluden a algunas figuras femeninas que jugaron un papel significativo durante la Revolución Francesa como Charlotte Corday, Madame Roland o Cecile Renault, entre otras. El tema del rol histórico de la mujer es retomado por el artista varios años más tarde en Mujeres de la Antigüedad (2000–04), donde se sirve de maniquíes sin cabeza, ataviados con vestidos de resina blanca para representar, en unos casos a heroínas ejemplares y en otros a mujeres despiadadas, que únicamente tenían en común su fuerte carácter y determinación como la diosa griega Kirke o la heroína romana Claudia Quinta. Kiefer representa también a personajes Desde 1993 Kiefer vive y trabaja en Barjac, una pequeña villa de Francia, cerca de Avignon, donde este artista ha creado un auténtico laboratorio que le permite testar ideas y materiales y transformarlos en auténticas experiencias artísticas. Reconocido como uno de los más importantes artistas en activo, ha sido el protagonista en la últimas cuatro décadas de exposiciones de pinturas, esculturas, dibujos e instalaciones en la instituciones y museos más relevantes de todo el mundo y sus trabajos forman parte de las más prestigiosas colecciones de arte públicas y privadas. Espacio didáctico Como complemento a la exposición, y para proveer al visitantes de las llaves y herramientas necesarias para el entendimiento de los trabajos expuestos en la muestra Anselm Kiefer, el Museo Guggenheim Bilbao ha diseñado un espacio didáctico que recrea la actual residencia y lugar de trabajo del artista en la población francesa de Barjac, con galerías subterráneas, escalonamientos, diferentes materiales amontonados, obras en proceso de elaboración, etc. Un escenario ficticio que servirá al visitante para comprender algunos de los aspectos y temáticas fundamentales para comprender la obra del artista como la alquimia, el uso de materiales poco ortodoxos, las libros, las plantas, etc., transmitiendo la idea de "gesamkunstwerk" o lugar de experimentación del arte total de la que es partícipe Anselm Kiefer. Con ocasión de esta exposición se ha editado una gran publicación que incluye las declaraciones y entrevistas más importantes de Kiefer, y que contiene 350 reproducciones de obras que abarcan la aventura visual del artista desde 1969 hasta el momento presente.
Desde que hace casi diez años el Museo dedicara una de sus salas al artista alemán Anselm Kiefer, aquellas obras que la configuraban, y que pasaron a formar parte de nuestra Colección, se han mostrado en diversas ocasiones. Ahora, y coincidiendo con el Décimo Aniversario del Museo Guggenheim Bilbao, esta gran exposición mostrará y contextualizará estas obras junto a la producción artística de Kiefer de los últimos 10 años que incluye una pintura de escala monumental específicamente realizada para el Atrio del Museo. La muestra está estructurada de manera temática en torno a las grandes series que este creador ha venido desarrollando desde los años noventa.
históricos como Berenice, una princesa egipcia del siglo III a.C., cuyo pelo, objeto de una leyenda, se convirtió en una constelación.
La Didaktika se completa con materiales audiovisuales como una entrevista a Anselm Kiefer, donde el artista ahonda en sus planteamientos artísticos y la filosofía de su trabajo, o un programa interactivo, que ahonda en los fundamentos de su proceso creativo y en su biografía.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España