Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- El conjunto, expuesto de nuevo al público por primera vez desde 1989, cuando abandonó el Museo de Port de Pollença para pasar a la Colección Fundación 'la Caixa', nos aporta nuevas formas de mirar y entender la pintura del artista catalán, que no sería la misma si detrás de ella no existiera ese inmenso trabajo sobre papel. Anglada-Camarasa, desde el dibujo incluye una selección de 97 dibujos acompañados de 14 pinturas al óleo. Además, se muestran distintos objetos utilizados en su estudio para realizar sus obras, como pueden ser un mantón de Manila o un vestido de torero. Las obras pertenecen a la colección de la Fundación 'la Caixa', institución con un mayor número de obras de Anglada- Camarasa. La colección contiene 273 obras entre dibujos y pinturas, además de toda una serie de objetos del artista que guardaba en su estudio para realizar sus pinturas, principalmente indumentaria, mobiliario y estampas japonesas. La exposición quiere dar a conocer los dibujos que contiene la Colección de la Fundación 'la Caixa', algunos de los cuales nunca habían sido mostrados. La obra en papel de Anglada-Camarasa es, por lo tanto, la absoluta protagonista de la muestra, que propone una nueva forma de entender el proceso utilizado por Hermen Anglada-Camarasa para la creación de sus obras y enseñar la extraordinaria capacidad artística del pintor desde uno de sus aspectos menos conocidos. El pintor Hermen Anglada-Camarasa (Barcelona, 1871 - Port de Pollença, 1959) orientó su expresividad hacia la pintura, una pintura exuberante con un particular lenguaje basado en el color. No obstante, realizó miles de dibujos que nos permiten entender su forma de trabajar y adentrarnos en el proceso de elaboración de sus telas. La mayor parte de las veces, Anglada-Camarasa utilizó el dibujo como medio y no como fin. Tan solo en contadas ocasiones, al principio de su trayectoria, los dibujos fueron un objetivo en sí mismos y el pintor los mostró en sus exposiciones junto con sus pinturas, dejando claro su dominio de la técnica ante las voces críticas que le acusaban de utilizar únicamente colores y materia. Así, el interés de los dibujos es doble: por un lado, permiten deleitarse en el trazo ágil y definido del artista, que logra unas formas ondulantes y en movimiento que nos atrapan, y por otro, permiten introducirse en su forma de trabajar. Conocer este proceso resulta útil para entender su obra, sus gustos y sus fijaciones, muchas veces desconocidos. Esta muestra, por lo tanto, nos permitirá explorar la forma de trabajar de uno de los más importantes pintores catalanes de la modernidad y la relación existente entre el dibujo y las coloristas obras angladianas, así como admirar sus líneas y conocer más a fondo los temas que trabajó a lo largo de su vida. Los dibujos, casi siempre de un único color, realizados mediante técnicas variadas y distintos grados de complejidad, son la clave para conocer la forma de trabajar del artista. La exposición presenta los dibujos agrupados por temas, en un recorrido por los motivos que atraparon la atención de Anglada-Camarasa: notas de la noche parisina, figuras femeninas apenas intuidas, bailaoras, temas gitanos, retratos, composiciones y paisajes de Mallorca. ÁMBITOS DE LA EXPOSICIÓN Periodo de formación. 1885-1898 La muestra se inicia con una breve mención de su época de formación, que se produjo primero en Cataluña. En estos primeros años, Hermen Anglada- Camarasa pinta y dibuja obras realistas con mucho detalle, casi siempre inspiradas en la naturaleza, tema que no vuelve a tratar hasta que llega a Mallorca. En 1894 viaja a París, donde prosigue su formación. Allí bebe de la influencia del simbolismo, que abandona muy pronto para tomar su propio camino. La insistencia sobre un mismo motivo será un rasgo característico en las obras del artista, que vuelve una y otra vez sobre una imagen, hasta que logra la representación deseada. Estudios de academia y de modelos Anglada-Camarasa realiza, entre 1900 y 1906, numerosos dibujos de academia y de modelos con cuidadosa perfección que tienen especial importancia para él. Frecuentemente los expone junto a sus pinturas, otorgándoles así una particular categoría. Las obras del artista eran criticadas por su técnica de aplicación de los colores, y Anglada decide demostrar que su gusto por las formas evanescentes no tiene nada que ver con la falta de técnica que se le atribuye. Años más tarde sigue realizando estos estudios de tipo académico a fin de mantener la fluidez del trazo en la ejecución de sus figuras. El pintor nunca abandonó dicha práctica, ya que la consideraba esencial para la realización de sus pinturas con figuras. París, cambio de siglo Seducido por el ambiente de los locales de ocio de la noche parisina, Anglada-Camarasa crea obras innovadoras y personales, a veces polémicas, cuyos protagonistas son la luz eléctrica, el ambiente de las salas de baile y sus personajes. La figura femenina adquiere la máxima relevancia, con vestidos de telas vaporosas, sombreros espectaculares y siluetas etéreas. Anglada-Camarasa plasma los ambientes nocturnos directamente al óleo sobre pequeñas tablas de madera, o realiza apuntes y esbozos que le sirven para preparar composiciones más elaboradas. Tras estas pinturas se esconden horas de atenta observación, apuntes y esbozos de figuras, croquis de espacios y anotaciones que el artista utiliza para traspasar las imágenes retenidas a las telas. A estos años pertenecen también numerosos apuntes sobre caballos, motivo que atrae al pintor y que trabaja a lo largo de toda su trayectoria. Escenas y danzas gitanas La fascinación de Anglada-Camarasa por los temas gitanos se inicia en París, donde las danzas flamencas que se muestran en los locales de la capital le facilitan el contacto con este aspecto del folclore. Figuras de bailaoras y guitarristas, zambras y escenas de baile, apuntes de manos y estudios para composiciones constituyen buena muestra de la atracción que le provoca el tema: desde la visión más expresionista del estudio para Danza española hasta sus últimas composiciones, en que vuelve sobre temas trabajados años atrás. Aquí puede observarse la particular forma de trabajar del pintor: encola fragmentos de papel sobre las partes del dibujo con las que no ha quedado satisfecho. Le importa poco el resultado estético final, con correcciones, anotaciones, manchas de cola y recortes, porque se trata de un instrumento de trabajo que únicamente tiene que ver él. Estudios para retratos y composiciones Es probable que muchos de los dibujos que Anglada- Camarasa realizó a lo largo de su vida hayan desaparecido, en parte porque no parece que los apreciase especialmente y en parte porque los continuos cambios de domicilio afectaron sin duda a la parte más sensible de su obra. Muchas de estas obras constituyen parte del recorrido que Anglada-Camarasa realizaba hasta llegar a las grandes pinturas de elaboración compleja, la mayor parte retratos, figuras femeninas y composiciones con personajes populares. Los retratos femeninos fueron una constante entre los motivos del pintor, en ocasiones escondidos bajo la riqueza del vestido o del entorno. Las composiciones tratan a menudo sobre temas folclóricos, con su visión particular y decorativa, tan alejada del costumbrismo realista de otros artistas de la época: fiestas y escenas gitanas, temas valencianos, escenas populares con campesinos o romerías como las que realizó en Mallorca y especialmente a partir del exilio. Podemos ver algunos estudios de retratos y de figuras relacionadas con El ídolo, La sibila, Valencia, y dibujos preparatorios para El tango de la corona, pinturas de gran formato que forman parte de la Colección Fundación 'la Caixa'. Paisajes El paisaje no adquiere protagonismo en la pintura de Anglada-Camarasa hasta que llega a Mallorca en 1914. Este viaje sin retorno, que el pintor decide realizar en el zenit de su carrera internacional, cambia radicalmente su orientación personal y profesional, así como la difusión artística de su obra y los temas de interés, centrados ahora en el paisaje: rocas, árboles, masías y detalles de la costa de Pollença se convertirán en el centro de la composición, en una nueva concepción del tema. Los pinos, olivos y almeces de los caminos, las casas de Ternelles y de Son March, las rocas pintadas desde una barca y los originales fondos marinos pasarán a ser los nuevos protagonistas de sus pinturas. Esta forma de entender el paisaje, cercano y sin espíritu de trascendencia, supone un punto de inflexión en la pintura mallorquina, que a partir de Anglada-Camarasa, y durante muchos años, hará del paisajismo una auténtica señal de identidad.
Hermen Anglada-Camarasa fue un maestro en el uso del color. Pero también un excelente dibujante. Pese a que los miles de dibujos que realizó en su carrera pocas veces constituyeron un objetivo en sí mismos, en contadas ocasiones decidió exponerlos junto a sus telas para demostrar sus habilidades en los impecables ejercicios de academia. La exposición quiere dar a conocer la ingente obra en papel que se conserva en la Colección Anglada-Camarasa de la Fundación la Caixa y mostrar al público la extraordinaria capacidad artística del pintor desde una de sus vertientes menos conocidas. Los visitantes podrán entender el proceso de creación de sus obras a partir de una selección de 97 dibujos acompañados de 14 pinturas al óleo. También se muestran algunas prendas de ropa que utilizaba en su estudio para realizar sus obras. Desde sus primeras obras y estudios de academia hasta las composiciones y paisajes de Mallorca, pasando por figuras femeninas, gitanos, retratos y apuntes sobre la guerra, todo ello aporta nuevas formas de mirar la pintura de Anglada-Camarasa, que no sería la misma si detrás de ella no existiera este trabajo sobre papel.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España