Nunca he sido de argumentar mis obras pues pienso que la pintura ya en sí es un lenguaje. Soy un pintor sencillo pero no por eso no interesante. Pinto porque es lo único que se hacer. Y pinto la belleza que pocas veces puedo o logro representar y abandono. Mi madre es belleza, lucha y bondad. Una menina estaba al servicio de, mi madre siempre ha trabajado para los demás, bien en casas ajenas o bien en la mía, en la nuestra. Sumisa, inerte pero sin embargo estable, amable y siempre esperanzada en que algo bueno vendría. Velázquez mira a la retratada, yo miro a mi madre, no como ejemplo de nada, sino como ejemplo de todo. A veces mira al espectador y otras se tapa la mirada por no ser reconocida pero lo que es más duro, para no ser vista. Esto es todo lo que puedo decir de mi proyecto Amelia. Soy de pocas palabras pues pinto y con eso lo quiero decir todo.