Descripción de la Exposición
El cuadro" Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches", de Federico Madrazo y Kuntz, se podrá ver en San Telmo Museoa del 5 de noviembre al 1 de diciembre de 2024, gracias a El arte que conecta, una iniciativa conjunta del Museo del Prado y Telefónica, que celebra su centenario. La exhibicion del cuadro coincide en San Telmo con el programa Obra destacada, que llega así a su tercera edición. La pieza se presenta en la sala de arte histórico.
“El arte que conecta” comenzó su andadura en el mes de abril y desde entonces está acercando obras maestras de la colección del Museo del Prado a 18 localidades, para las que se han seleccionado obras de grandes autores como Rubens, el Greco, Velázquez, Zurbarán, Murillo o Goya, que se exponen en los museos participantes durante un período aproximado de un mes. En el caso de San Telmo Museoa -penúltima cita de El arte que conecta-, llega a Donostia este cuadro de Federico de Madrazo y Kuntz.
El cuadro, una de las imágenes más conocidas del Romanticismo español, se encuentra entre las obras maestras del artista, uno de los retratistas más reputados de su tiempo. Amalia de Llano y Dotres (1822-1874) se casó en 1839 con Gonzalo José de Vilches, I conde de Vilches. Participó a menudo en las veladas que organizaba Madrazo, y esta amistad permitió al artista crear una imagen muy cercana, con una sensualidad ajena a la contención y sobriedad que caracterizan la mayoría de sus retratos femeninos. A diferencia de estos, Madrazo se acerca aquí a la pintura francesa, especialmente a Ingres. La suave iluminación y el fondo oscuro resaltan las carnaciones de la modelo. Esta presenta una postura pretendidamente informal, como muestra su propia sonrisa y también la manera de apoyar la cabeza, su postura en el sillón y la posición del echarpe rojo.
La relación entre San Telmo Museoa y el Museo el Prado se remonta a los inicios del museo donostiarra, que cuenta desde su apertura con depósitos de obras del Prado. Actualmente, en la misma sala en la que ahora se presenta el retrato de la condesa de Vilches encontramos una veintena más de piezas - pintura y escultura – pertenecientes a las colecciones del Prado.
Recogemos a continuación la información sobre el autor que se ofrece en la página web del Museo del Prado:
Madrazo y Kuntz, Federico de
Roma, 9.2.1815 - Madrid, 10.6.1894
Hijo del influyente pintor neoclásico José de Madrazo, Federico de Madrazo y Kuntz nació en Roma, donde su padre servía al rey Carlos IV en el exilio. Fue bautizado en la basílica de San Pedro del Vaticano y apadrinado por el príncipe Federico de Sajonia. Se trasladó con su familia a Madrid cuando su padre pasó a ser pintor de cámara de Fernando VII, en 1819. Formado en la Academia de San Fernando, Federico sería nombrado académico de mérito en 1831, a la temprana edad de dieciséis años. Por entonces dio comienzo su prematura carrera cortesana con una pintura propagandística encargada por la reina María Cristina, de especial interés iconográfico y simbólico, "La enfermedad de Fernando VII" (Madrid, Patrimonio Nacional), que le reportó gran fama y reconocimiento desde su primera juventud.
Pero su definitiva formación como pintor, absolutamente cosmopolita, tuvo lugar entre las dos grandes capitales artísticas europeas de su tiempo, siguiendo los pasos de su padre. En 1833 emprendió un viaje a París, ciudad en la que volvería a instalarse entre 1837 y 1839. En esos años estuvo en contacto con lngres (1780-1867), y con otros pintores franceses de éxito -a los que pudo acceder a través de su padre-, participó en los Salons y recibió el encargo de pintar, para la Galerie des Batailles, en el Palacio de Versalles, el cuadro de historia "Godofredo de Boullon proclamado rey de Jerusalén". A continuación realizó otras pinturas históricas, entre las que destaca "El Gran Capitán recorriendo el campo de la Batalla de Ceriñola" (P07806). En estas obras condensa la influencia del academicismo francés con la búsqueda de referentes formales españoles que complacieran el gusto artístico de la sociedad parisina de tiempos del rey Louis Philippe I (1773-1850). Poco antes de abandonar París había comenzado a trabajar en una de las pinturas de composición capitales de su carrera, "Las Marías en el Sepulcro" (Sevilla, Reales Alcázares). Con el proyecto de concluir ese cuadro se instaló en Roma, ciudad en la que terminaría de perfeccionarse como artista, incorporando a su estilo algunos elementos del purismo de raíz nazarena que pudo conocer allí, directamente, y que no solo afectarían a su plástica, sino también a su modo de concebir la formación artística de sus futuros alumnos.
En 1842 Madrazo regresó a Madrid, donde pronto consolidó su carrera cortesana como retratista real y, ayudado de nuevo por los contactos de su padre, alcanzó el puesto de pintor de cámara. En 1844 pintó el gran retrato de "La reina Isabel II" (Madrid, Academia de San Fernando), con el que asentó definitivamente su puesto como retratista oficial de la Corona. Al calor de su indiscutible protagonismo como retratista de la reina, Federico disfrutó de una gran demanda entre la burguesía y la aristocracia madrileñas. Así, pronto acuñó sus propios modelos retratísticos originales, que tendrían una gran difusión en el mercado artístico de los años centrales del siglo XIX español. De entre la caudalosa producción de esos años, destacan precisamente los retratos en que se sintió más libre y menos apegado a sus propios modelos, como sucede con el espléndido de "Segismundo Moret y Quintana" (P04466), de 1855, o en una de sus pinturas más emblemáticas, "Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches" (P02878). En esos años comenzó a madurar su estilo más característico, en el que adquirieron un gran peso los retratos españoles del Siglo de Oro, que marcarían el resto de su carrera.
A partir de la década siguiente, Madrazo adquirió una gran predominancia en el panorama artístico oficial, pues no sólo fue director del Museo del Prado -sucediendo en el cargo a Juan Antonio de Ribera, rival de su padre - sino que regía también la Academia de Bellas Artes de San Fernando y desempeñó un papel importante en su escuela. Asumió además la función de jurado en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y llegó a ocupar un escaño como senador del reino, acumulando numerosísimas condecoraciones y reconocimientos internacionales, que son testimonio de las repercusiones de su poder y de la enorme fama que alcanzó en toda Europa.
Federico de Madrazo fue uno de los más grandes retratistas españoles del siglo XIX. Dotado de una extraordinaria capacidad para idealizar a sus modelos sin despegarse de la realidad y con una insuperable habilidad artística para describir las texturas de la vestimenta y la ambientación de sus retratos, Madrazo alcanzó a acuñar un lenguaje artístico propio, de enorme difusión. Así, influyó en numerosas generaciones de pintores en España, pues su labor como docente fue muy dilatada y estuvo apoyada tanto en el enorme peso social que llegó a acaparar, como en la extrema calidad de sus retratos, que no fue igualada por ninguno de sus rivales.”
G. Navarro, C. en: El siglo XIX en el Prado, Museo Nacional del Prado, 2007, p. 477.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España