Descripción de la Exposición
Antiguamente era frecuente escuchar en patios y plazas el Día de la Cruz, entre buenas tapas y manzanilla, letrillas como estas:
“Salve, dulces clavos
Salve, dulce leño,
ángeles y hombres
todos te adoremos
con mucha alegría
mozuelas y mozuelos”
Los vecinos de Granada construimos el tres de mayo altares colectivos, decoramos patios y balcones para celebrar en comunidad la llegada de la primavera. Los coloridos altares son el centro de esta celebración, donde las familias nos reunimos para visitar diferentes patios, celebrando, cantando, bailando y compartiendo comida con vecinos y amigos.
Ese día celebramos la fertilidad en Andalucía y la llegada de la primavera. Rendimos homenaje a la naturaleza, al inicio de la temporada de cosechas y lluvia y celebramos también la fecundidad femenina y de la tierra. Esta celebración es mucho más antigua que la llegada del catolicismo, su origen se vincula a ritos ancestrales.
El Día de la Cruz vuelven a sonar sevillanas, bulerías y rumbas por las calles de la ciudad, se vuelven a ver pasar también los trajes tradicionales del folclore flamenco.
Piezas de cerámica, cobre, mantones de Manila y todo lo que implica abundancia es seleccionado para ser exhibido en estas ocasiones. También plantas, frutos y cereales.
Lo que no puede faltar en ningún altar es un pero pinchado con unas tijeras, según la tradición, con eso se da a entender a quienes pretendan criticar la estética del altar que su opinión se cortará de raíz con unas buenas tijeras. También se coloca un plato o brasero de cobre para los chavicos (monedas). Y la cruz, símbolo cristiano que sustituyó al pagano del árbol, adopta la simbología comprendida en los ciclos de vida, muerte y renacimiento, dando lugar a un sincretismo religioso cuyas celebraciones han perdurado hasta nuestros días.
Mi trabajo artístico se ha enfocado los últimos años en la construcción de altares que me llevan de vuelta a esta tradición tan nuestra. Empecé a hacerlo para combatir la crisis de identidad que había provocado en mí el vivir fuera. La falta de sur, la falta de risa. En Berlín, donde vivo, estos altares coloridos y vivos invitan a la conexión con uno mismo y a plantearse la espiritualidad como una forma de terapia colectiva.
Esta exposición propone una reflexión en torno a la celebración del tres de mayo y una invitación a mirar este rito con otros ojos. Tiene el objetivo de ser un homenaje a la tierra y su fertilidad, una ofrenda a la salud del alma y un intercambio de alegría como recurso de resiliencia.
Te invito a recorrer el Altar a los Sanares de la Alegría, construido con obras propias y ofrendas de mi familia. En él encontrarás un apartado intercambiable de esquejes de plantas, frutas y flores.
Si quieres, puedes traer plantas, frutas, flores u otras ofrendas y así celebrar conmigo las partes sanas de nuestro cuerpo. Puedes agradecer por todo lo que funciona en él, reconocer y admirar lo bello de nuestros sitios divinos y reconectar con nuestro pasado común.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España