ALLÁ ARRIBA, el trabajo fotográfico de Katharina Fricke creado durante su estancia educativa en Madrid, es un ensayo fotográfico con carácter muy personal que trata del poder. Madrid, que en su día fue el punto central de una potencia mundial que dominaba otros continentes y mares, se extiende sobre la amplia meseta castellana y se presenta al visitante como una metrópoli orgullosa, llena de energía y de vida urbana. Su centro se caracteriza por imponentes edificaciones históricas, por amplias avenidas arboladas y por sus habitantes elegantemente trajeados. Los miembros, siempre presentes, de la Guardia Civil con sus tricornios, que suscitan la curiosidad de los extranjeros, completan esta imagen.

DROBEN (ALLÁ ARRIBA) es un término coloquial del alemán, acuñado con el tiempo, para referirse tanto a 'con humor radiante' como 'por encima de todo'. Esta locución no describe la perspectiva desde la cual Katharina ... Fricke explora la ciudad, sino lo que observa y cómo lo hace: los edificios de multinacionales globalizadas con sus fachadas reflejantes y arquitectura histórica testimonian la gloria de los poderosos, enfocados desde el punto de vista del callejeo de esta paseante nocturna, mediante la larga exposición, impregnada de una luz extraña y hostil. De vez en cuanto, estas secuencias de imágenes indiferentes hacia la representación de lo cotidiano, son interrumpidas por tomas instantáneas de la vida urbana, captadas como si de un bodegón se tratara, en las que Katharina Fricke inmortaliza los hallazgos extravagantes de su correría cotidiana: puzles de madera en 3D de la estatua de la libertad o del mausoleo de Mao - pegatinas en forma de corazón con colores pop que retratan fusiles de combate o cazabombarderos; joyas de importación barata de China, puestas en venta en múltiples pequeñas tiendas. Su libreta fotográfica se completa con su estudio de retratos, que recuerdan a los retratos más históricos de gobernantes con un gesto estático y una iluminación que desenmascaran las poses del poder construido artificialmente.

El universo fotográfico de Katharina Fricke combina fotografías escenificadas, calculadas hasta el más mínimo detalle, con instantáneas e imágenes voluntariamente profanas, para crear un lenguaje fotográfico subversivo e irónico, que rechaza la instrumentación del observador, así como la idea de un testimonio fotográfico vinculante. Su ensayo a modo de esbozo, plasmado en esta exposición como una instalación mural de varias partes, deja que cada cual indique por sí mismo la multitud de detalles, fragmentos y bocetos de una sola imagen.