Descripción de la Exposición
Dice Adam Smith que cuando una limitación puede describirse como otra cosa cambiamos nuestro lugar en el mundo y eso es lo que percibimos en la obra de Pablo Lambertos. Esa deconstrucción material en el soporte se va a convertir en ese mundo en el que el artista, como a través del espejo, se refugie en una especie de autocanibalismo mediante el cual al desgarrar el papel va desgarrando progresivamente su alma. Aunque es precisamente ante la obra cuando el espectador se va a plantear la pregunta de quién desgarra a quién. Así, ¿puede Pablo Lambertos escapar de su obra, de la dependencia emotiva del explorador que sabe que siempre hay algo por descubrir? Esa ventana abierta que nos propone nos muestra que detrás de la piel de la pintura se encuentra a sí mismo, a ese otro yo de energía arrolladora, de cromatismo esquizofrénico, impulsivamente estridente.
En su obra la casualidad del desgarro está siempre presente ya que son piezas vivas que dicen y te hacen decir, actúan y te hacen actuar puesto que, como las Sirenas, te invitan a profanar esa superficie en la que tú también te quieres contemplar, tú también quieres desnudar tu alma y enfrentarte sin cargas a la realidad. Pero, ¿qué es lo que nos encontraremos al otro lado? Siempre nos quedará la idea de que si arrancamos todas las capas, que son a su vez las de nuestra alma, nos encontraremos ante un espejo que nos permita la monstruosidad de vernos con otros ojos.
Dijo en una ocasión el artista que 'la creación viene de la destrucción' lo que nos hace pensar en la fragmentación del ser en su conjunto. Así, qué somos sino una suma de piezas de límites discutibles, y qué es la obra de Pablo Lambertos sino otra suma de capas unidas por un alma cromática en ocasiones aleatoria, en ocasiones visceral y en ocasiones racional.
Pablo se reconstruye en sus decollages (Pablo dixit) y nos muestra esa parte dionisíaca pero en ocasiones controlada, totalmente asimétrica y desproporcionada que tenemos dentro y que él puede materializar en su obra a través de papel, plomo, cartón, metacrilato, cola y pintura.
Pienso que no hay acto más morbosamente profanador que la pintura, aunque Pablo con su obra permite que se dé una regresión volviendo a profanar lo profanado. Él libera el soporte metálico y con ojo de cirujano vuelve a liberar al material para volver a condenarlo a la rotura. Así la catarsis se da a través del desgarro, al arrancar y arrancarse, al descomponerse se va a liberar a su vez de sí mismo para convertirse en obra, en pura pintura, pero a su vez en pura vida, y, al fin y al cabo de eso es de lo que se trata, de vivir.
Premio. 27 ene de 2025 - 10 mar de 2025 / Vitoria-Gasteiz, Álava, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España