Descripción de la Exposición
Además de las 24 Implosiones Impugnadas, si revisamos los proyectos de Rafael Tormo Cuenca: LaBalsa13 sobre prácticas pedagógicas; Perifèries, crítica de la cultura y nuevas prácticas artísticas en forma de jornadas; Gloria y Robert, danza contemporánea; el Festival de acción poética Bouesia que dirije; o el proyecto de investigación sobre cultura popular contemporánea, Això és com tot, identificamos constantes recorridos entre ámbitos del saber como la resistencia y el común, sobre cómo ponemos el cuerpo en el espacio social/público/político y de sus yuxtaposiciones en la vida cotidiana.
En su trayectoria hay un elemento objetivo que se mantiene identificable: la necesidad de conformar un ecosistema social. Su obra genera todo un contexto de relaciones de pensamiento en torno a sí. En esta exposición vamos a ver tres Implosiones Impugnadas realizadas en 2012, 2014 y 2015 que plantean tres maneras de emerger: desde la emoción trágica, desde lo colectivo intelectualizado y desde la tradición popular desacralizada. Son Implosió Impugnada 16. Rescat d’un relat, Implosió Impugnada 21. Èxode ultralocal e Implosió Impugnada 23. Batallar batallem, València.
“Allò que no sabeu de mi” presenta, además, tres diálogos en vídeo vinculados a cada una de estas obras que el artista mantiene con tres pensadores (Miguel Ángel Martínez, José Luis Clemente y Mijo Miquel) cuyas reflexiones generan nuevos relatos a partir de los que seguir construyendo en este otro momento presente.
Éste es un arte colmado de sentido que busca, se revuelve y culebrea hasta conseguir otro lugar desde el que mirar otro horizonte. Desde la emoción, desde el intelecto y desde el lenguaje se reconstruye aquello vivido inasible. Y no sólo eso, nos permite crecer en forma de pensamiento, ser una planta trepadora por el infinito que nos angustia. Sólo eso, nada más y nada menos que eso.
Me pongo a pensar en cómo empiezo a hablar de algo que habla por si mismo y veo el abismo del arte y su función. Una y otra vez, las obras buscan rememorar aquello que quedó vacío. Un vacío social, emocional, vital. Un lugar de encuentro que ya no existe, que fue arrebatado. Y aquí el arte viene a socorrernos; surge como respuesta ante lo aniquilado y nos proporciona un relato gracias al que dar sentido a ese vacío. Nos sirve para vivir una realidad muchas veces terriblemente insoportable y comprender aquello que nos rodea, que no alcanzamos a distinguir.
El arte nos sirve cuando surge de la necesidad, es entonces cuando se convierte en un hecho transmisible. Estas obras vuelven a materializarse en palabras en una conversación, y no necesitan guión. Son el guión. Nacen de su contexto, de su relación social, de su diálogo con lo físico y lo local. Estas obras y las relaciones que generan vuelven al plano de lo real después de transitar lo simbólico.
En este punto, me topo con una pared tan real que me resulta inamovible. Su práctica artística es un hecho natural pero nada común. Tiene esa atracción de la materia que te atrapa. No es apariencia a pesar del ejercicio estético que paradójicamente el artista realiza y que a muchos nos paraliza porque al mirar, nos topamos con esa especie de monolito de realidad. A partir de ese momento sólo deseamos comprenderlo, porque ahí, algo está pasando.
Lo bello de estos relatos vinculados al lugar es que nos calman cierta incomprensión existencial y nutren algunos de nuestros vacíos, esos abismos de trascendencia que hace tiempo no sabemos cómo llenar. Vemos cómo el cielo gira y extendemos la mano para rozar sólo ya, el teclado de nuestros dispositivos. Nada más.
Nuestra naturaleza estrecha nos ha limitado a sólo aquello que nuestro cuerpo transita. Sí, creíamos que la tecnología extendería nuestras percepciones hasta mucho más allá de lo que nuestro cuerpo podía, pero no ha sido así. Hemos acabado reproduciendo sólo lo alcanzable por nuestros brazos y en verdad, lo que no vemos y no oímos se ha convertido hace rato en relato, en mundo virtualizado. Hemos aprendido a partir de obras cercenadas, desnaturalizadas, sin raíz; de modelos vacíos, sin origen, sin función.
Os invitamos a mirar sin saber, a percibir sin tratar de recordar y a activar sólo la escucha, esa rara avis en estos días de productividad feroz.
Izaskun Etxebarria
Exposición. 17 nov de 2024 - 18 ene de 2025 / The Ryder - Madrid / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España