Descripción de la Exposición
La exposición Alighiero e Boetti e Mario e García Torresen Travesía Cuatro CDMX se muestra a sí misma como una meditación revotada entre múltiples personas, personajes y sujetos. Boetti a través de su obra puso en práctica el concepto de la multiplicidad, dividendo su propia identidad en una serie de entes opuestos y contrastantes. El artista se presentaba a sí mismo como un gemelo hipotético, utilizaba un nombre que implicaba una asociación entre dos personas y por medio de sus repetidos viajes a Afganistán se creó a sí mismo como un híbrido entre extranjero, turista permanente y refugiado.
Mario García Torres ha dedicado gran parte de su obra a entablar una relación con las diferentes personasde Boetti; dado que esta colaboración surgió después de su muerte en 1994, García Torres se ha visto obligado a crear rutas periféricas para entrar en contacto con el artista italiano. Inicialmente estableció una correspondencia ficticia con el artista y posteriormente realizó una investigación minuciosa sobre el One Hotel, la pseudo-empresa y centro de operaciones que Boetti estableció en Kabul después de su primera visita a la ciudad.
Curiosamente tanto el proyecto de Boetti en Afganistán como la posterior investigación de García Torres, se ven enmarcados en hechos históricos que sobrepasan la capacidad de los artistas como individuos: la guerra afgano-soviética que comienza en 1978 y la “guerra contra el terrorismo” emprendida por Estados Unidos en 2001. Estas coincidencias históricas mezcladas con la imprecisión biográfica de Boetti llevaron a García Torres a replicar sus métodos y por lo tanto a recurrir a la multiplicidad, a la constante división de la identidad. García Torres adopta la posición de colaborador, gemelo extendido e investigador imparcial.
El tiempo es lo que une y separa a ambos artistas, pero al igual que la identidad el tiempo está sujeto a ser experimentado como un fenómeno múltiple, sujeto a desvíos, rodeos y otras manipulaciones. Esto se ve reflejado en las predicciones que Boetti realizó sobre su propia muerte, calculando una fecha concreta: el 11 de julio de 2023; o en las cartas que escribió García Torres en 2006, pero que están fechadas en 2001, año en que comenzó la guerra en el país asiático. Esta permisividad refleja diversas maneras de entender, medir y experimentar el tiempo como un fenómeno fluido y cíclico.
Las obras presentadas por Mario García Torres proponen una serie de relaciones temporales que actúan como ejes poéticos, conectando momentos aislados y mezclando pasado, presente y futuro. Este nuevo “tiempo” rehúye a la medición temporal convencional y permite la existencia de múltiples unidades de tiempo. La vida misma se vuelve un instrumento de medición: vida transitada, vida por delante, vida especulada y vida cancelada; la duración de hechos históricos experimentados desde la intimidad; la nueva vida de las obras de arte independientemente a la vida de su autor. Con estas obras es evidente que García Torres ha aprendido a utilizar las técnicas de Boetti: borrándose a sí mismo, tejiendo mitos y estableciendo conexiones entre fantasmas bifurcados. Esta exposición hace referencia a uno de los principales motivos detrás de la producción artística: querer tomar un paseo por la mente de otra persona.
Actualidad, 19 sep de 2019
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