Descripción de la Exposición
Ahí lo hay. No podrás decirlo ni quizá sea visible para todo ojo, pero lo hay.
¿Cómo no querer verlo cuando los ojos se colocan ante la pintura sin que esa voluntad de aferrar lo haga desaparecer? Tiende a deslizarse hacia el lado del cual resulta inatrapable. Y sin embargo: ahí lo hay. En plena serenidad surge sin requerirnos en nada, brotado de un estrato de sentido bruto, oscuro y por momentos resplandeciente. Abruptamente ahí, en soberanía irrevocable y discreta.
Ningún ojo pregunta por su principio. Como el color se lanza a la percepción desde el color, la pintura surge de la pintura para celebrar la visibilidad. Se despliega en la puntualidad de cada uno de sus instantes: en el taller, en la madera del bastidor y en el tensado del lienzo, en la extensión de sus capas, ahora ante la mirada y en todo momento en que se alza como excepción visible. Lo asombroso es físico. Dirigida la pregunta a su superficie, la palabra fracasa. Ahí radica la declaración de su carácter primigenio: origen falto de inicio.
Hay ahí. En puntualidad precisa, algo quiere celebrar ese fracaso cuando hace por confundirse con nosotros. No está colocada en un espacio, delante. Su lugar no es el medible. Es la pupila, el cuerpo todo, quien se desplaza en la incertidumbre de un espacio que ya se ha visto alterado para la mirada profana. Lo notas. La pintura, ésta, ya no pinta cosa alguna ni se permite ser una cosa entre otras. Nunca lo hizo. Muy al contrario, nace intensa en una deflagración, se expande por vibración en un oscilar que ya no se deja circunscribir en un espacio medible; siempre se excede conteniéndose. Aun prolongada, su presencia es de la naturaleza del destello. Y es en esa expansión en que el espacio se dilata oscilante para sumergir al ojo, que éste se torna vuelco. Es así como la mirada convencional decae y firma su derrota: no se habitará el color que se quiera, ni se vislumbrará lo que se pretenda manejable. ¿Pero cómo no querer ver?
Hay un saber anterior porque el ojo no quiere. Es la pintura la que acude a la visión tomando la iniciativa. La pupila se dilata y contrae a su son, siempre a punto, en el afilado borde que bascula entre la huida de ese algo perceptible y la propagación desbordante a la visión. Su ahí es singular. Su estado es latente. Ni está solo enfrente, ni es cosa alguna. Ahí hay, no obstante. Algo así cercano a nada, ahora lo hay. En última instancia, pintura es resistencia.
—David Peidro. Estiu de l’any 2021
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España