La cuestión de la imagen, central en la pintura de Alessandro Taiana, pertenece desde siempre al debate sobre la pintura.
El valor abstracto que hoy se tiende a dar incluso a la imagen, queriendo evidenciar su envergadura metafórica y su fuerza conceptual, complica mucho la reflexión sobre el realismo a la que en cambio nos conduce Alessandro Taiana, que tiene a sus espaldas maestros como Beppe Devalle, de siempre entregado a sugerir intenciones alegóricas en el ámbito de la figuración, dejando nuevamente al artista la tarea de recuperar un sentido a la realidad, y de otro lado Antonio López García, cuyo realismo se cumple en atmósferas suspendidas y misteriosas en vilo con el sueño . Entre estas dos sendas, mucho más alejadas de lo que se pueda decir, queda la cuestión de la imagen sobre la que Taiana trabaja en libertad, sin intentar una inútil mediación entre la lección ... de Devalle y la de López.
Si por un lado es la realidad la que sugiere el tema de la pintura (esto une a los tres artistas) por otro ésta no es el motivo para recuperar un sentido a la existencia, ni para forzar los límites de lo visible.
Eligiendo la realidad que más le congenia, la que le rodea, donde vive o que ve directamente, Taiana elige una realidad propia, hasta delinear de tal manera los contornos de su mismo existir.
En sus cuadros de ventanas el tema parece ser este; la imagen no existe por si misma, sino en relación con el artista, que al proponerla, propone incluso su propio mundo interior, escandido en largos silencios, donde el espacio de la realidad, de un lado está percibido y adquirido como dato cognoscitivo, y de otro lado sugiere a la pintura y por tanto a su cromatismo, emociones y estremecimientos del alma.
La rotura del esquema frontal por ejemplo y la introducción de la diagonal en la representación de la ventana del estudio sirven para localizar un espacio interior, donde podemos imaginar al artista y su mirada hacia el exterior.
De tal manera el realismo de Taiana evita la denuncia, las intenciones alegóricas, la deriva onírica, ya que se funda sobre la percepción de que la realidad existe contemporáneamente a nosotros. Sin la presencia de nuestro ojo que la percibe, la realidad no está, y no estando se acallan todas las vibraciones de todo sentimiento humano.
Alessandro Taiana, recobrando el visible,  propone una lectura profunda e intensa, a la que debemos una atención de tipo contemplativo. Parece pues este el ámbito donde se sitúa "la cuestión de la imagen".