Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La obra pictórica de Alberto Fabra (Buenos Aires, Argentina, 1920-Perpiñán, Francia, 2011) transita varios lugares indispensables de los paisajes pictóricos del siglo XX. Fabra ya debe ser reconocido, junto a Ramón Rogent (Barcelona, 1920?Plan d`Orgon, Francia, 1958), Javier Vilató Ruiz (Barcelona, 1921?París, 2000) y su hermano José Vilató Ruiz (Barcelona, 1916?París, 1969), como parte del grupo pionero que revitaliza la escena artística catalana a través del impacto del fauvismo en sus composiciones. Fabra, Rogent y los hermanos Vilató no formaron un grupo, ni siquiera puede decirse que estuvieron vinculados a una escuela o ismo en particular, pero sin el trabajo previo de estos cuatro artistas es difícil imaginarse la irrupción de la propuesta más vanguardista de la cultura catalana en la primera mitad del siglo XX: Dau al Set. En 1945 Fabra, junto con los hermanos Vilató (hijos de Dolores Ruiz, hermana de Picasso y del neuropsiquiatra Joan Baptista Vilató, director del psiquiátrico de Sant Boi), viaja y se instala en París. Trabajó en un primer momento en el taller del escultor Pablo Gargallo, espacio cedido por la viuda del escultor zaragozano que había muerto repentinamente en Reus diez años atrás. Es en este París, en el nº 195 de la calle Vaugirard, donde se suceden los últimos años de su etapa postcubista y comienza a interesarse por una figuración de corte lírico. Junto a Pierre Prévert, hermano de Jacques, regenta durante varios años La Fontaine des quatre Saisons, cabaret-teatro en la orilla izquierda del Sena pionero en la introducción de la poesía burlesque dentro del espectáculo y obligado lugar de encuentro de Boris Vian y Maurice Béjart. De los años sesenta, periodo en el que retoma intensamente la pintura, hay un retrato imaginario de Dalí, algunos muy logrados paisajes del Alto Ampurdán, bodegones y muchas composiciones de corte postcubista en los que el empeño por dejar de lado la figura humana no se consigue del todo. Tenemos que esperar a la segunda mitad de la década del sesenta y a sus paisajes verticales de composiciones abigarradas y coloridas para que la asunción del credo informalista logre alejar del todo la presencia figurativa. Desde su primera exposición en 1945, en Barcelona, en la galería Pictoria, el retrato, real o imaginario, siempre había sido objeto de representación en Fabra, pero coincidiendo con el final de los años sesenta, con sus sucesivas exposiciones en Realités Nouvelles y su amistad con el pintor Pierre Soulages, también acaban, definitivamente, las representaciones figurativas. El último giro pictórico de Alberto Fabra tiene su fuente de inspiración en los fenómenos perceptivos, también tiene a París como escenario, sucede cuando el artista sobrepasa los cincuenta años y está estrechamente vinculado con el cinetismo, uno de los últimos grandes movimientos artísticos del siglo XX que tuvieron en la capital francesa su origen y espacio natural. Fabra, en París, estuvo necesariamente cerca de los miembros del Groupe de Recherche d?Art Visuel (GRAV), que en buena mayoría estaba compuesto por artistas argentinos, país en el que Fabra había nacido. El GRAV proponía como acta fundacional desmitificar el fenómeno artístico asestándole un golpe mortal al mitificado proceso de creación y a la obra de arte de carácter único y definitivo. La validación de la obra de carácter múltiple, el fin de la utopía romántica del artista, la apuesta por una obra colectiva y la elaboración de una pedagogía visual en oposición a la educación sentimental convierten al GRAV en una de las experiencias más radicales del panorama artístico europeo. Pero el GRAV, víctima de su propia radicalidad, no llegó a superar el tiempo de las utopías que tuvo uno de sus ciclos más vitales en el París de los sesenta. El GRAV se desintegra unánimemente luego de ocho largos años de trabajo y enfrentamientos cruzados entre sus miembros, pero la agrupación fundada en un viejo taller del Marais deja para la Historia del Arte un legado revolucionario en el que la obra se limitaba a una situación estrictamente visual, participativa y a ratos lúdica. Fabra recoge en su nueva obra parte de la poética del GRAV y se incorpora, en calidad de artista invitado, a algunas muestras de POSITION, grupo fundado en París en 1971, por ex integrantes del desaparecido GRAV. En España y en solitario, Fabra exhibió en la barcelonesa galería Serrallonga, en 1977, un conjunto de su trabajo cinético prologado por Daniel Giralt-Miracle. De modo colectivo, siempre asociado a POSITION, en la madrileña galería SEN (1971) y, posteriormente, en la sevillana Juana de Aizpuru (1972). El texto de Giralt-Miracle para el catálogo de la personal de Fabra en Serrallonga observa que ?la obra de Alberto Fabra se convirtió en cinética a consecuencia de un largo recorrido técnico y estilístico que tuvo sus orígenes en el cubismo? y es, añado, un paseo ordenado, lógico y secuencial por el camino de las experiencias artísticas del siglo XX. Fabra es un protagonista de los movimientos de vanguardia, su obra primera ayuda a abrir el debate en Barcelona sobre la incorporación de nuevos lenguajes que tuvieron en su obra 'y en su figura' a un protagonista despierto y agudo que todavía espera ser redescubierto.
Se trata de la primera retrospectiva en más de cuatro décadas que presenta al público madrileño una completa selección de la obra cinética del artista argentino Alberto Fabra (Buenos Aires, 1920-Perpiñán, Francia, 2011) realizada en París en la década de los 70.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España