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Los asistentes a la exposición, que estará colgada hasta el 20 de junio, podrán observar la evolución experimentada en la pintura de María Bejarano, a través de cuadros de marcado carácter intimista en los que sigue utilizando con maestría la paleta de color y en los que se refleja un mundo de tranquilidad y sosiego, entre la realidad y la imaginación de la artista.

María Bejarano manifiesta que cuando afronta un cuadro "lo suelo hacer del natural, pero nunca con intención mimética ni representativa; es un proceso de imagen a imagen, pero con un enriquecimiento de ésta, filtrado por mis sentimientos y mi manera de enfocar la vida". En su opinión "cada cuadro es diferente y al mismo tiempo es el mismo; cambian las formas, las soluciones plásticas, pero mi idea de la vida es ... la que de verdad los hace iguales". En definitiva su forma de pintar, según explica, "es su propia filosofía de vida".

En sus obras busca siempre la riqueza plástica investigando con nuevos medios y materiales que, hagan a cada cuadro "un pequeño mundo donde vivir", según asegura la propia María. Para ello trabaja con planchas de metacrilato transparente, acrílicos y lacas, pintando por detrás del soporte, a modo de la antigua técnica de pintura sobre vidrio, pero completamente renovada técnicamente y ofreciendo mayor perdurabilidad. Los efectos finales son diferentes, a caballo entre la acuarela y el óleo, porque tiene un poco de cada manera de hacer. Asimismo, la pintora señala que el empleo de acrílicos y esmaltes "enriquece el juego de veladuras y grafismos". Bejarano indica, a su vez, que en esta ocasión "las transparencias toman cuerpo de pintura y otorgan mayor ligereza a los cuadros".

El crítico de arte Javier Rubio Nomblot ha dicho de esta técnica que "son obras pintadas al revés en todos los sentidos, cosa que en ningún momento se aprecia al contemplarlas y que habrán de asombrar a cualquier pintor". Nomblot asegura que "María Bejarano sin apartar la vista de las cosas más humildes, de los encuadres más sencillos, afronta con toda naturalidad los retos más difíciles para el pintor y da toda una lección de sensibilidad y buen hacer".

Por otra parte, de esa evolución en la que la pintora se encuentra inmersa en la actualidad, han nacido creaciones totalmente diferentes a las que tiene acostumbrado a su público. A través de una serie de pinturas y collages experimenta la expresividad plástica de distintos materiales, abandonando, en muchos casos, la figuración. Entre ellas en la muestra destaca, además, una serie de collages, en los que Bejarano interpreta diversos cuadros del Museo Thyssen-Bornemisza, en los que estudia la relación "forma-contorno".