No se podían haber definido mejor, Agridulce es un término que describe a la perfección el sabor del trabajo de esta joven pareja de artistas afincada en Barcelona pero que mantiene una estrecha relación con Tarragona. Sus obras se construyen a partir de símbolos, contradicciones, retales que recrean un mundo donde la sutileza rodea el espacio, y el equilibrio de las formas y las composiciones queda roto por la contraposición de conceptos. Han hecho suyo el Künstainer en una muestra que pone al descubierto su trabajo en común, bajo el nombre de Pluja àcida. Una exhaustiva selección de obra gráfica que incluye piezas limitadas de serigrafía, aguafuertes, fotograbados, lienzos, tablas de skate y una instalación de tipografías sobre sprays. Y, por supuesto, graffiti.