Descripción de la Exposición
Aunque dividimos esta exposición por países, en África las fronteras físicas se desdibujan y las culturas se entrelazan. El índigo fluye libre y une a los pueblos a través de sus hilos y patrones.
El índigo es un tinte natural que puede adoptar distintas tonalidades de azul. Se obtiene mediante un complejo proceso de fermentación y oxidación de las indigoferas, una variedad de plantas propia de climas tropicales. Su origen se pierde en el tiempo y las primeras referencias nos indican que ya era utilizado como tinte en distintas regiones: en los antiguos Egipto y Mesopotamia, en Mesoamérica o en amplias zonas de Asia. El término índigo, precisamente, proviene del latín indicum, que su vez deriva del griego indikon que podemos traducir como “de la India”.
A África, a través de las rutas comerciales, llegó la indígofera tinctoria, que junto a la indígofera arrecta, autóctona y bien adaptada a los climas secos, eran empleadas en los talleres textiles. Allí ha sido frecuente el uso del índigo en la vestimenta y como cosmético. También se emplea con finalidades terapéuticas, como antiséptico y antinflamatorio, o para proteger la piel del sol. Además, tiene valores espirituales que lo asocian con la protección del mundo espiritual y la sabiduría ancestral vinculada a los antepasados, o con la melancolía y el recuerdo de la dolorosa historia de la esclavitud y el colonialismo.