Este singular artista Franco-Americano, viajó a nuestro país por primera vez a los 15 años, en aquel viaje visitó el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, donde descubrió a Rodolfo Nieto, evento que marcó su vida futura como artista plástico. A partir de ese momento, desde su formación como artista, en Los Ángeles, California y en Paris, Francia, no ha dejado de visitar México y de revisar a fondo a nuestro artistas, en particular a José Clemente Orozco, a Ricardo Martínez y una gran afinidad con la escuela de Oaxaca. Aunque radicado permanentemente en California, Christophe es un artista viajero, siempre con un cuaderno bajo el brazo, en este cuaderno va construyendo una especie de diario visual, donde puede pegar la etiqueta de una cerveza, un boleto de metro, dibujar al personaje de la mesa de al lado, árbol, perro, edificio, antena, basurero, coche, ... camión, taza, frase o cualquier cosa que llame su atención, estos cuadernos, llenan libreros enteros, cada uno de ellos contienen en si proyectos y bocetos que podrían generar importantes exposiciones. Sin embargo, el artista los guarda y ha sido en muy pocas ocasiones, en que los ha llevado a formar una serie amplia para realizar una exposición completa de alguna etapa de su trabajo.

En Los Ángeles, siempre ha encontrado trabajo haciendo murales para espacios públicos, edificios corporativos o restaurantes, esto mantiene a Christophe siempre ampliando sus capacidades técnicas, que aunados a su gran habilidad para el dibujo, su capacidad de análisis y de reinvención del entorno, logra en todos los casos una gran pintura. Recientemente hemos tenido la suerte de recibir e incluir a Christophe Cassidy en la lista de artistas internacionales que se suman a la comunidad Oaxaqueña, con gran valor haciendo a un lado la posición cómoda del 'trabajo seguro' se lanza a esta maravillosa ciudad con sus cuadernos/diario bajo el brazo, renta un estudio y comienza a producir una obra nueva, fresca, sin compromisos ni calendario, entonces surge la obsesión de apilar objetos, de utilizar papeles locales, crear atmósferas pictóricas en soportes inusuales para él, permitiendo que el entorno toque su piel. Esto en conjunto con sus capacidades como artista, le permiten encontrar un lenguaje renovado, fuerte que lo llevó, a solo unos meses de su presencia en nuestro país, a encontrar en el Museo Tamayo una sede para mostrar esta primera etapa del trabajo que realiza actualmente. Seguramente esta producción será interminable e incontrolable, pues Christophe Cassidy es un pintor incansable, está acostumbrado al trabajo constante, esperamos una larga estancia al artista en Oaxaca y que esta singular exposición sea la primera de muchas.