Descripción de la Exposición
'Abajo el puerto suena nino-nino, y yo arriba pipí' es la primera exposición de Claudia Pagès con The RYDER y presenta un cuerpo de trabajo muy reciente y en parte inédito que trata de dialogar con un presente inasible que deshumaniza con violencia, un presente que insiste en dilatar un “ahora” que nunca termina. La ciudad de Barcelona, más concretamente su puerto y la montaña de Montjüic, se transforman en este grupo de obras en la interfaz a través de la cual la artista realiza acciones donde el lenguaje, el movimiento y el dibujo construyen un relato que dialoga con el gerundio, un tiempo verbal sin persona, sin antes ni después; el tiempo verbal del estado, de la administración.
La violencia de este tiempo verbal sin sujetos existe en todas estas acciones y da como resultado la constelación de piezas que dan forma al recorrido de la exposición. En todas ellas, el puerto es el núcleo, el centro de gravedad en torno al cual todo sucede y en el que Pagès actúa. Pero la órbita que este centro de gravedad genera es tramposa, engaña a los cuerpos a los que atrapa, se adhiere a ellos y los transforma en seres actantes porque emana del capital, porque sólo sabe de mercancía. Pagès se deja tragar por esta fuerza de gravedad para cuestionar su poder, para desafiar su semántica y desvelar, de este modo, la crueldad de un presente continuo en el que tan sólo existimos cuando hacemos.
Esta experiencia de la artista con el presente constante de la ciudad dibuja una topografía de obras en el espacio de la galería que permite al visitante navegar la exposición de abajo a arriba (desde el puerto a la montaña) o de arriba a abajo (de la montaña al mar). Si trazamos un recorrido ascendente, es decir comenzando por el mar, nos encontramos con Gerundio Circular, una vídeo-instalación producida para la exposición Panorama celebrada en el MACBA en 2021 y producida en colaboración con El Amor Proyectos.
Gerundio Circular es una narración panorámica que se enmarca en tres espacios característicos e interconectados, relacionados tanto con el futuro como con el presente del puerto comercial de Barcelona: el World Trade Center –un centro de negocios en forma de barco–, el edificio de aduanas del siglo XIX y el espigón, tres localizaciones que triangulan economías del puerto sin entrar directamente en él. El film está grabado en un bucle continuo con una cámara de 360º que recoge todo lo que ocurre a su alrededor, nada puede escapar a los ojos de la cámara. En el vídeo aparecen tres performers (entre ellos la propia artista) que cantan y recitan ocupando estos lugares con sus movimientos y sus bailes. Lo que dicen nos atraviesa y nos resulta familiar pero también inquietante. Los performers utilizan un lenguaje corporativo que, en ocasiones, se mezcla con un tono más coloquial que queda irremediablemente encapsulado en este diálogo por la violencia del gerundio dominante con el que cohabita. Porque “no hay poder alegre” porque existimos “entre el enviando y el enviado” porque al final “me han aislado”.
La pantalla flotante está formada por miles de leds que escupen luz y está diseñada invirtiendo la grabación de dentro a fuera, por lo que, a pesar de ser un objeto brillante que da luz a casi toda la exposición, el espectador nunca llega a ver todo lo que ocurre en el vídeo; parte de la realidad se le oculta, está obligado a moverse constantemente alrededor de la pantalla circular para tratar de verlo todo, pero esto es un esfuerzo imposible y siempre hay algo que se escapa.
El recorrido continúa hacia arriba a través de un grupo de piezas creadas especialmente para esta exposición y que responden a una serie de experiencias de la artista en la montaña de Montjüic. Esta montaña colinda con el puerto y está conectada a él, pero a la vez está llena de historia, de pasado y de muerte. La montaña delimita el inicio y el final del puerto, su aduana, con sus contenedores de colores. En su cima hay una fortaleza con cañones y una muralla y en medio un cementerio conocido como Cementiri Nou que se creó a finales del siglo XIX. Esta montaña es también una zona de cruising en la que hombres se reúnen para tener encuentros sexuales al aire libre. La artista recorre esta montaña como parte de una investigación para un texto que se publicará a futuro y de sus paseos y experiencias surgen una serie de trabajos en los que el dibujo toma protagonismo.
La montaña del gerundio, como la artista la llama, sigue en la órbita del puerto y está absorbida por él, pero las dinámicas que aquí imperan son distintas, son más oscuras y todavía albergan espacio para la resistencia. Pagès realiza diversos paseos por la montaña que dan como resultado una serie de dibujos realizados en papel carbón. La elección de este papel no es casual, ya que para la artista la montaña existe “en negativo”, en contraposición con la luz cegadora del puerto. Los dibujos necesitan de una luz externa para poder ser vistos, su visibilidad está determinada por el reflejo del puerto, pero en ellos todavía existe la opción de invisibilidad, de resistencia.
La serie Mirador-no mirar continúa con el uso del papel carbón para crear unas estructuras a medio camino entre el dibujo, la escultura y la instalación. De nuevo responden a las contradicciones que conviven en esta montaña, un lugar en el que los muertos oficiales de los cementerios conviven con los asesinados por la represión franquista que yacen en fosas, y en el que las especies invasoras conviven con las autóctonas. Todo está anclado al puerto, su reflejo está siempre presente, pero aquí aún queda algo de noche y es ahí donde estas obras operan, negándose con pequeños actos y gestos a otorgar todo el poder, creando subjetividades que escapan al gerundio.
'Abajo el puerto suena nino-nino, y yo arriba pipí' supone el resultado de varios años de investigación de la artista y abre paso a una forma de hacer que introduce nuevos elementos a una práctica que hasta ahora tenía un carácter más performativo. Sin embargo, su forma de entender el mundo a través del lenguaje persiste en este ecosistema de obras y mantiene la capacidad de descomponer sus estructuras para volverlas tangibles y amasarlas a su gusto desvelando sus carencias, su crueldad, pero también sus posibilidades, su potencia y su futuro.
Esta exposición ha sido producida gracias al apoyo de El Amor Proyectos, MACBA y Hangar.
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