Descripción de la Exposición Decía R.M. Rilke en un bello artículo dedicado al hombre y al paisaje, a principios del siglo pasado, que 'el paisaje se pinta no para hablar de él, sino de uno mismo, convertido en pretexto para un sentimiento humano, en un medio para expresar experiencias, intimidades e incluso melancolías...'. Juan Ribes Coll, a quien conozco desde que compartimos los viejos y entrañables muros - hoy remozados sin perder su encanto y sobriedad secular- del convento del Carmen, convertido entonces en aulas y espacios de docencia artística, es pintor de exquisito oficio que se ha movido con soltura en sus cuadros por variedades sin fin de naturaleza, vivaz y colorista, herencia sin duda del ambiente y tradición mediterránea. En esta ocasión, apretando un poco más la tuerca de su imaginación y de su espíritu inquieto, nos muestra el resultado, sorprendente, audaz y vigoroso de haber ido por los aires llevado por artilugio volador y recoger la visión del paisaje urbano desde arriba, sorprendido él de su propia experiencia, como Petrarca que, subido en 1336 al monte Ventoux, contemplaba estupefacto el panorama del paisaje 'desde arriba'. Ciertamente no se ven igual las casas, las calles, los parques o los árboles vistos desde el cielo, suprimidos prácticamente por su pequeñez los elementos humanos, y abarcando casi como en un inmenso abrazo esos pueblos o ciudades captados por su retina y reflejados más tarde -salvo breves y temblorosos apuntes tomados 'a lo vivo'- en su abigarrado y ordenado estudio, resolviendo con agudeza aquel sentimiento del que hablábamos al inicio. Juan Ribes pues, entusiasmado con el resultado, entre lo pintoresco y lo sublime, nos lo muestra con el convencimiento de querer compartir con todos nosotros esa naturaleza -urbana en este caso- domesticada por el hombre y captada como Ícaro sin alas propias sino prestadas en este caso, sin el atrevimiento de acercarse demasiado al sol pero captando el resultado de su luz en los lienzos, porque como ya decía Pacheco en el siglo XVII, aprendido sin duda por su discípulo y yerno don Diego en sus exquisitos divertimentos de Villa Medicis, 'es parte de la pintura que no se debe despreciar'.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España