Descripción de la Exposición La pintura es un espejo del inconsciente. Su misterio radica en el reflejo de esa reconstrucción de la realidad que realizan los estratos más profundos de nuestra mente.
La creación se fundamenta en este dialogo permanente con uno mismo y con el entorno. Con la visión siempre nueva que replantea la interpretación de nuestro mundo. En definitiva, cualquier manifestación artística demuestra la esencia autentica de la creación humana.
Manuel Arcenegui, con quien comparto la fraternidad de los pinceles desde hace muchos años, sigue el camino de la creación autentica, la del reflejo del alma, la de la expresión del espíritu. Su vocabulario pictórico se remonta a Caravaggio, Velázquez, Zurbarán y Ribera, tanto en el cromatismo como en el recorrido inteligente de su pincelada. Porque busca lo que Ortega llamaba “condición de vida eterna” en la obra de arte, en la obra bien hecha. Y esta conciencia es la que construye la pintura de Arcenegui. La conciencia del valor de realización y del valor de presencia, hecha con sensibilidad desmesurada, porque el arte es como el amor: su mesura es la desmesura.
Los espejos pictóricos que nos muestra este artista, mi hermano junto con un añorado Andrés Cillero, son reflejos veraces de una historia que se actualiza, ¿qué es la vanguardia sino la tradición renovada?, con la modernidad de su composición, de su óptica, y de su factura.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España