Se trata de una exposición entendida y articulada como un combate de boxeo a seis asaltos, en la que los artistas transforman el espacio de la galería en un cuadrilátero donde se celebra la lucha como un gran acto poético. Un “combate” de pinturas y dibujos en el que Alonso Gil y Miguel Cabeza son los “púgiles” que luchan a partir de las ideas y la representación de imágenes, -una serie de cuarenta retratos al óleo de personajes vinculados al mundo del pensamiento, la música y el arte-. Se establece una doble lucha o una misma a dos niveles: por una parte la que Gil y Cabeza mantienen y en la que sustituyen los guantes por pinceles. Y por otra, la de los personajes retratados que por arte de la plástica se encuentran dentro del cuadrilátero.