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24x7 Capturas poéticas sobre el trabajo

Exposición / Museo de Arte Contemporáneo del Sur / 25 de Mayo 131 / Lanus, Buenos Aires, Argentina
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Cuándo:
18 jun de 2021 - 14 nov de 2021

Inauguración:
18 jun de 2021

Comisariada por:
Olga Correa

Organizada por:
Museo de Arte Contemporáneo del Sur - MACSUR

Artistas participantes:
Adriana Bustos, Andrés Aizicovich, Antonio Pujía, Diana Dowek, Estanislao Florido, Gabriela Golder, María Paula Doberti, Martín Carrizo, Martín Legón, Oscar Bony, Viviana Zargón

       



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Descripción de la Exposición

En 2020, una situación sanitaria inédita puso en evidencia con mayor crudeza las deficiencias de una economía resquebrajada a nivel mundial. Nos empujó a entrar en una serie de prácticas apresuradas. Prueba y error a destiempo. El trabajo, siempre tuvo un carácter ambiguo (Valoración y descalificación, respeto y humillación, desarrollo personal y enajenación, retribución acorde y explotación). Con la pandemia volvió a agitar violentamente su consistencia pantanosa, amparado en las bondades de la deidad de nuestra época: la tecnología de la virtualidad. Tecnología de falsas promesas de posibilidades infinitas, que tampoco pudo esconder su intrínseca repartición desigual. Sabemos que las condiciones desfavorables conllevan una experiencia de la inmediatez, donde la reflexión se encoge a una experiencia personal, perdiendo la mirada amplia que pueda incluir a los otros. ¿Cómo hablar del trabajo como vehículo de buena salud mental cuando para muchos el horizonte de posibilidad oscila entre no comer o trabajar en condiciones clandestinas de matriz esclavista? Los trabajadores y las trabajadoras en medio de la precariedad se vieron obligados, como en un destierro, a un interminable desplazamiento en los modos de trabajo, impuesto por el capitalismo de la obsolescencia programada, no solamente sobre objetos también sobre personas. Desde el arte ¿cómo no pensar en Sophia, un robot que pinta sus autorretratos? Como lo planteó Gilles Deleuze en su concepto de desterritorialización, este es un movimiento por el que se abandona el territorio. Es la operación de la línea de fuga enmascarada en una reterritorialización que la compensa, cuando en realidad esa línea de fuga permanece bloqueada. El trabajo como fenómeno social de gran complejidad puede ser pensado desde múltiples perspectivas: económicas, tecnológicas, sociales, políticas, antropológicas y psicológicas, entre otras. Si nos ubicamos en una posición de cuestionar aquello que viene dado como algo obvio, deberíamos preguntarnos: ¿Por qué trabajamos?, ¿Para qué trabajamos?, ¿Es el trabajo una necesidad natural de los seres humanos?, ¿Trabajamos por instinto?, ¿Es siempre un fenómeno externo y coercitivo?, ¿Podríamos no trabajar?, ¿Por qué pudiendo trabajar no lo hacemos y viceversa?, ¿Es siempre satisfactorio? ¿Nos garantiza la realización personal? El trabajo establece lazos con otros. Esos lazos pueden ser de colaboración, cooperación, competencia, sometimiento, explotación. En el intercambio de bienes y servicios, cada cultura dará diferentes formas a los vínculos que se determinan en el ámbito laboral. Hoy, la forma del vínculo laboral es el borramiento de la división del trabajo y el tiempo libre, diluida imperativamente por los dispositivos digitales de comunicación. La experiencia espacio-tiempo en el trabajo se presenta como un todo invasivo sin diferencia entre la vida pública y privada. La expresión popular generalizada, para designar la jornada laboral de “9 a 5” fue reemplazada por la de “24 x 7” Por otra parte, es notorio el surgimiento de prácticas de construcción conjunta a través de colectivos, asociaciones, grupos de autogestión. Gestos pequeños y no tanto, con el objetivo de volver a dar voz a las necesidades personales transmutadas en voces colectivas. También hubo, a manera de resiliencia, una reacción colectiva en el desarrollo de actividades de carácter cultural. Un modo de trabajo por fuera de la economía donde nosotros mismos construimos, por resiliencia o impulso vital, nuestra contención social. Con respecto al Arte, algunos estetas actuales piensan que, tanto las exposiciones como las obras de carácter relacional o los acontecimientos artísticos, pueden ser un espacio de convivencia que nos aproxima a diluir por un instante las fracturas de los vínculos sociales. Como el resto de la sociedad, también nosotros estamos comprometidos con una reflexión crítica e intensa sobre el trabajo. En la búsqueda de horizontes posibles y en medio de conceptos y prácticas que parecen que han perdido sentido, seguimos reivindicando la poiesis, esa palabra griega que significa creación, hacer, crear. Seguimos cautivados con las analogías que realizó Heidegger sobre la poiesis «el florecer de la flor, el salir de una mariposa de su capullo, la caída de una cascada cuando la nieve comienza a derretirse». Con estas analogías, el filósofose refiere “al momento de éxtasis producido cuando algo se aleja de su posición como una cosa para convertirse en otra” A partir de las experiencias transitadas en la pandemia y la aceleración de la complejidad laboral, es que pensamos en esta muestra, para explorar qué miradas tienen los artistas sobre esta actualidad tan particular. Y es por esto que no construimos un guión curatorial con poéticas pretéritas que respondían a tipos de trabajadores y trabajadoras de otras realidades sociales que ya no existen. Confiamos en que el arte tiene la condición de hacer visible lo no visible y desde su tiempo. Elena Olivera, en su libro La cuestión del arte en el siglo XXI, trae las palabrasdeNelson Goodman que sostiene que el arte ´´hace mundo´´ en el sentido de hacerlo evidente. Al mismo tiempo considera que la obra es una máquina óptica de significación. Para ver de un modo reconfigurante. En estudios recientes sobre el panorama de la producción artística algunos arriesgan en distinguir un “neorromanticismo” en el arte contemporáneo, donde los sentidos de las obras conviven entre contradicciones. El corpus de obra de esta exposición alberga rasgos de este tipo. Aparece una mirada denunciativa que al mismo tiempo evidencia una demanda de transformación. En las fábricas vacías de Viviana Zargón, se entrelazan la nostalgia de lo que ellas fueron con esas firmes arquitecturas que, como Colosos, se afirman con promesas de reconquista. En el video instalación de Gabriela Golder ella envuelve a recuperadores de fábricas con una coreografía del rescate y una sincronización coral ralentizada que convierte al tiempo en un absoluto, como metáfora de un reclamo que no tiene concesiones. La obra de Adriana Bustos nos cuenta sobre las ilusiones de futuro promisorio, entrampadas en modos de accesos siniestros. Andrés Aizacovich en su obra “Relación de dependencia” busca modos y maneras de construir vínculos íntimos con el otro a través de acciones corporales conjuntas. Al mismo tiempo, en sus pinturas, Diana Dowek nos muestra, de manera cruda y directa, un frente de batalla sanitario que apela a los indiferentes y refuerza el valor y la valentía del trabajo colectivo. El video de Martín Legón estremece con un estamento sobre el campesino, el trabajador y el obrero. Un oxímoron de pasado, presente y futuro con una escultura de Cafferata como cuerpo y el pensamiento de Giorgio Agamben como alma. En ese pasado, presente y futuro, los ciclos de decadencia económica se repiten, como se expresa en la escultura de Antonio Pujía “Sin pan y sin trabajo 2000” donde se ven esos ciclos en la evocación de la obra Sin Pan y sin trabajo de Ernesto de la Cárcova. Martín Carrizo reivindica los sistemas constructivos de los albañiles creadores de urbanidades, con sello de una cultura de su propia creación. Estanislao Florido pone en evidencia los avatares de la vida de un cartonero a través de un video juego. El cartonero, como Mario Bros, al mismo tiempo corre el riesgo de ser objetivado produciendo la misma indiferencia que la sociedad muestra con los más necesitados o en situación de calle. ¿Y qué más emblemático para nuestro arte que elevar al estatuto de obra de arte a una familia obrera? El artista Oscar Bony instaló en un museo, de manera performática, a un obrero matricero de Valentín Alsina, Lanús, con su familia, quienes recibían una suma de dinero como pago por cada día de exposición significativamente mayor al salario mensual de este obrero. Para finalizar, insistimos en las posibilidades que ofrece el arte para hacer pie en tanta inestabilidad. Porque como lo enuncia Byung-Chul Han, activando el pensamiento y la libre elección, el arte ayudará a vencer uno de sus males principales: la pasividad característica de la sociedad del cansancio.


Entrada actualizada el el 15 dic de 2021

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