Descripción de la Exposición La construcción de Parque Florido A finales de 1903, José Lázaro encargó al arquitecto José Urioste el proyecto de su nueva residencia familiar, el palacio de Parque Florido, así denominado en homenaje a su esposa, la argentina Paula Florido. Urioste gozaba entonces de fama internacional tras el enorme éxito alcanzado con el Pabellón Español en la Exposición Universal de París de 1900, verdadero manifiesto del neoplateresco que serviría de pauta para el diseño del palacete. Dicho estilo, que rememoraba la época de mayor esplendor de la monarquía hispana, constituía toda una alternativa a la estética afrancesada imperante en las mansiones aristocráticas construidas en Madrid a principios del siglo XX y era una de las tendencias más novedosas y comprometidas del momento, correspondiendo a los anhelos de regeneración nacional demostrados por Lázaro como fundador y director de la editorial La España Moderna. El arquitecto firmó los planos en enero de 1904 pero ciertas desavenencias llevaron a Lázaro a poner la ejecución de la obra en manos de Joaquín Kramer, quien dirigió los trabajos hasta 1906. Durante estos años el nuevo arquitecto introdujo cambios sustanciales en el proyecto primitivo, plegándose a las precisas indicaciones de Lázaro que, entre otras cosas, decidió suprimir la gran escalera que Urioste disponía en la torre y reproducir en los vanos el modelo clasicista del madrileño palacio de Altamira, proyectado en 1772 por Ventura Rodríguez. La obra sería acabada en 1908 por Francisco Borrás, autor asimismo de la sede de la editorial. La decoración de Parque Florido Llegada la hora de decorar el palacio, es decir, de preparar el escenario de su vida familiar y pública, Lázaro confió los trabajos a Manuel Castaños, quien llevó a cabo la ornamentación de cornisas y sobrepuertas, y a Juan Vancell, que se ocupó del encasetonado clásico del pórtico de la fachada principal, dejando a cargo de especialistas franceses las imitaciones de mármoles y maderas. Todo ello se hizo con diseños y dirección del arquitecto Francisco Borrás, quien, en perfecta sintonía con los propietarios, empleó formas renacentistas en los salones de la planta noble y un estilo Luis XVI, más luminoso y a la moda, en las habitaciones de la planta primera, donde la familia hacía la vida. Las colecciones artísticas reunidas por Lázaro, ya muy nutridas entonces, se distribuyeron en las estancias de ambos pisos, armoniosamente integradas en la decoración general. La pintura de los techos fue realizada por Eugenio Lucas Villamil entre 1906 y finales de 1908. Lucas cubrió aquellos amplios espacios mediante la técnica llamada marouflage, o sea, con lienzos fijados una vez pintados, y representó en ellos temas adecuados a la función de cada sala, adaptando los modelos que el propio Lázaro le facilitaba. El complejo proceso constructivo y decorativo, atentamente supervisado por el coleccionista, se dio por concluido en los primeros meses de 1909. En palabras del Marqués de Lozoya, el edificio se alza como 'uno de los más suntuosos ejemplares de morada señorial madrileña en el reinado de don Alfonso XIII'. La transformación de Parque Florido Desde su inauguración en 1909 el palacio se fue adaptando a las necesidades de la familia sin variar su estructura arquitectónica. Las primeras modificaciones las realizó Lázaro entre 1945 y 1946 cuando, recuperadas sus obras artísticas, que habían salido de Parque Florido durante la Guerra Civil, y esperando la llegada de sus colecciones de Nueva York y París, comenzó a reordenar la presentación de su Colección. Pero la verdadera transformación comienza con las obras que convirtieron la casa en museo (1949-1950). En una primera fase se techó el patio central y los espacios privados se eliminaron para albergar la instalación museográfica, ideada por el arquitecto Fernando Chueca bajo la supervisión de José Camón Aznar, primer director de la Fundación. La necesidad de exponer miles de obras, muchas de ellas de pequeño tamaño y gran valor, imponía, tanto por razones de organización como de seguridad, una ordenación propiamente museal. Así, dos de las cuatro plantas del edificio -baja y primera- fueron radicalmente reformadas, conservando la rica decoración original de la planta noble y de algunas estancias del piso primero con el fin de evocar el ambiente 'vivido' de la residencia. En 1959 finalizó la segunda fase, que transformó la última planta del palacio para ampliar la superficie expositiva, y modificó la disposición de la Colección proyectada en 1950. El nuevo aspecto del palacio se mantuvo hasta la última rehabilitación integral, realizada entre 2001 y 2003 por el arquitecto Fernando Borrego con instalación museográfica de Jesús Moreno & Asociados, siguiendo el guión museológico realizado por el equipo técnico del museo.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España