El tatuaje se encuentra bajo la piel, expresa, comunica, y como toda imagen, esta rodeada de las experiencias, estímulos, circunstancias y deseos de quien lo realiza, en estos intersticios, tanto quien se hace un tatuaje como quien lo diseña, conecta un fuerte elemento narrativo, anecdótico y conmemorativo alrededor de su vida y relaciones. Al igual que la música, la tinta se convierte en un vehiculo que registra, graba y consigna diferentes estados de nuestra existencia.
Cada vida tiene su banda sonora, desde el llanto primigenio hasta nuestra última exhalación, la música es una ceremonia que une lo espiritual y lo sensual y es en ese proceso donde la imagen del tatuaje adquiere características simbólicas y rituales que permiten una “unión”, una marca que deviene en identidad y nos une en una fe sin dogma; la música.
En este mundo, sus espacios y protagonistas constituyen un momento intrínsecamente ligado a un movimiento, un...estilo, o un género, el cual ineludiblemente esta relacionado a procesos contraculturales e identitarios, es en este punto, donde el tatuador se convierte en un puente, un mediador entre la música como concepto y experiencia y la imagen como elemento condensador de vibraciones y energías.
La música al igual que la tinta brota por los poros de quien se ha tatuado.
La muestra da continuidad a los procesos de investigación realizados en el 2013 con “Tendencias, artistas y estudio del tatuaje”, que concibió el tatuaje como una manifestación en el cuerpo que constantemente dialoga con diversas expresiones culturales y estilos de vida, para este caso la música.
El Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá invita a la inauguración de la exposición 1, 2, 3 grabando 1, 2, 3 tatuando, que se realizará el día 5 de septiembre a las 6:00 pm y que contará con la presentación de la banda Salvajes.
Juan David Quintero
Curador
Entrada actualizada el el 24 ago de 2014
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