La barcelonesa Fundación Francisco Godia cerró a principios de año, tras ocho años y después de 17 exposiciones, su sede de la calle Valencia, para abrir una nueva etapa en la casa Garriga Nogués a partir de mediados de este año. El nuevo espacio, un edificio modernista situado en la calle Diputació, permitirá crecer y mostrar de un modo más amplio la colección permanente de la Fundación Francisco Godia. Esta nueva etapa se inaugurará a mediados de año con una exposición de fondos propios que abarcará desde el siglo XII hasta el XXI y que incluirá pintura, escultura, cerámica, dibujo y fotografía.

Con el cambio de sede, la Fundación Francisco Godia aumentará el espacio de exposición de 400 m2 a más de 1.800, que se distribuirán en tres plantas: una planta baja para exposiciones temporales, tienda y oficinas; una planta principal para la exposición del fondo de la colección, con acceso a la terraza y un subterráneo para almacenes. Con este traslado, la fundación aspira a seguir aumentando el número de visitantes, que en el año 2007, aumentó hasta los 16.000, una cifra relevante para una entidad privada dedicada al coleccionismo.

La colección atesorada entre 1960 y 1975 por el industrial Francisco Godia Sales (fallecido en 1991) es una de las más importantes de España, abarcando un extenso periodo, desde el siglo XII hasta fechas muy recientes, reuniendo un importante fondo de arte medieval, la mejor colección privada de cerámica (unas 500 piezas), así como obras del Renacimiento, del Barroco y de los siglos XIX y XX, con obras de artistas como Ramon Casas, Isidre Nonell, Joaquín Sorolla o José Gutiérrez Solana.