Concluyó el papel institucional en el arte, llega el de los coleccionistas

Las autoridades españolas, el sector más institucional del arte, no sale mejor parado que el resto de colectivos artísticos en la valoración de quienes han contestado a las preguntas de ARTEINFORMADO en relación a su contribución a la promoción del arte español fuera de nuestras fronteras. Además, como recuerda la artista madrileña Cristina Almodóvar (Madrid, 1970) hasta puede ser que su momento ya haya pasado. Lo señala así: "el hecho de que en los últimos años se hayan abierto tantos museos de arte contemporáneo en España no se debe a que haya más interés por el arte, sino a políticas de momentos de bonanza económica, que han sido aprovechadas por las galerías para institucionalizar a sus artistas,... ganancias fáciles no reinvertidas en una proyección mayor de los autores, porque parecía que esto nunca iba acabar. El arte nunca ha sido de masas, aunque políticamente se quiera, y el número de visitantes que presenten ferias y museos nada tiene que ver con el panorama artístico. Los coleccionistas privados verdaderos, no los inversores, desde mi punto de vista, van a tener un papel muy importante en los próximos años, porque ni los estados ni las empresas van a mantener el mercado del arte como lo habían hecho hasta ahora. Todo se va a depurar".

Con todo, algo podrán hacer. Y hay quien ya lo hace, como recuerda Josep Canals, director de Canals, Galeria d''Art de Barcelona, que a modo de reflexión dice que "tenemos mucha tradición de artistas pero faltan clientes y compromiso más activo de nuestras autoridades, pero algunas comunidades autonomas no lo estan haciendo nada mal. Deberían hacer lo que hacen por lo menos en Catalunya, reunirse periódicamente con los representantes de los galeristas, artistas y comisarios y establecer criterios mínimos para la proyección internacional".

Más crítico, como siempre, es el colectivo de artistas. El cordobés Francisco Igeño (Córdoba, 1951) dice "que las autoridades españolas como mucho subvencionan puntualmente y con criterios que poco tienen que ver con el arte profesional". Para Cristina Moroño (Madrid, 1973 - reside en Nueva York) "se deberían hacer exposiciones para promocionar artistas españoles en los muchísimos centros oficiales, fundaciones españolas,... que hay" y se lamenta diciendo que "lo hacen, pero sólo interesa sacar a los que ya han muerto o consagrados". Más crítica es la artista María Jesús Abad Tejerina (Madrid) que les acusa de hacer "poco o nada", añadiendo a continuación, y de forma irónica: "¡Ah, sí!... han vendido la cúpula de Barceló!".

Otros, como el navarro Carlos Ciriza (Estella, 1964) cree, también, que se hace "poco, ya que es un área muy desconocida en general para ellos y si en otros países apoyan más a sus artistas que a nosotros, ya tenemos la mitad de la batalla perdida". Coincide con otros artistas en que "deberían de incrementar el amor al arte desde las escuelas para formar mayor sensibilidad en nuestro entorno, en nuestra sociedad (...)" y concluye "que es fundamental la cooperación entre instituciones, que ofrezcan una amplia y variada visión de las creaciones artísticas actuales (...)". En opinión de Xabier Obeso (Rentería, Guipúzcoa, 1952) "el día que los conductores del Estado valoren el arte como patrimonio, y con orgullo lo muestren en todo el mundo, a partir de ese día empezará a subir la cotización de nuestro país". Más práctico se muestra el artista escocés residente en Barcelona Jo Milne (Escocia, 1966 ), que denuncia que "las autoridades españolas no facilitan la posición económica del artista (por ejemplo la burocracia de ser autónomo), como tampoco facilitan la promoción de actos culturales a través de descuentos en Hacienda". ARTEINFORMADO