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La galería Vanguardia presenta por primera vez en Bilbao una exposición individual de la artista alemana Marion Thieme. Thieme -afincada en España desde finales de los 80- centra su interés en la indagación de los límites de la pintura. Sus potentes trabajos reafirman el carácter matérico de los elementos empleados. Trabajando casi siempre desde el soporte de la pared, Thieme se mueve en un espacio híbrido entre la pintura y la escultura.

En esta muestra nos encontramos con tres diferentes vertientes o tres ejes formales/conceptuales. La serie de 'coágulos' -obra pictórica que lleva la capacidad de la materia al extremo- está integrada por cajas de metacrilato transparente rellenas de pintura al óleo de diferentes colores que forma un cuerpo 'real', una masa viscosa y agrietada, aplastada en el interior de estas ... urnas y velada en parte por colores acrílicos que la artista con anterioridad ha pintado desde dentro en la superficie y en los laterales de las cajas. Así, la dimensión de la obra se resiste a ser abarcada en su totalidad con la vista frontal -como normalmente se observa la pintura- ya que por la cualidad translúcida del metacrilato y la profundidad de las cajas las zonas laterales de la obra juegan un papel importante.

La segunda vertiente está formada por una serie de 'collages' que complementan la reflexión sobre este 'cuerpo del color' como si se tratase de un negativo: se compone de una serie de dibujos casi inmateriales; ligeras veladuras de color negro aguado atrapado bajo gasas de papel japonés. Así -expuestos en unos marcos profundos- el único volumen está formado por las veladuras que se levantan sobre la superficie del papel en 'grietas positivas'.

Completan la muestra unas fotografías de su serie 'reflejos' que escenifican un espacio ilusorio y especular, resultado del hecho de que las superficies transparentes de las cajas reflejan, engulléndolo, su alrededor. Un mundo onírico e irreal provocado por la misma masa pictórica en estado de coagulación.