Glorieta Insurgentes, Ciudad de México. Hoy en día. Góticos tropicalmente teñidos y arreglados como carrozas fúnebres recién salidas del set de Enchúlame la máquina -los productos son postura, estatus über alles. Es una bolsa de valores en subida de piel joven, y allí están todos los usurpadores de cuerpos trasnacionales, comprando futuros por unos cuantos pesos y, ¿a poco no les encanta a los chavos? No hay más dirección que la caducidad. OMG la juventud está tan de moda ahorita. ¿Forever 21? Ni de broma, ya tienes más años que los Años maravillosos y ni siquiera sabes a qué me refiero. Pero la piel joven se ve tan bien. Estar hidratado nuevamente. Hasta la juventud está comprando juventud. ¿Para qué esperas al estrógeno cuando aquí tienes parabenos? Las hormonas están llamamando tu nombre.

Hoy no te sientes como tú mismo. ... Y tú no eres tú. Eres la versión nueva de ti. Permanentemente modificada. Reescribiste tu código, cambiaste tu programa. Ahora eres junkspace. Y me encanta lo que haces, ¿qué no sabes que eres tóxico?

Humanoides biofarmacológicos abstractos compran productos orgánicos para cuerpos mitad inorgánicos. Vibradores fluorescentes alienígenas penetran siluetas acrílicas, espesas y duras. Lentes de contacto de fans Manga, ortopedia de silicona, extensiones de pelo humano y sintéticas de colores fantasia forjadas en moldes prostéticos de resina. Pinturas termoformadas Gutai en escaners de células eukaryotas esparciendo sus orgánulos mojados en las anchas pinceladas de crema concha de nácar, y esencias de serpientes e insectos (así como otras tecnologías cosméticas).

Bi-White, autobronceado, brilla como un diamante de sangre.

Destapa la felicidad.

(Traducción por Gabriela Jauregui).