Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La exposición inaugural de FLORA es la primera versión de un programa que llamamos Álbum, en el cual tomamos una obra literaria relevante para la discusión sobre los asuntos que orientan a FLORA, y la consideramos como el catálogo (preexistente) de la muestra. Esta primera exposición se realizó en torno a Walden, o la vida en los bosques, el cual establece un marco para muchas obras posteriores que tratan sobre la compleja relación que hemos establecido con la naturaleza -y también sobre el valor positivo del aislamiento cuando se trata de restablecer lazos con ella. Algunas de las obras referencian de manera directa el Walden de Thoreau: Kevin Mancera decidió copiar a mano la totalidad del texto, en un ejercicio de aislamiento y dedicación que emula el realizado por Thoreau en su experimento personal. El Walden de Mancera viene ilustrado con varias de las especies botánicas y zoológicas mencionadas en el texto original.
Muestra colectiva en torno al libro Walden, o la vida en los bosques (1954) de Henry David Thoreau, que sirve para inaugurar este nuevo espacio FLORA ars+natura. Artistas participantes: Guy Ben-Ner, Milena Bonilla, Tania Candiani, Juan Carlos Delgado, Beatriz Eugenia Díaz, Luis Hernando Giraldo, Gómez & González, Alberto Lezaca, Juan Lealruiz, Daniel Joseph Martínez, Colectivo Maski, Kevin Mancera, María Angélica Medina, Marjetica Potrc, Luis Fernando Ramírez, Miguel Ángel Rojas, María Isabel Rueda, Ana María Rueda, Tomás Saraceno, Gabriel Silva y Melanie Smith.
Hay varios temas desarrollados en la exposición, que están presentes en el texto de Thoreau: las utopías colectivas (Marjetica Potrc y su análisis/manifiesto sobre las comunidades aisladas en el Amazonas brasilero; el jardín flotante de Tomás Saraceno, que complementa sus ciudades-nube, herederas de la tradición utópica de los años sesenta; y el edificio-colmena de Luis Fernando Ramírez quien hace una versión en plástico y miel basada en el Walden 7 de Bofill); las utopías personales (los paisajes alucinados de Gabriel Silva, realizados con los colores que restan en la paleta al final de cada jornada; la mirada al bosque, muy íntima y personal, de Luis Hernando Giraldo, y las casas aisladas en el territorio, en el límite entre lo urbano y lo rural, del colectivo Maski). La figura del artista-isla, aislado en su taller o en la soledad de la creación está presente en el trabajo de María Angélica Medina, quien lleva varias décadas (mucho antes de la conceptualización de la llamada Estética Relacional) realizando una obra en proceso que consiste en tejer mientras conversa con la gente: el sub-producto de esas conversaciones es una bella esfera textil, que condensa su paso por el mundo (del arte); en el trabajo de Juan Lealruiz, quien se concentró por más de una década en su estudio, aislado del medio artístico, y que ahora pone toda su vida personal en lo público a través de la página web lealruiz.com; y en la versión de Robinson Crusoe de Guy Ben-Ner, realizada en la cocina de su casa.
Thoreau se retiró al bosque para establecer una relación más estrecha con la naturaleza; las consecuencias de la desconexión que tenemos hoy en día con la tierra en que vivimos se pueden ver en las obras de Ana María Rueda, quien muestra un paisaje desolado por la acción de una catástrofe ambiental, y en la enorme piedra de Miguel Ángel Rojas, quien ha mirado de manera aguda los efectos en el territorio de la guerra contra las drogas. Milena Bonilla, quien en muchas de sus obras señala la resiliencia de la naturaleza frente a la urbanización, la tragedia y el conflicto, presenta una escultura donde ramas/raíces conectan dos temporalidades de la naturaleza: el tiempo geológico, encarnado en una Amonita fósil, y el tiempo actual, en la forma de un musgo que hay que regar diariamente para asegurar que sobreviva.
La figura del ermitaño, ese personaje recurrente en la historia de la humanidad que se retira al bosque para poder encontrarse en la soledad, es evocada en la obra de varios artistas en esta exposición (Gómez y González, quienes realizan una impronta del interior de la cabaña del Ermitaño de Tarifa, personaje que vivió en completo aislamiento durante casi medio siglo; María Isabel Rueda, quien muestra una serie de imágenes que tomó a lo largo de varios años del castillo que el artista Norman Mejía se construyó en Puerto Colombia, aislado de todos para realizar su arte en completa soledad. Su decisión de vida inspiró a Rueda, quien decidió también irse a vivir a Puerto Colombia para llevar una vida regida por sus propias reglas). Alberto Lezaca y Daniel Joseph Martínez se percatan que, además de Thoreau, en la historia de Norteamérica hay otro intelectual que critica de manera virulenta el modelo de progreso ligado a una tecnología deshumanizante, se retira a un bosque, construye su casa y escribe su manifiesto: Theodore Kaczynsky, más conocido como El Unabomber. La saga de desobediencia civil violenta de este ermitaño contemporáneo, enviando bombas a universidades y centros de tecnología, es la cara oscura del sueño de Thoreau, la distopia que corresponde a esa utopía romántica planteada en Walden.
La exposición se despliega en la totalidad de Casa FLORA, invitando al público a recorrerla y a conocerla.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España