Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- El futuro no es más que lo obsoleto marcha atrás. Quizá estas palabras de Nabokov nunca hayan cobrado un sentido tan pleno y transparente como ahora, veinte años después de haber ingresado en esta calle de dirección única benjaminiana, en ese simbólico año de 1992. Hablamos de un movimiento irreversible, de un tiempo histórico que se desbarranca y arroja marcas epocales desgajadas, encarnaciones de una economía que ha determinado a la postre un régimen de lo visible, unas ruinas y una mecánica abandonada del deseo, de la producción. Hablamos, por supuesto, de Berlín tras la caída del muro, cuyo desmoronamiento impondría una lógica artificial del consenso que se sellaría con el proceso de reunificación de las dos Alemanias, sentando así las bases comerciales y financieras de la Europa que vendría. La misma que poco después sembrará de espejismos inmobiliarios las costas españolas y desatará una megalomanía arquitectónica que, así, a contrapelo, nos resulta incluso risible (esas Torres Kio ya para siempre mancilladas por el diablo en una película de Álex de la Iglesia). Hablamos de los tiempos de Mario Conde, versión ibérica del american psycho de Bret Easton Ellis (tras la Primera Guerra del Golfo y la consolidación de las reaganomics) y adalid de los valores del 92: flexibilidad, desregulación, libertad del mercado, especulación y cara dura. De aquellas Tormentas del Desierto (cuyo polvo ocultaba en España la Primera Crisis Económica de la época mientras nos celebrábamos a nosotros mismos en olimpiadas y ferias universales) vendrían estos lodos. El futuro, como una locomotora con su carga de muerte, desbocado a nuestro encuentro (el ángel de la historia de, otra vez, Benjamin). Pero, entre tanto, la retórica del europeísmo, la grandilocuencia de las infraestructuras, los macroeventos internacionales y la ideología del crecimiento y el consumo. Toda una jerga de la simulación que iba dejando a su paso una especie de revés del esplendor, un paisaje en negativo compuesto de espacios residuales que crecían al lado o detrás de las arquitecturas del poder. Descampados o rascacielos junto a los muros del ocio en las primeras líneas de playa. El amaneramiento de los nuevos maximalismos (el rostro humano del capitalismo). Y, sobre todo, ruinas. Ruinas viejas pero también nuevas, ruinas que no han tenido tiempo de envejecer, ruinas instantáneas que suprimen cualquier apelación a la arqueología. 'La nueva topografía fue una tendencia fotográfica internacional que eclosionó a mediados de los 70 a partir de la célebre exposición que le dio nombre:? The New Topographics. Photographs of a Man-altered Landscape, que contaba con Robert Adams, Bernd y Hilla Becher y Stephen Shore, entre otros, y se presentó en la George Eastman House de Rochester en 1975. Se caracterizó por su voluntad de poner al día el estilo documental a partir de la recepción de las prácticas seriales del conceptualismo y, a la vez, de una relectura de la tradición de la fotografía topográfica y geológica de las exploraciones del Oeste americano en el siglo XIX. Este nuevo documental topográfico se caracterizaba particularmente por su atención a los procesos urbanos y no era ajeno a visiones críticas de la explotación y destrucción de los entornos naturales, derivados de las formas del urbanismo difuso propio de las grandes metrópolis. La persistencia en este estilo documental descriptivo durante décadas hace de Manolo Laguillo una figura de referencia para el documentalismo urbano. En sus imágenes, la ruina y la nostalgia formalizan un potencial histórico latente, aún no agotado, en las opciones históricas descartadas, y la reclamación de una segunda oportunidad para aquello que el curso de la historia dominante tiende a dejar olvidado.' (Jorge Ribalta)
Las imágenes de estilo conciso de Manolo Laguillo (Madrid, 1953) documentan la profunda transformación urbanística que experimentaron las ciudades españolas desde finales de los años 70 hasta el cambio de siglo y la burbuja inmobiliaria, contribuyendo a la creación de un nuevo modelo de representación que se aparta de la tradicional imagen publicitaria de bienestar y desarrollo. A las imágenes de Barcelona y Madrid se suman algunas de otra ciudad emblemática, Berlín. Festival Off. XVI Festival Internacional de Fotografía y Artes Visuales PHotoEspaña 2013. Agosto, cerrado.
Grandes Eventos, 21 jun de 2013
El Museo ICO revisa los 35 años de carrera del fotógrafo Manolo Laguillo
Por ARTEINFORMADO
El Museo ICO, de Madrid, presenta, desde hoy y hasta el 15 de septiembre, en el marco de la programación oficial de PHotoEspaña 2013, la primera revisión exhaustiva e íntegra ...
Exposición. 17 nov de 2024 - 18 ene de 2025 / The Ryder - Madrid / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España