Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La Galeria Carles Taché presenta En el filo, primera exposición individual del artista Javier Pérez (Bilbao, 1968) en la galería así como en la ciudad de Barcelona. La muestra reúne una serie de obras del artista -dos de ellas inéditas- que nos revelan algunos de los temas que le ocupan actualmente. Desde que inició su andadura artística en los años noventa, Javier Pérez ha indagado con detenimiento en algunos conceptos que, con el tiempo, se han convertido en reflexiones centrales de su discurso artístico. El sincretismo, la transitoriedad o, como indica el título de la exposición, las zonas o estados intermedios son elementos que, directa o indirectamente, están presentes en su trabajo y, también, en las obras que conforman esta exposición. La obra inédita que da título a la exposición -En el filo- refuerza una de las ideas centrales de la exposición, la de la fragilidad y el misterio de las zonas, los momentos o las situaciones intermedias entre un estado y otro. Más allá de este primer marco conceptual general, la exposición despliega toda su ambigüedad proyectándose en muchas direcciones y permitiendo así diferentes lecturas e interpretaciones, lo cual confiere una extraordinaria riqueza narrativa al conjunto. Contemplando las obras de la exposición a uno le invade una cierta inseguridad acerca del proceso perceptivo, pues nada es lo que parece sino que todo es impreciso y ambiguo, lo cual añade capas de significados. La exposición es también diversa en cuanto al uso de materiales y técnicas, pues parte importante del trabajo del artista pasa por indagar y explorar las propiedades de los distintos materiales (desde los orgánicos hasta el bronce) y sus posibilidades técnicas. Para el artista, la tríada concepto-forma-material constituye una unidad indivisible a la hora de proyectar de forma física sus ideas. Javier Pérez ha mostrado especial interés por la dialéctica de los conceptos opuestos (cultural-natural, atracción-repulsión, interior-exterior, vida-muerte, etcétera) y ha tratado en sus obras de conciliar o sincretizar los opuestos rebajando la tensión que se genera entre ellos. Virgo Mater, por ejemplo, es una obra inédita que muestra una figura femenina con claras reminiscencias a la imaginería cristiana de la Inmaculada Concepción y al paradigma de la maternidad sin mácula. Está realizada con resina de poliéster translúcida y recubierta por una membrana confeccionada con intestinos porcinos deshidratados. Esta figura fantasmagórica es una imagen desmaterializada y casi mística que, a su vez, muestra toda su materialidad interna de forma descarnada. Como viene siendo habitual en el trabajo del artista, la dialéctica de carnalidad y espiritualidad, pureza e impureza, interior y exterior o belleza y mácula nos sitúa en esa franja de encuentro y tensión entre contrarios que tanto interesa al artista. Las dos acuarelas de la serie Transfiguración nos muestran autorretratos del artista en los que aparece suspendido en un estado de tránsito entre la elevación y el enraizamiento, precisamente sostenido en esa suerte de equilibrio que se genera entre contrarios. El artista aparece de nuevo autorretratado en la serie de fotografías Eros I, II y III, imágenes en las que de su cuerpo gélido brota la sangre, cuyo color rojo tiene un fuerte simbolismo para el artista. La pieza Capilares III, realizada con colas de caballo, puede ser entendida como una forma de dibujo expandido e induce a una cierta confusión acerca de su propia naturaleza, que es animal pero que, sin embargo, tiene también algo de apariencia vegetal. Realizada también con pelo de caballo, la máscara con la que el artista se cubre el rostro en las fotografías tituladas Máscara ceremonial I y II también introduce la reflexión acerca de la identidad y de la función de las máscaras (desde un punto vista antropológico y etnográfico en distintas culturas), que aparentemente ocultan pero quizás también desvelan. La circularidad es también una cualidad muy frecuente en los trabajos del artista. En la obra Caja de música, el calzado de una bailarina gira al ritmo de la música. Una zapatilla de puntas y un botín ortopédico de principios del siglo XX ofrecen una extraña combinación que nos recuerda la crueldad de la naturaleza y la quimera que es la perfección. En otro sentido, Aria Da Capo introduce una visión esférica del tiempo. En una clara alusión a la danza macabra, dos esqueletos bailan al son del Aria da Capo de las Variaciones Goldberg de J.S. Bach. Los esqueletos bailan una danza perpetuada por la indicación Da Capo -que en notación musical nos indica que debemos volver al inicio de una composición- y, por tanto, eso les mantiene atrapados en el tiempo. Cabe destacar que el próximo 11 de octubre se inaugurará Lamentacions, exposición individual del artista en el Museu de Montserrat. Pérez ha cuidado especialmente la complementariedad y el diálogo entre ambas exposiciones, cosa que permite formularse una idea más completa de su proyecto artístico. La muestra alberga, entre otras obras, la instalación sonora Lamentaciones, que fue mostrada originalmente en el Claustro de la Catedral de Burgos en el 2009. Permanecerá abierta al público hasta el próximo 11 de febrero de 2013.
Es la primera exposición individual del artista Javier Pérez (Bilbao, 1968) en la galería así como en la ciudad de Barcelona.
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