Descripción de la Exposición Como muchos pintores contemporáneos Manuel Caeiro interroga la pintura desde la repetición de las formas. Cada trazo insiste en la consecución de una idea, y su multiplicación, su secuencia, genera el ritmo definitivo. Manuel Caeiro trabaja el detalle -modular- como desencadenante de cada nueva imagen, y lo hace siempre desde la memoria o el recuerdo de lo construido, procurando un nuevo orden. Su estrategia es por tanto la de desdoblar o propagar una realidad reconstruida y, por tanto, ficticia, que nace desde el más tradicional de los medios -la pintura-, desde el que más carga histórica posee y que, al mismo tiempo, procesa en apariencia una contemporaneidad más débil o, en todo caso, más cuestionada, siendo continuo motivo de debate sobre su estado anímico. (...) en la pintura de Manuel Caeiro todo es virtualidad, potencia, ya que resulta de derivar una situación de vacío. Manuel Caeiro (re)inventa espacios que no existen aunque, sin embargo, ya estaban ahí, o por lo menos podrían existir; insito, en potencia, en su virtualidad. Por eso aunque reconozcamos sus espacios como posibilidad nunca podremos hacerlo de una forma definitiva, ya sea porque Caeiro invierte el orden de las cosas (el cielo, las escaleras...) o porque es capaz de enfriar las formas para acercarlas a concepciones más analíticas, como en sus últimos trabajos. (...) La pintura de Manuel Caeiro permite tornar visible. Deja abierta esa puerta o ventana a partir de un cóctel de transparencias, opacidades y perspectivas imposibles. El color, o más concretamente su estrangulamiento contínuo, sus confrontaciones, se entrega a esa construcción de la posibilidad, como ocurre en toda la historia de esa pintura que trató de trabajar con la tridimensionalidad interior, la imaginada, la que nace en la memoria y expande esa virtualidad. A estas alturas, queda claro que Manuel Caeiro se mueve a partir de estructuras y divisiones en el cuadro, actuando desde un posminimalismo muy ligado a lo arquitectónico; desde un periodo donde trabajó a partir de un lenguaje corrosivo, de desgaste, donde el tiempo cobraba una importancia explícita; hasta la percepción de elementos modulares capaces de estructurar rítmicamente lo compositivo y acercarse a lo tridimensional. En todo caso, hay que significar que hablamos de un espacio donde todo se confunde y contamina en beneficio de una lógica perceptiva dominada por la luz y el color. Como señaló Luisa Soares de Oliveira, 'toda la obra de Caeiro parece jugar con esa dualidad: por un lado, el empeño en el rigor geométrico, que es dado en la disciplina del dibujo, por el conjunto de reglas y preceptos que codifican la técnica de proyectar planos, líneas y volúmenes, con vista a la construcción de edificios y monumentos; por otro la mancha, lo informal, la casualidad que invade, sistemáticamente, la estructura rigurosa de los trazos, como nunca lo haría en el dibujo de arquitectura, por ejemplo, o de ingeniería'1. Hablamos, por tanto, de pintura como forma de aprehender un mundo que se nos muestra más ficticio que nunca, pero que transmite el mismo vértigo que las estructuras de Caeiro. Fragmentos extraídos del texto de David Barro para el catálogo 'Manuel Caeiro. Welcome to my loft'. 1. Soares de Oliveira, L: 'Desenho de Projecto'. Galería Ara, Lisboa, 2003.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España