Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- -------------------------------------------------------
La Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior ha organizado la exposición Itinerarios Afines, integrada dentro del programa de la Bienal de Cantón. La muestra cuenta con la colaboración de PHotoEspaña. La exposición, comisariada Alain Jullien y Olivia Rubio, presenta autores ya consolidados que gozan de reconocimiento en nuestro país e incluso fuera de España, junto a otros más jóvenes que gozan de una cierta presencia en la escena artística internacional. Los primeros son los continuadores de la generación de la fotografía documental de los años cincuenta y los segundos, pertenecen a la generación de los años 60 y 70 que ha huido de una visión reduccionista de la fotografía, para situarse en las grandes corrientes de la fotografía internacional, extendiendo y enriqueciendo el medio fotográfico.
La pareja de artistas formada por María Bleda (Castellón 1970) y José María Rosa (Albacete, 1969) comienza su trayectoria artística en 1989, pero la cohesión de su trabajo no llega hasta 1992 con el desarrollo de su proyecto Campos de fútbol, un trabajo que documenta campos de fútbol de nuestro país, abandonados, donde vemos los residuos de una arquitectura de presencia mínima para marcar un territorio humanizado y donde las porterías aparecen rodeadas de hierbajos. Lugares en otro tiempo poblados de gritos y de gente que hoy en día han desaparecido.
Después vienen los proyectos Campos de batalla, realizado entre 1995 y 1996. Se trata de 21 dípticos de lugares en otro tiempo marcados por la muerte y la destrucción que han sido reconducidos en apacibles campos de cultivo. Este trabajo fue adquirido en su conjunto por la Fundación Telefónica para formar parte de su colección de fotografía. Bleda y Rosa fueron los únicos artistas españoles presentes en esa primera conformación de la colección, que fue presentada en la sala de la Fundación Telefónica en el marco de ARCO 2004. Ciudades, 2000 fue el siguiente proyecto que ocupó a los artistas y les hizo viajar a lugares como Ampurias, Segóbriga o Tartessos; poblaciones que han sido emblemáticas en las diversas culturas que han pasado por la Península Ibérica: Celtas, Fenicios, Griegos o Romanos. Ciudades del Mediterráneo (2001) es la continuación lógica de Ciudades. Con este trabajo, los artistas quisieron visitar, conocer y representar las ciudades de origen, los lugares donde surgieron las culturas que después se establecieron en la Península Ibérica y de las cuales nosotros también formamos parte. Se trata de un conjunto de cinco fotografías tomadas en Cnosos (Creta), Kerkuane (Túnez) y Bulla Regia (Fenicia), las diversas culturas que en la antigüedad han marcado el arco del Mediterráneo. Si en Ciudades era el exterior lo que interesó a los artistas, en Ciudades del Mediterráneo fue el interior. En la actualidad Bleda y Rosa están trabajando en su último proyecto, Orígenes, que pretende fotografiar a través del mundo todos los lugares en los que ha sido hallado algún vestigio relacionado con el origen del hombre.
Las fotografías de los distintos proyectos o series de Bleda y Rosa no pretenden ser un documento o una información, sino ser un punto de partida para que los propios espectadores exploren sus sentimientos y la historia de esos lugares y de esas ciudades. Todos sus trabajos tienen en común una reflexión sobre el tiempo, el espacio, el paisaje y la memoria. Nos hacen darnos cuenta de cómo el tiempo modifica los lugares en los que habitamos. Sus trabajos abordan siempre lugares marcados por un tiempo pasado, por un tiempo que ya no es el nuestro.
El trabajo de Bleda y Rosa ha sido objeto de numerosas exposiciones y de becas como la de Altadis, Obra Social Caja Madrid o la Fundación Marcelino Botín. Asimismo, han sido invitados y obtenido encargos para realizar otros proyectos como Batterfiels, En torno a Cervantes, Espacios Comunes y Collieure.
FERRAN FREIXA
Nacido en Barcelona en 1950, en la década de los 60 estudia dibujo y pintura en varias escuelas de su ciudad natal. Entró en el mundo de la fotografía de manera autodidacta. En 1969 abre su primer estudio profesional de fotografía y de diseño gráfico y comienza a trabajar dentro del mundo de la moda, la industria y la publicidad. A partir de 1978 se especializa en fotografía de arquitectura y de interiorismo, colabora con los mejores profesionales y publica sus imágenes en ediciones nacionales e internacionales.
En 1979 realiza una serie de fotografías dedicadas a tiendas de Barcelona que parecen haberse quedado detenidas en diferentes épocas del tiempo, encontrando estéticas de principio del siglo XX. El objeto se hace protagonista dentro de la obra del artista, como puede comprobarse en las series dedicadas a las mesas de restaurantes, con sus manteles recién planchados, las vajillas y servilletas expuestas a la vista de los presentes. Las imágenes nos advierten de un acontecimiento que tendrá lugar en un futuro no muy lejano, pero al mismo tiempo, la pulcritud de las fotos frustra cualquier posibilidad de acción. Hay por tanto una sensación de espera indefinida. Advertimos la facultad de adivinar el estado de las cosas. Tanto si se trata de un paisaje o de un hecho concreto, nada escapa a su mirada. Observa las luces, sombras y matices. Usa la estabilidad en sus composiciones con el fin de concentrarse en las escenas ambiguas y objetos inertes a los que dota de un nuevo y exquisito sentido de vida.
Sus visiones también expresan ideas y, en consecuencia, su trabajo creativo es mucho más complejo de lo que puede parecer dada su aparente simplicidad. Una de estas ideas principales es la fascinación del autor por la acción del tiempo, por el pasado y por la esperanza en el mañana. La autenticidad impregna su obra de un gran magnetismo y de una verdadera dimensión autobiográfica. Su fotografía puede encuadrarse dentro de la corriente europea denominada documentalismo subjetivo.
Su obra ha sido objeto de diversas exposiciones en galerías y museos de Europa y de los Estados Unidos. Entre otras, la que le dedicó la Universidad de Salamanca en 1994, un compendio de su trabajo con la publicación del libro Ferran Freixa 1997-1994, que se presentó también en la sala de exposiciones del Canal de Isabel II de Madrid o El foc, darrer acte, en el Palau de la Virreina de Barcelona en 1996.
ALBERTO GARCÍA-ALIX
Alberto García-Alix nació en León en 1956. Su relación con la fotografía se inició en 1976. Desde entonces, Alberto usa la fotografía como un instrumento para perpetuar las emociones y situaciones que vive. Autodidacta tanto técnica como formalmente, sus retratos se caracterizan por un respeto exquisito hacia quienes fotografía, lo que proporciona a sus composiciones gran sobriedad y un refinado gusto clásico, desprovisto de toda manipulación gratuita. García-Alix es un cronista de su tiempo, sus trabajos fotográficos discurren en paralelo a sus experiencias vitales. A lo largo de su trayectoria, se pueden distinguir tres etapas dentro de su trabajo: un primer periodo (1975-1982), donde anticipa las claves poéticas del resto de su creación; los años ochenta, donde combina dureza y ternura, en esta época alcanza una primera madurez artística; y los años noventa donde puede apreciarse la evolución de su mirada hacia un enfoque cada vez más desnudo, directo y esencial.
La coherencia de su trabajo artístico, junto a sus incursiones en los ámbitos profesionales y editoriales, ha hecho de Alberto García-Alix uno de los fotógrafos españoles más activos. Expone por primera vez en la Galería Buades en 1981. Posteriormente expondrá en la madrileña Galería Moriarty y más tarde en la Galería Juana de Aizpuru. En 1998 su trabajo fue objeto de la primera exposición retrospectiva, acompañada de un libro –García-Alix. Fotografías-, en el marco de PHotoEspaña. Asimismo, en 2002, volvió a participar en PHotoEspaña con la exposición García-Alix. Llorando a aquella que creyó amarme, correspondiente al Premio Nacional de Fotografía, organizada por el Ministerio de Cultura. En los últimos años, su trabajo goza de una importante repercusión en el extranjero, especialmente en Francia, donde trabaja con las galerías Chantal Crousel y Kamel Menour. Sus fotografías son difundidas internacionalmente a través de revistas como Vogue, Vanity Fair o el British Journal of Photography entre otras.
Galardonado con el Premio Nacional de Fotografía en 1999 y el Premio Bartolomé Ros a la Mejor Trayectoria Española en Fotografía en PHotoEspaña 2003, García-Alix forma parte de museos y colecciones como el Reina Sofía de Madrid, el Centro Gallego de Arte Contemporáneo y la Fundación Fotocolectania.
CRISTINA GARCÍA RODERO
Nacida en Puerto Llano (Ciudad Real) en 1949, Cristina García Rodero se embarcó en 1973 en un trabajo de investigación sobre las fiestas, tradiciones y ritos de España que duraría quince años. Durante esos años, Cristina recorrió los lugares más recónditos de nuestro país para documentar unas fiestas y unos ritos que estaban a punto de desaparecer. Este trabajo dio lugar al libro titulado La España Oculta, que obtuvo un reconocimiento fuera de nuestras fronteras al ser galardonado con el Premio al Mejor libro de fotografía en los Rencontres Internationales de Photographie d’Arles en 1989 y le llevó a obtener el Premio Eugene Smith en fotografía humanista en Nueva York con el proyecto “Vida tradicional, fiestas. Cultos y ritos en el Mediterráneo Europeo” (1989), donde prosigue, en el ámbito de la Europa del Mediterráneo, su investigación sobre las celebraciones populares y las tradiciones religiosas y paganas. La España oculta fue objeto de numerosas exposiciones en todo el mundo: Colonia, Arles, Montpellier, Milán, Londres, Houston, Seattle, México, etc.
Esa fascinación por los rituales y la gente le lleva más tarde a la Isla caribeña de Haití, que visita en numerosas ocasiones a lo largo de cinco años donde vuelve a sumergirse en unos ritos que son a la vez fiesta, oración, sacrificio, catarsis, unión y celebración. Fruto de ese trabajo es el libro, y la exposición, titulado Rituales en Haití (2001) en el que destaca la plasticidad de los cuerpos traspuestos por el éxtasis y embadurnados de barro y nos enfrenta a la belleza y la crudeza de uno de los países más pobres del mundo. Recorriendo los escenarios en los que esos ritos ancestrales siguen celebrándose -la Cascada Saut d’Eau y el lago de lodo, Laguna Santiago- nos acerca una cultura donde se mezclan el catolicismo y el vudú. Cristina descubre aquí el fuerte vínculo que existe entre lo terrenal y lo celeste, el cuerpo y el espíritu, la naturaleza y lo humano, lo religioso y lo pagano.
En los últimos años, Cristina García Rodero, que recibió el Premio Nacional de fotografía en 1998, está trabajando en un monográfico titulado Entre el cielo y la tierra basado en el registro fotográfico de festivales de todo tipo adonde llega gente de todas partes para divertirse, mostrarse o amarse: festivales de música, de sexo, de erotismo. En sus diversos proyectos, la autora ha venido utilizando la fotografía tanto como documento antropológico como artístico. Su ojo punzante nos muestra aquello que escapa a nuestra mirada proporcionando a sus imágenes una originalidad y especificidad que lo dota de un gran atractivo y fuerza.
El trabajo de Cristina García Rodero ha gozado en los últimos años de un gran reconocimiento en el mundo del arte, más allá de los espacios fotográficos, habiendo sido invitada a participar en las Bienales de Venecia (Harald Zseemman 2003 y Rosa Martínez 2005) y Sevilla (2004) así como en la exposición The Real Royal Trip, organizada por el Ministerio de Cultura y comisariada por Harald Zseemman y presentada en el PS.1 de Nueva York en 2003.
CRISTÓBAL HARA
Cristóbal Hara (Madrid, 1946) empieza a fotografiar a la edad de 23 años pero no es hasta los 39 que encuentra su camino. Quería ser fotoperiodista pero su interés no eran tanto los temas como el propio lenguaje fotográfico. Ello le lleva a una crisis que se resuelve en el momento en que empieza a utilizar el color, allá por 1985. Sus primeras fotografías, en blanco y negro, fueron realizadas con una clara voluntad documentalista en la mejor tradición del “instante decisivo” Bressoniano. A partir de que empieza a utilizar el color, evoluciona en una dirección en la que las fronteras entre realidad y ficción dejan de ser nítidas.
De cualquier manera, por encima de todo, Cristóbal Hara ha estado y sigue estando interesado por el lenguaje fotográfico. Cuando trabaja un tema no es éste lo que le importa sino que su interés sigue siendo el lenguaje y utiliza el lenguaje fotográfico porque es lo que le sirve para acercarse a él. Dentro del lenguaje fotográfico, Cristóbal se sigue decantando por el lenguaje documental pues, a pesar de los debates a los que está siendo sometido, para él sigue teniendo validez. Pero partiendo de esa raíz documental, a Cristóbal Hara le gusta traspasar los límites y llevar el lenguaje documental a sus límites. En esta operación, que caracteriza su trabajo, la fotografía documental deja de serlo para convertirse en pura imagen. De ahí que mirando sus fotografías sea difícil constatar la fina línea que separa el documento y la ficción que en ellas se da.
Para fotografiar, Cristóbal Hara ya no acecha los instantes, sino que trabaja sobre los fondos -algo que el ojo no ve porque está acostumbrado a trabajar sobre la acción. Hara mira los fondos y posteriormente los aprovecha. Mira y mira y cuando cree que ha encontrado lo que desea, lo fotografía. Para él los fondos son como los decorados, los bastidores de un teatro.
Entre sus trabajos, que han dado lugar a exposición y libros, sobresalen, Lances de Aldea (1992) sobre el toreo rural en España a través de sus amigos los maletillas; Vanitas (1999) producto de sus muchos viajes por España donde se encontró a menudo con imágenes similares a las que acompañan a cultos sincréticos y semisecretos como son el vudú de Haití, la Santería cubana o el Candomblé y la Ubanda de Brasil. España, lugar de mezcla de tantas razas y culturas, es también un lugar donde proliferan este tipo de imágenes, aunque ya doblemente mestizas y vacías de contenido religioso; An Imaginary Spaniard, publicado por Steidl en 2004 y que recoge fotografías tomadas en España entre 1985 y 2002. En estos momentos se halla trabajando en su último libro y exposición Contranatura, que será presentado en el marco de PHotoEspaña 2006.
CHEMA MADOZ
Chema Madoz (Madrid, 1958) es un artista inclasificable: es y no es un fotógrafo, es y no es un poeta visual, es y no es un neo-conceptual emergente, es y no es un representante del cutting edge internacional. Hay en su obra de todo eso con el resultado de una gran interacción entre todas esas cosas. Chema Madoz trabaja con los objetos y se enfrenta a ellos de diversas maneras: el objeto encontrado sin alterar, el objeto manipulado y el objeto inventado y construido por él mismo en su estudio. El artista se considera un escultor de objetos que trabaja desde el punto de vista de un fotógrafo y señala que la fotografía es para él un registro de la memoria que le permite fijar una idea. Chema Madoz ha sabido sedimentar fotográficamente sus visiones metamórficas, sus singulares juegos objetuales, dotando a la imagen final, con su uso sistemático del blanco y negro, de una tonalidad enigmática. Algunos de los desplazamientos formales de este creador son mínimos, pero de una eficacia extraordinaria –poner una copa dentro de un vaso de agua o colocar una escalera de madera encima de una de cemento-; composiciones de una extrema fragilidad –las gotas que parecen chinchetas sobre una superficie de encuentros angulosos- o el contraste de lo que es radicalmente diferente –el suelo seco craquelado y la superficie ondulante del agua. Lo cotidiano le inspira las más curiosas asociaciones.
En las asociaciones de Chema Madoz hay siempre una tonalidad de juego. Gestos y construcciones donde consigue mostrar que lo más raro parezca normal, como cuando coloca una sandalia sobre una bota o cuando utiliza un rollo de película fotográfica como cinta de un sombrero. Trata de mostrar por una parte cambios sutiles de las cosas, añadidos o sustracciones, desplazamientos o metamorfosis, que añaden una singular extrañeza. Las ideas/ocurrencias de Chema Madoz (encuentros, especies inesperadas, pensamientos agudos) nos hacen acariciar los placeres de lo semejante: la pelota de tenis taoísta, la tabla de planchar al borde de una piscina como trampolín, el cuchillo que ha cortado en pedazos un vaso de cristal en una naturaleza muerta fantástica. Chema Madoz no cae en el manierismo que hereda la concepción surrealista de la imagen entendida como el encuentros de lo heterogéneo o deriva hacia lo siniestro.
El trabajo de Chema Madoz ha sido objeto de numerosas exposiciones. En 1999,el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía le dedica la exposición individual Objetos 1990 - 1999, primera muestra retrospectiva que este museo dedica a un fotógrafo español en vida. En el 2000 el fotógrafo madrileño recibe el Premio Nacional de Fotografía de España y la exposición correspondiente, organizada por el Ministerio de Cultura, se celebra en el 2006 en Fundación Telefónica. En el 2000 la Bienal de Houston Fotofest le reconoce como "Autor Destacado".
ÁNGEL MARCOS
Nacido en Valladolid en 1955, Ángel Marcos es uno de los fotógrafos españoles más originales y de una gran repercusión internacional. Sus obras son vendidas en Alemania (Galerie Adriana Schmidt, Stuttgart), Austria (Galerie Ernst Hilger, Viena), Italie (Galerie Lipanjepuntin) y en los Estados Unidos (Galerie Diana Lowenstein, Miami). Su trabajo se inserta en las corrientes contemporáneas de la fotografía como un arte conceptual que introduce el concepto de narración, cercano al cine. Trabaja por proyectos y está interesado fundamentalmente en los temas sociales. Reflexiona en torno a la desolación, la exclusión, el deseo, la falta de comunicación, el aislamiento. Una de sus mayores preocupaciones estriba en mostrar cómo las imágenes nos aportan sentido y se interponen entre las realidades interiores y exteriores.
En las series Los Bienaventurados (1997) compuesta de 12 fotografías, Obras Póstumas (1999) y La Chute (2000) aborda otros tantos estados del sujeto: la exclusión, el deseo, la frustración. Ángel Marcos utiliza la toma directa y la construcción de la imagen por medio de la tecnología digital.
La Habana es el último trabajo del autor pero forma parte de un proyecto más general que con el título Alrededor del Sueño fue desarrollado en los Estados Unidos en 2001 durante una estancia de un año en la ciudad de Nueva York. En esa primera parte, fotografió en primer plano lugares despersonalizados y marginales de la ciudad –esos no lugares descritos por el antropólogo Marc Augé-, que contrastan con la nitidez de los edificios del fondo e inserta en ellos paneles publicitarios con mensajes que en ese contexto parecen absurdos o fuera de lugar. Alrededor del sueño. La Habana es un work in progress que trata de atrapar las huellas, los signos de la historia de la ciudad, de su pasado… Aquí el artista trabaja sobre todo con la publicidad y la propaganda institucional. Trata de hacer una reflexión alrededor del poder del estado para determinar la vida de sus ciudadanos: cómo dictan sus deseos o incluso impiden que los deseos nazcan. Aquí se ha interesado por los iconos en los que el sistema se ha apoyado. Algunos aluden a iconos no sólo locales sino mundiales, como ocurre con el Che.
OUKA LEELE
Bárbara Allende Gil de Biedma, Ouka Leele, nació en Madrid en 1957. Empezó a hacer fotografías a los 18 años. Su educación artística se concretó en la escuela Foto Centro, donde enseñaban, entre otros, Pablo Pérez Minguez. Recibió clases de dibujo a carboncillo, formación que le permitió aprender las técnicas del claroscuro y del volumen. Algunas de sus fotografías están incluidas en el libro Principio. Nueve jóvenes fotógrafos españoles (1976). En 1978 se trasladó a vivir a Barcelona, donde recibe la influencia del rigor técnico que acompañaba al mundo artístico del momento. Comienza a fotografiar en blanco y negro, pintando sobre las fotografías con acuarela, dotándolas de color. Esta peculiaridad es una de las características del trabajo de la artista.
En 1979 realizó su primera exposición individual en la galería Expectrum de Barcelona, 'Peluquerías'. En 1980 se traslada a Nueva York, pero la ciudad le apabulló y a los pocos meses regresó a Madrid, que se hallaba en plena efervescencia de la Movida. Sus fotografías pintadas se transformaron en algunos de los iconos históricos más representativos y celebrados de ese momento. Fue elegida representante de lo que se llamo “posmodernidad”. El mundo de Ouka Leele es una inagotable aventura hacia la libertad de creación, un mundo pleno de significado. Esencializa el tiempo y lo imaginario, busca la humanidad de los objetos, la poetización de lo cotidiano, y logra una gran originalidad. Su arte reside en la reinvención de la disposición del espacio escénico, tal como lo percibimos en sus obras Misterio de la vida, La moda española o El sueño de una noche de verano. Todo lo que la cámara fotografía y el color de sus pinceles recrea es fruto de su inspiración. El dominio del oficio le lleva al virtuosismo de querer fijar el movimiento y lograr detener la acción dentro de la propia fotografía.
En 1985 realiza los carteles de “Decenio para las Naciones Unidas para la Mujer”; en 1986 expuso y publicó Naturaleza viva, naturaleza muerta y al año siguiente hizo Rapeyetoi Bárbara, representación mitológica de la fuente de Cibeles de Madrid. En 1987, el Museo Español de Arte Contemporáneo le dedicó una retrospectiva y ese mismo año participó en la Bienal de Sao Paulo. Su obra ha sido reproducida en infinidad de revistas: Dezine, Aquí imagen, Diorama, Revist Actuel, Photo Magazine, Focus, Telos, etc. Ha colaborado en decenas de proyectos colectivos, entre ellos Límite. New Photographers from Spain (Nueva York, 1979), Cuatro Direcciones (Madrid, 1992), Almediterránea 92 (Almería, 1992), 259 imágenes (Círculo de Bellas Artes de Madrid, 1992), El Álbum. Cuando la mirada acaricia (Madrid, 1997), Madrid figurado (Madrid, 1999), o La magia de las mujeres (Valencia, 1999).
Ouka Leele, que ha recibido el Premio Nacional de Fotografía en 2005, ha impartido talleres sobre su especialidad en festivales, centros culturales y universidades. En 1996 ilustró el libro de Concha García Campoy La doble mirada y en el 2002 preparó una serie de dibujos y serigrafías para El cantar de los cantares del Rey Salomón, imágenes expuestas en el Centro Conde Duque de Madrid.
XAVIER RIBAS
Xavier Ribas (Barcelona, 1960) se dio a conocer con la serie Domingos, realizada entre 1994 y 1997, y expuesta en el marco de Imago 98, Encuentros de Fotografía y Vídeo celebrado en Salamanca y en PHotoEspaña 98 donde obtuvo el Premio Revelación. Se trata de una serie que el fotógrafo realizó en la periferia de Barcelona. La serie reflexiona sobre la sociedad del ocio en que vivimos pero no se trata de un ocio como reposo, sino de un “ocio activo”. Si paseamos alrededor de la periferia de Barcelona un domingo por la mañana soleado descubrimos un paisaje bastante curioso. Entre las autopistas y los bloques de vivienda, entre las zonas industriales, los centros comerciales y los complejos deportivos, entre los parques naturales y los parques temáticos, en los límites de todo ese urbanismo contemporáneo, encontramos espacios marginales donde cada semana acude una gran cantidad de gente a pasar su tiempo libre. Los espacios marginales de la periferia urbana son paisajes superfluos, en los límites de lo estrictamente necesario, donde se pueden llevar a cabo actividades tan anodinas como pasear, leer o comer al aire libre, simplemente por el placer de distraerse sin intermediarios. Xavier Ribas ha fotografiado esos lugares. Si observamos la placidez de la gente que pasa el domingo en esos lugares podríamos decir que el interés por esos espacios puede ser el resultado de la concienciación de la periferia como un espacio de libertad.
A partir de Domingos, Xavier Ribas ha continuado trabajando por series. Entre ellas, Flowers (1998-2000) un conjunto de diez fotografías de ramos de flores que la gente coloca en las autopistas o caminos para recordar a algún familiar muerto en un accidente; Stones, serie de seis fotos de piedras que se hallan cerca de los árboles o Fragments of the European City (Fragmentos de una ciudad europea), serie de seis fotografías tomadas en Londres.
Desde el año 2000, Xavier Ribas da clases en la Universidad de Brighton, Inglaterra, donde vive. En 1998, la Universidad de Salamanca publicó una monografía de su trabajo Domingos. Es uno de los fotógrafos incluidos en Blink!100 photographers, 10 curators, 10 writers, un libro editado por Phaidon sobre la fotografía contemporánea en el año 2002.
JAVIER VALLHONRAT
Javier Vallhonrat nació en Madrid en 1953. Tras cursar sus estudios en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, trabajó como asistente de fotografía. Vallhonrat entiende la fotografía como un medio libre en el que mira con ojos nuevos y no le hace falta dialogar con el pasado. Se siente deudor de los grandes artistas (Duchamp, Bacon, Casabere) y movimientos como el cubismo, el dadaísmo... a los que dedica su primera serie Homenajes (1983). En 1984 comienza su relación con la revista Vogue. El contacto con la moda y la publicidad hacen de él un afamado fotógrafo a nivel internacional. La estética del cuerpo estará presente en los trabajos de esta época. Le interesa la relación del cuerpo con el espacio. A lo largo de su carrera artística irá alejándose de este planteamiento, acercándose a uno más conceptualista aunque igualmente estético. En Animal-Vegetal (1985) se aprecia, además de su interés por el cuerpo, su interés por la naturaleza, aquella que no ha sufrido la actuación del hombre.
En 1991, a partir de la serie Autogramas desaparece el cuerpo humano, referente en toda su obra, que volverá a aparecer con posterioridad en su obra más tardía y en sus videos, aunque el tratamiento es muy diferente. La idea de la fotografía como un soporte bidimensional y la inclusión de la arquitectura en sus obras queda plasmada en series como Objetos precarios (1993-94) y Cajas (1995). Javier Vallhonrat ha creado un peculiar lenguaje que se ocupa a la vez de la pintura y de la fotografía mediante la interacción de tomas de modelos y obras clásicas de las vanguardias, analizado el cuerpo, la geometría y el espacio.
En 1995 obtiene el Premio Nacional de Fotografía, como reconocimiento oficial a una trayectoria intensa e innovadora, con gran presencia en el arte actual por sus continuos acercamientos a las fronteras interdisciplinares y una búsqueda constante en las formas y los conceptos. Para sus creaciones utiliza maquetas, que él mismo construye, donde explora las relaciones con el espacio. Este es el caso de series como E.T.H (2000-02) y Casa de Humo (2004).
El trabajo de Javier Vallhonrat ha sido objeto de numerosas exposiciones y asimismo ha publicado varios libros sobre su trabajo, como Animal Vegetal, El Espacio Poseído, Autogramas, Cajas y Trabajos Fotográficos 1991-1996.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España