Descripción de la Exposición La obra de Adrián Melis (La Habana, 1985) parte de una exploración de los sistemas económicos y las estructuras sociopolíticas contemporáneas, adentrándose en la vida de los individuos. Frente a situaciones y confrontaciones en el ámbito socioeconómico actual - como la improductividad, las deficientes estructuras laborales y el desconocimiento del verdadero significado de rendimiento, utilidad y valor bajo los efectos de una crisis económica global- Melis propone otros modelos de productividad dando espacio a un 'pragmatismo creativo' que surge directamente del entorno y de la acción de los sujetos. Stock, segunda muestra personal del artista en España, reúne una serie de proyectos que documentan las fallas del sistema de producción socialista en Cuba y juega con ellas, convirtiendo su improductividad en algo provechoso y dotando de utilidad a lo que está llamado al fracaso. Gracias a la complicidad y colaboración de conocidos y trabajadores de las empresas -elemento fundamental de sus piezas-, Melis revierte lo improductivo en algo útil a través del arte. Así, para la realización del video Elaboración de 40 piezas rectangulares para la construcción de un piso, 2008, el artista promueve una especie de coro de trabajo, con la intención de dar vida a la fábrica, activar el tiempo paralizado y generar una nueva forma de movimiento. Durante toda la jornada laboral, cada operario técnico estuvo imitando -con sonidos guturales- los ruidos que producirían las máquinas durante su funcionamiento -mezcladora de cemento, palas, camiones, carretillas-. El video juega con el irónico contraste entre la inmovilidad de las imágenes -fábrica de ladrillos inactiva, detenida por falta de materiales- y el ruido -reproducido artificialmente- de las máquinas funcionando, realizado por sus trabajadores. Otro espacio de improductividad aprovechado por el artista son las siestas de los trabajadores durante su jornada laboral. Los momentos en los que se quedan dormidos debido a la falta de compromiso, motivación e interés hacia el trabajo y a la extrema falta de rigor y control de las empresas. En la instalación Plan de producción de sueños para las empresas estatales en Cuba (2010-2012), en contraste con el incumplimiento de la actividad laboral, los sueños se convierten en una producción psíquica, un tiempo activo al servicio de otro empleador, el propio artista, aunque se trate aquí de una colaboración no remunerada. Los sueños aportados por los trabajadores -que hasta la fecha ascienden a un total de 300 en un plazo de seis meses- han sido 'producidos' en empresas agrupadas en lo que el artista designa como 'las áreas más vulnerables a la improductividad': oficinas, almacenes, restaurantes, fábricas, mercados estatales. Expresados en forma de dibujos o relatos escritos, y cuidadosamente guardados en cajas de madera, materializan un producto acabado, preparado para una supuesta comercialización. Las cajas, perfectamente alineadas y colocadas en repisas a lo ancho de la pared, crean un efecto de cierto atractivo estético e impacto visual y se acompañan con una serie de fotografías relativas al proyecto y sus protagonistas en una pieza donde, además, se hace énfasis en la importancia de los deseos y los sueños del individuo, de los ciudadanos tanto cubanos como de cualquier otro lugar. Adrián Melis construye su proceso artístico movilizando el comportamiento social, insertándose en la cotidianidad por medio de un gesto que lo convierte en un mediador de ese comportamiento y de su forma de manifestarse. La estrategia de movilización de esos significados culturales que intenta dinamizar, convierten su obra en un asalto al orden de cosas, en un cuestionamiento sobre el mal funcionamiento de los mecanismos (locales) de producción1. Graduado del Instituto Superior de Arte de la Habana y de la Cátedra Arte de Conducta dirigida por Tania Bruguera, Melis forma parte de una generación de jóvenes artistas cubanos herederos de la tradición crítica y del arte inserción sociocultural (interés sociopolítico) de los años 80 y 90. Desde la impronta del arte procesual, neo-conceptual y del arte de acción, son propuestas que despiertan los valores del artista como parte activa de su entorno, revelando sus principales contradicciones, al tiempo que tienden hacia poéticas post-minimalistas y a producir en una perspectiva más internacional, acorde con la expansión global de los circuitos artísticos. En la obra El valor de la ausencia - excusas para ausentarse de su centro laboral, (2009-2010) Melis incide directamente en el sistema, interviniendo en la estructura laboral del país: con apenas 60 euros compra las excusas de un gran número de trabajadores para ausentarse de su puesto de trabajo. El precio del pretexto sería el mismo que la reducción de salario, consecuencia de los días de ausencia. Las conversaciones telefónicas grabadas, -previo acuerdo con el artista- se escuchan mientras vemos un plano fijo de lo que sería la recepción de cualquier centro de trabajo. La ingeniosidad de las excusas despliega todo un mosaico de ocurrencias y pretextos que van desde la muerte de un familiar hasta la simple revisión de un examen en la universidad. En uno de los ejercicios críticos más eficaces del artista, El valor de la ausencia..., deja al descubierto la naturaleza paradójica del 'funcionamiento económico' en Cuba y la erosión de la ética provocada por el ejercicio disfuncional de la sociedad, generando una colectividad improductiva que se beneficia con la misma cantidad de dinero que el estado pagaría por su productividad. Esta extensión de la ilegalidad como norma de supervivencia conduce la pieza Stock, 2012, una serie de fotografías tomadas por los trabajadores que atestiguan el robo que ellos mismos realizan de material en edificios en construcción o en almacenes de materia prima. Un gusto por lo paradójico que recorre toda la obra del artista y que igualmente subyace en otro de sus proyectos. Advirtiendo la discrepancia entre la productividad planificada por las empresas y las cifras de producción real, Melis calcula la diferencia entre pronósticos y resultados y utiliza virtualmente las cantidades no producidas (209,935 m2 proyectados, 130,110 m2 proyectados, 141,285 m2 proyectados) para elaborar grandes maquetas de polígonos industriales imaginarios que se habrían podido construir si los planes de construcción se hubieran cumplido. Las nuevas estructuras de producción que potencian un proceso creativo mental, sirven al artista para reflexionar sobre temas como la falta de interés hacia el trabajo como fuente de ganancias, la pérdida de juicios éticos, los modos de producción, los fallos administrativos y la situación del trabajador. Más allá de la indagación sobre las condiciones laborales de un país socialista o sobre la idiosincrasia del cubano, la obra de Melis incide en los efectos sociales de un posible desencanto con la realidad, evidenciando dilemas y contradicciones inquietantes presentes en las relaciones del individuo y su entorno. Un discurso que nos hace reflexionar sobre las fisuras e incongruencias de todo sistema, cuestionando su supuesta eficacia estructural. Incongruencias que, afortunadamente, están muy lejos de rondar, el valioso y sólido trabajo de este joven artista.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España