Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- El ser humano desde sus orígenes en África siempre ha tenido la inquietud o la necesidad de buscar más allá de lo que sus sentidos eran capaces de mostrarle. La historia está llena de hombres, llamémoslos aventureros, exploradores, buscadores de sueños, emprendedores, locos, etc., que han necesitado navegar entre la realidad y la utopía. A veces para huir de ellos mismos, otras para intentar mostrar a los demás esas cosas que eran capaces de ver, sentir, intuir, imaginar o incluso prever, y que los demás han necesitado pruebas para creer. Desde Marco Polo, considerado el primer narrador de viajes de la historia, con su libro IL MILIONE, donde nos relataba las mil y una maravillas que había experimentado y encontrado durante los 17 años que tardó en realizar el viaje que unía Occidente con la legendaria y desconocida Catai (China); a Charles Darwin, con la publicación de su diario de viaje a bordo del HSM Beagle, como consecuencia de su mirada distinta, de saber apreciar lo que otros pasaron por alto y atreverse a mirar más allá de lo que nadie había osado, dio como resultado el libro 'El origen de las especies' (1859), considerado como el acta fundacional de la Biología. Cuántos viajeros no repararon en aquellos pequeños pero importantes detalles que hicieron que Darwin pudiese desarrollar la teoría de la evolución. Cada uno de estos once exploradores de la luz, buscadores de sensaciones o simplemente locos de la Fotografía, se han atrevido, como hizo Marco Polo o Darwin, a ser embajadores de lo cotidiano, ladrones de instantes irrepetibles, usurpadores de almas o incluso ocupas de la memoria colectiva de aquellos apasionados observadores, que se han dejado cautivar por sus excepcionales trabajos. Como el pensamiento martiniano bien expresa, 'Amor con amor se paga'. Este es el verdadero punto de partida de esta exposición, poder devolver todo el amor incondicional que estos once amantes shakesperianos procesan a esta tierra que tan generosa ha sido con todos ellos. Sería imposible mostrar toda la obra que estos once maestros de la fotografía española han producido sobre 'la tierra más hermosa que ojos humanos vieran', frase legendaria atribuida a Cristóbal Colón la primera vez que avistó Cuba a bordo de la Nao Santa María. Tierra vestida de verde, turquesa y sol, con un traje a medio hacer de sangre, esperanzas, ilusiones, caña y son, que hace que todos aquéllos que se acerquen a ella queden hechizados, como ha pasado durante estos más de quinientos años. Lo que pretendemos conseguir con esta exposición es desnudar el alma de estos artistas e intentar llegar a su esencia, a lo elemental de su concepto narrativo, emocional, visual e incluso humano. Y así poder hacernos un mapa de lo que para ellos ha significado 'la tierra más hermosa, Cuba'. A través de la selección de algunas de sus obras más iconográficas referentes a Cuba, podremos adentrarnos en sus entrañas, para descubrir una pasión colectiva e indivisible en el amor por esta tierra. Enrique Meneses, primer buscador de sensaciones y punto de partida para nuestros fotógrafos. Llega a Cuba en 1957 por motivos ajenos a ella, pero como buen observador de la realidad y periodista curtido en mil y una batallas, comienza a trabajar como freelance para diferentes agencias, tratando de expresar con sus reportajes el estado de convulsión que en esos momentos vivía el país. Buscando la noticia se adentra en Sierra Maestra y es capaz de ofrecernos en primera persona imágenes de unos de los momentos más importantes en la historia cubana y de la historia del siglo XX. Acompaña a la guerrilla, al lado de Fidel Castro, Che Guevara, Camilo Cienfuegos, Raúl Castro, etc. Siendo aceptado como uno más durante los diez meses que convivió con ellos, hasta que las fuerzas de Batista lo apresaron y lo extraditaron. Meneses pudo contar al mundo en imágenes estos hechos que quedarán revelados para la historia. En una de las imágenes de la muestra Fidel Castro, fusil en mano, se gira mirando hacia cámara. Esa fotografía no es la que intentó sacar Meneses, él intentaba hacérsela de espaldas completamente. Enrique nos comentó que 'los grandes personajes de la historia son aquéllos que son reconocibles incluso de espaldas'. Con ello hacía referencia a la fotografía de Churchill, donde sentado en una silla mira al mar. En esta ocasión lo intento con Fidel y en la manifestación de los derechos humanos de Nueva York con Martin Luther King Jr. (1963), sin éxito en ninguna de las dos ocasiones, pero consiguió reflejar el alma en blanco y negro de dos personajes emblemáticos para entender la historia del siglo XX. En blanco y negro paseando por Cuba con su gran angular José Ramón Bas aporta a esta muestra sus trabajos de mediano formato llenos de color, luz, positivismo, dinamismo y vida. Este viajero libre, poeta, soñador incansable, ha mostrado durante su trayectoria el interés por las nuevas formas de expresión y utiliza la fotografía como herramienta plástica y emocional. Partiendo de una fotografía limpia y concreta, mezcla con maestría la intervención con la que reconstruye sus sueños. Adaptando su visión de la realidad, captada por su cámara, y añadiendo sus emociones a través de collages, la escritura, la pintura, la superposición de imágenes, encuadres dentro de los encuadres... un mundo onírico, extraño, pero muy cercano a su ingeniería imaginativa. Extraños nos parecen los procesos creativos de quien no comprendemos, de quien desnuda su alma sin pedir nada a cambio, y 'EXTRAÑOS' es el título de la serie de fotografías que nos presenta sobre Cuba Juan Manuel Castro Prieto. Sus trabajos, de corte intimista y comprometido desde las entrañas, bucean entre la realidad y lo imaginario. Donde el inconsciente predomina sobre el consciente y lo subjetivo sobre la realidad. Este buscador de sensaciones, preceptor del blanco y negro, nos evoca con sus atmósferas en estos trabajos a los grandes surrealistas españoles, herencia que sin ser buscada, fluye por la sangre y el subconsciente de Castro Prieto. Toni Catany es un creador curioso y voraz, viajero incansable. Sus fotografías atemporales aportan a esta muestra un gotas de nostalgia, una pizca de sobriedad y un mucho de talento. Sus trabajos parecen concebidos en los cánones clásicos, traídos a la contemporaneidad de un cromatismo intenso, donde los colores, amarillos, rojos, anaranjados, son tan intensos que nos transportan a los colores y la luz de su Mediterráneo natal. Esa riqueza cromática con la que interviene sus obras nos evoca al delta del Nilo, Mikonos, Sicilia o su Mallorca natal. Esta herencia está puesta al servicio de cada uno de sus trabajos. Su curiosidad por saber y explorar mantiene sus bodegones, desnudos y retratos en los parámetros de la belleza universal, del preciosismo ilustrado pero con un profundo arraigo y compromiso con el presente. Con el presente convive, lucha, juega, llora, se enamora y se enfrenta a él, Juan Manuel Díaz Burgos, uno de los más relevantes reporteros documentalistas de los que dispone este país. Sus trabajos son sinceros, honestos y desde el epicentro del alma, este trotamundos nos ayuda a descubrir con sus fotografías otros instantes, otras vidas. Representa la vida sin adornos ni florituras, desde la desnuda y a veces cruel mirada de alguien que quiere hacernos partícipe y, si es posible, implicarnos en el mundo que nos rodea, por el cual transitamos demasiadas veces como autómatas. El mundo que nos rodea, hacer de las cosas cotidianas un momento único, saber desgranar una sencilla escena para convertirla en un instante irrepetible, eso es José María Díaz Maroto. Los instantes no se pierden, se transforma en arte. Esa podría ser una de las piedras angulares de los reportajes de Díaz Maroto, conseguir con sus fotografías zambullirnos en primera persona en esa fracción de segundo que guardó para siempre, proponiéndonos traspasar la cuarta pared y convivir con sus personajes ese instante, que quedara guardado para siempre gracias al compromiso con lo que fotografía. Con el compromiso y determinación con la que un cirujano disecciona, Alberto García Alix, es capaz de atrapar atmósferas únicas, que solamente consiguen los grandes maestros, implicándose emocionalmente en cada click de su cámara. Con esta serie de retratos, inéditos hasta ahora para el público, ha logrado suspender el paso en el tiempo, parar el proceso emotivo y como gran narrador de la existencia humana, hacernos partícipes para siempre de esas vidas hasta ahora anónimas y de esas confidencias que hace aflorar en sus trabajos. Estos retratos son el mapa del tiempo de los rostros de españoles que vivieron como emigrantes durante gran parte de su vida en la tierra que eligieron para vivir. Una elección que el ser humano puede con gran esfuerzo decidir, porque el nacimiento y el paso del tiempo es algo que nadie puede controlar. El tiempo, cómo lo relativiza, cómo lo abandona, olvida y utiliza a su favor cuando está sumergida en esa pasión visceral y reflexiva de capturar la esencia del mundo que ha ido a mostrar. Esta concepción es una de las más apreciadas señas de identidad de Cristina García Rodero, que consigue estremecernos con cada una de sus fotografías. Cristina no entiende el Fast food fotográfico, no se encuentra a gusto. Cuando se enrola en un proyecto nunca divisa el final, milita cada décima de segundo en cuerpo y alma en la búsqueda de la verdad. Trabaja el blanco y negro, y sin embargo nadie añadiría ni un solo valor cromático a ninguna de sus fotografías. Cuenta la esencia de las cosas, sin trucos, desnudándose y consiguiendo hacerte partícipe de ello. En sus trabajos también podríamos revisar la utilización de la luz de los maestros de la pintura española como Goya o Velázquez. Es delicioso comprobar cómo en sus fotografías está presente la historia de la pintura española y se puede atisbar su gran conocimiento de la misma. Ángel Marcos utiliza la fotografía como excusa, 'la técnica al servicio del inconformismo'. Artista conceptual desarrolla su trabajo implicándose y profundizando en la realidad social que ha decidido vivir. En sus obras el paisaje suele ser el protagonista principal, de hecho, sus fotografías están íntimamente ligadas a la idea del viaje y al diálogo con el territorio recorrido. El posicionarse, tomar partido en lo vivido, sentirse dueño de sus ideas, es habitual en el trabajo de Ángel Marcos, éste se efectúa alrededor de un espacio conceptual, en cuyo desarrollo va tomando diferentes orientaciones donde la planificación y la estrategia forman parte de sus obras, tanto o más que el enfoque, la luz o el revelado. Esta idea la ha desarrollado a lo largo de toda su producción, desde sus primeras series en las que captaba los paisajes de su entorno, hasta sus últimas obras, en las que se aleja y recorre medio mundo para mostrarnos otras realidades. Los grandes viajeros de la historia han llenado sus cuadernos de viaje de infinidad de relatos con mil y un detalles sobre lo vivido en sus travesías, pero aquellos aventureros que querían ir aún más lejos en su disección de lo vivido, recurrían a dibujar animales, objetos o incluso paisajes. El paisaje ha sido uno de los motores de la evolución de la Historia de la fotografía. No podemos olvidar que la mirada fotográfica más antigua de la que tenemos conocimiento resulta ser un paisaje rural que Nicéphore Niepce nos legó en su Punto de vista desde la ventana de Gras (1826) Si alguno de los fotógrafos que trabajan el paisaje en la actualidad, puede ser tachado de saber seccionar la realidad hasta sus últimas consecuencias, ese es sin duda José María Mellado. La intensidad y la potencia de sus trabajos han posicionado la fotografía en un punto impensable hace relativamente poco tiempo. Este fotógrafo lleva años aportando nuevos valores a la fotografía, herramienta que le ha permitido crear un lenguaje muy reconocible cercano al hiperrealismo mágico, donde apoyándose en los nuevos soportes ha sabido abrir una nueva ventana a la que asomarse. Pararse ante una de las obras de gran formato de Mellado, es como pararse a observar a un mago. La fascinación por lo que observas y cómo te lo cuenta deja que tus sentidos naveguen entre la realidad y la utopía; y únicamente al final, una vez que la magia ha hecho su trabajo, te planteas el cómo lo habrá hecho. La última parada alfabética en este homenaje que estos once excepcionales maestros de la fotografía española han realizado sobre Cuba en los últimos cincuenta años es Isabel Muñoz. Durante toda su trayectoria profesional siempre nos ha cautivado su increíble capacidad para asumir riesgos a la hora de seleccionar sus trabajos. Isabel es una fotógrafa que se mueve entre lo espiritual y lo carnal. Comprometida con su tiempo, su capacidad para combinar en un lenguaje propio e inconfundible sus series de fotografías donde transita con maestría y agudeza tanto en el estudio del ser humano, a través del movimiento, como en el compromiso en sus trabajos de implicación más social. En esta muestra podremos comprobar que en los trabajos de Isabel la síntesis, el 'menos es más', es la piedra angular en sus fotografías. Donde lo sutil es capaz de dejar paso a lo incorrecto y lo que no se cuenta, casi siempre, suele ser más importante que lo que se ve. Espero que esta exposición sirva a todos aquellos que se acerquen a ella como catarsis de una experiencia más allá de lo racional sobre once almas atrapadas por las múltiples virtudes caprichosas que 'la tierra más hermosa del mundo' suscita en todos aquellos, creadores o no, que hemos tenido la suerte de visitarla. Y a todos aquellos desafortunados que aún no han podido percibir vivencialmente esta sensación, puedan inhalar e impregnarse de su alma y no puedan evitar visitar esta maravillosa tierra.
Exposición incluída dentro del festival PhotoEspaña 2012. Artistas representados: José Ramón Bas / Juan Manuel Castro Prieto / Toni Catany / Juan Manuel Díaz Burgos / José María Díaz-Maroto / Alberto García-Alix / Cristina García Rodero / Ángel Marcos / José María Mellado / Enrique Meneses / Isabel Muñoz. El fotógrafo busca con tesón fuentes de inspiración y, por lo tanto, persigue nuevas culturas, paisajes y seres. Las imágenes de esta exposición llevarán a los visitantes a muchos rincones de la gran isla de Cuba, a percibir la tierra, la piel y el sabor de una cultura diferente, cercana y lejana al mismo tiempo. A través de 66 trabajos de once fotógrafos, la muestra pretende desnudar el alma de estos artistas e intentar llegar a su esencia, a lo elemental de su concepto narrativo, emocional, visual e incluso humano. Así se puede crear un mapa de lo que para ellos ha significado Cuba, descubriendo una pasión colectiva e indivisible en el amor por esa tierra. La muestra recoge imágenes de mediano formato llenas de color, luz y vida de José Ramón Bas; la serie Extraños de Juan Manuel Castro Prieto; fotografías nostálgicas y sobrias de Toni Catany; el retrato de la vida sin adornos de Juan Manuel Díaz Burgos; sencillas escenas convertidas en instantes irrepetibles de José María Díaz Maroto; una serie de retratos inéditos de Alberto García-Alix; las estremecedoras composiciones de Cristina García Rodero; trabajos del gran fotoperiodista Enrique Meneses, quien convivió diez meses con la guerrilla en 1957; la técnica al servicio del inconformismo de Ángel Marcos; el lenguaje cercano al hiperrealismo mágico de José María Mellado; y el trabajo de Isabel Muñoz, que se mueve entre los espiritual y lo carnal.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España