Descripción de la Exposición A propósito de la videografía de Mariana Vassileva Emotivos, descriptivos, complejos o muy directos, los videos de Mariana Vassileva constituyen la narración visual de la propia experiencia de la artista. Realizados en paralelo a sus esculturas, dibujos, instalaciones y otras obras, los videos son, sin embargo, su lenguaje más personal y biográfico, aquel donde vierte sus recuerdos e impresiones, sus ensoñaciones más íntimas y esas inquietudes universales que la mueven a implicarse en el análisis de las claves del presente. Caudal de imágenes movidas de una sensibilidad extraordinaria por lo cotidiano, sus videos expresan una constante preocupación por la construcción de la identidad contemporánea, la problemática actual de la comunicación entre culturas y las relaciones con el otro. Su cuidada puesta en escena, revela tanto su aprecio por ciertas obras de arte como sus agudas dotes de observación y su talento para la imagen, firmando una magistral interpretación de un medio tecnológico que ella sabe conducir hacia los dominios de la gran pintura. Las cualidades pictóricas y paisajísticas de la videografía de Mariana Vassileva reflejan acertadamente su fascinación por la historia del arte y explican, entre otras, el tono impresionista de piezas como 'Tango', la sublime interpretación del realismo sensible del pintor holandés Jan Vermeer que es 'Milk Maid', o esas visiones poéticas de la naturaleza que nos recuerdan la tradición paisajística del romanticismo alemán encabezada por Caspar David Friedrich en videos como 'Lighthouse' o 'Toro'. ------------------------------------------- El misterio de la mirada búlgara La poesía reflexiva y la reflexión poética; la seriedad trascendental y el humor irónico que llega a acariciar el esperpento. Mariana Vassileva sabe muchas cosas por experiencia propia, por la de su crianza en Bulgaria y por la del 'exilio' voluntario en Berlín desde muy joven. En la nueva ciudad sin muros, sin conocer el idioma ni las reglas del juego occidental, Mariana desarrolló aún más ese bagaje natural e innato que ya traía consigo bajo el brazo desde que naciera: una observación aguda y analítica del entorno y una hipersensibilidad del sentimiento que no le ha traicionado nunca, porque se asienta sobre una voluntad disciplinada y férrea. Sé muy poco de Bulgaria; quizá, lo primero que recuerdo de este país fue aquel coro de voces angelicales pero extrañas que trajo consigo a Occidente el cantante Sting en los años ochenta, El misterio de las voces búlgaras. Eran fuertes y delicadas a la vez, jubilosas y lastimeras, misteriosas, profundas y etéreas. Por analogía, los vídeos de Mariana me hacen pensar en el misterio de la mirada búlgara. De esa mirada que ve lo que a los demás se nos escapa. Y que nos lo muestra con su lenguaje silenciosamente visual, con la mano que va acariciando las barandillas y las rejas que encuentra a su paso mientras vaga por las calles de la ciudad adoptiva, con el lenguaje mudo de esos destellos de espejos en un parque concurrido, con la leche inagotable que mana de un cántaro simbólico... La mirada añorante de lo que dejó atrás para emigrar hacia el futuro, la mirada inquieta de una búsqueda continua y optimista. La soledad fructífera de quien se sintió extraña en un país que era nuevo para los propios alemanes y mucho más para ella. Así se forjó una artista nueva para una nueva generación del vídeoarte. El videoarte es considerado por muchos el lenguaje artístico del siglo XXI por excelencia: tras el apogeo que experimentó la fotografía en la última década del siglo precedente, no deja de ser un paso lógico que la atención de los creadores y del público evolucione de la imagen estática a la imagen móvil. Porque, en estos inicios del nuevo siglo y nuevo milenio, vivimos un tiempo marcado por el dinamismo y la velocidad en todo tipo de órdenes, por la movilidad y el movimiento. Las coordenadas Kantianas espacio y tiempo, tan estables durante más de 200 años, parecen verse afectadas y relativizadas ahora por una sociedad que se mueve en todos los sentidos, tanto físicos como conceptuales. Vassileva forma parte de esa nueva hornada de artistas que, procedentes de la Europa del Este y con savia regeneradora y bocanadas de aire fresco, ejercen su creatividad en nuestra antigua parcela de Occidente. Su obra representa fielmente la hibridación de experiencias propias que la joven creadora experimentó en su movilidad geográfica personal del Este al Oeste. Sin embargo, su interés no radica en el acto físico del movimiento propiamente dicho, sino en el proceso mental que subyace en él. Dotada de una especial y personalísima sensibilidad, su obra también representa otro tipo de movilidad histórica: la que tiende puentes entre una determinada iconografía clásica y su interpretación a la luz de la contemporaneidad, como queda patente en su Milkmaid. Pero lo que más caracteriza a la artista es su poética de la autorreferencialidad, la creación que surge de sus vivencias y sentimientos íntimos, 'de dentro para afuera', como dice ella misma y como queda patente en los vídeos Jumping man, Journal, Mirrorlight y Tango, por citar sólo unos pocos ejemplos. Su espíritu inconformista (propio de los artistas genuinos y que en el caso de Mariana se hace evidente en la profunda mirada física de su rostro inquieto) provoca en ella esa natural insatisfacción de limitarse a la creación en vídeo. Pintora en los orígenes de su carrera, desde hace pocos años explora también los terrenos de lo que si yo fuera igualmente conformista me limitaría a denominar 'escultura'. Pero las etiquetas preestablecidas no están hechas para Mariana ni para mi aproximación a su obra. Lo que ella ha empezado a hacer va desde el medio tradicional de la escultura abstracta en bronce a composiciones figurativas hechas con espejos rotos y sobre soporte de pared, lo que, a su vez, supone una incursión más en el concepto del lenguaje universal de los destellos de espejos que ya ha trabajado en dos de sus vídeos, Mirror light y Reflections. Inquietud vital como norma existencial en una mujer entregada estoicamente a su creación, que es lo mismo que decir a su proyecto de vida. El proceso conceptual-creativo que va 'de dentro para afuera' se manifiesta en esa 'tactilidad' y 'fisicidad' tan características y personales de toda su obra. Cuando se cruza con sus desconocidos semejantes por la calle y no puede comunicarse con ellos por medio del acto físico de tocarlos, ha recurrido a hacerlo lanzándoles un destello de sol con su espejito de mano. Mariana ha dicho que 'el acto de tocar ha confirmado mi aquí y mi ahora, ha confirmado que existo'. Su actitud vital y creativa parece regirse por una máxima que resulta a la vez primaria y sublime: toco, luego existo: me comunico con mi entorno y con mi prójimo, luego vivo... Fernando Galán
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España